El próximo 24 de mayo, Lenín Moreno dejará de ser el presidente de la República. Cuando un mandatario está próximo a dejar el poder se suele hacer un balance de su gestión, se destacan sus aciertos y se ponen de manifiesto los errores cometidos, a fin de determinar si su paso por la presidencia ha tenido un balance positivo o negativo para el país.
Es hora, entonces, de poner sobre la mesa lo que dejan estos cuatro años de gobierno. Los primeros meses de gestión fueron aquellos en los que Moreno contó con un mayor respaldo popular y tomó ciertas decisiones que iban en la dirección correcta desde la perspectiva política. La consulta popular que convocó a los pocos meses de iniciar su mandato podría ser considerada uno de sus mayores aciertos. Eliminar la reelección indefinida e intentar –sin éxito– crear instituciones independientes son dos temas que el país debería tener en consideración una vez que Moreno abandone el poder. De ese intento fallido de institucionalizar el país queda, al menos, una Corte Constitucional con jueces honestos e independientes, a diferencia de la vergonzosa corte de Pamela Martínez, alfombra del Ejecutivo.
En materia económica, si bien los primeros años se mantuvo la misma política fracasada de Correa, cuyo modelo se demostró inservible una vez que el Estado dejó de recibir las altas rentas del petróleo, en el último año y medio de gestión se realizaron algunos esfuerzos por ordenar las finanzas públicas y dejar una economía algo más saneada para su sucesor. La pandemia trastocó esos esfuerzos y la economía ecuatoriana queda sumida en una crisis que Lasso deberá afrontar rápidamente.
Hasta ahí lo que se podría llamar aciertos de Moreno. Todo lo demás ha sido una gestión nefasta que le ha llevado a tener la misma popularidad que Mahuad o Bucaram cuando fueron derrocados. El gobierno no ha cumplido ninguna de las ofertas que realizó en campaña, lo cual ha achacado a que su predecesor le mintió sobre la real situación que atravesaba el país. No obstante, eso no es excusa para haber fracasado en cada uno de los ofrecimientos que realizó. Moreno mintió ofreciendo proyectos que jamás iba a cumplir como, por ejemplo, el “tren playero” o la construcción de miles de viviendas. Moreno mintió, asimismo, indicando que iba a hacer una “cirugía mayor contra la corrupción”. Aun cuando la justicia ha actuado contra ex funcionarios corruptos, muchos de sus colaboradores se vieron involucrados en actos de corrupción, limitándose Moreno a reemplazar funcionarios una vez que estallaban los casos de corrupción, pero sin asumir la responsabilidad que le correspondía. Especialmente sangrante fue el tema del reparto de los hospitales que puso en evidencia la decadencia del sistema de salud del país.
Un indicador que demuestra el fracaso estrepitoso de Moreno es el incremento de las tasas de pobreza y pobreza extrema en el país. Sin duda la pandemia tiene mucho que ver en esos indicadores; sin embargo, es ahí donde radica lo peor de la gestión de Moreno. La pandemia ha sido manejada de forma desastrosa, siendo Ecuador uno de los países que peores indicadores de mortalidad tiene en el mundo. Las cifras de exceso de fallecidos son escalofriantes y han pasado por la cartera de salud cuatro ministros en el último año, siendo la gestión de Zevallos una afrenta para el pueblo ecuatoriano. Nunca existió un plan de vacunación y las primeras vacunas que llegaron fueron inoculadas a discreción por parte del ex Ministro. El actual Ministro de Salud ya ha reconocido que Moreno no cumplirá su meta de dejar 2 millones de personas vacunadas antes de finalizar su mandato, un último incumplimiento que se suma a todos los anteriores.
El balance de Moreno es profundamente negativo y sus contados aciertos no pueden ocultar la magnitud de sus errores. Se espera que, por esta única vez, sí cumpla su palabra y no vuelva a participar en política nunca más. Que tanta paz lleve como descanso deja, señor Moreno.
Ricardo Flores es abogado.
Negativo. Su comentario carece de tocar la realidad que históricamente a transcurrido en el aspecto tanto politico como social en nuestro país. No es nuevo que el pais esté endeudado y que la mayoría de Presidentes no sirven. El legado del PRESIDENTE MORENO llega mas allá de sus ideas turbias y que atacan su integridad como persona. El devolvió al país la LUZ DEMOCRÁTICA QUE TANTO NECESITÁBAMOS.
En mi opinión el PEOR desacierto de Lenin Moreno fue aceptar la presidencia cuando NO fue elegido por voluntad popular, sino por el infame “apagón informático” que de forma fraudulenta alteró la voluntad de los ecuatorianos en el año 2017 , quienes votamos mayoritariamente por Guillermo Lasso. Si tenía que separarse del proyecto correísta, algo que posteriormente realizó, era mucho mejor hacerlo desde el inicio. Obviamente, hacerlo habría tenido grandes e inesperadas repercusiones en ese momento. El señor Moreno ya conocía los malos manejos y manipulación del gobierno del que formó parte y del que se benefició y se beneficiará de forma vitalicia (me refiero al sueldo que percibirá). No obstante, debemos reconocer, que a pesar de su pésima y errática gestión, ya que obviamente no fue elegido para gobernar, sino para fracasar y preparar el camino al pesonaje con el que “estábamos mejor”, su manejo político ha permitido retomar, al menos en parte, la muy imperfecta democracia de nuestro país.
El comentario es incompleto, Moreno pasa a la historia como el mejor presidente Ecuatoriano de todos los tiempos. El hecho indiscutible de poner a Correa fuera del esprectum político es el mayor logro obtenido en su mandato. El resto es puro análisis negativo exagerado en la condición en el cual el país fue dejado por los 10 años de corrupción.
Bueno fue negativo en resumidas cuentas. Todavía es un misterio como llegó a la presidencia. Mucho se esperaba de quien en un principio no esperábamos nada y finalmente terminamos recibiendo casi nada, al menos esa expectativa si cumplió. Inepto, corrupto, parte de la mafia correísta aunque alejado en las formas pero ahí va el sujeto que hizo real la transición que nos permitió salir del correísmo. Espero que empiecen a investigarlos a todos.
De acuerdo, pero también pone en evidencia una de los defectos más grandes de la democracia: ¿Cómo es posible que llegue a la presidencia una persona inepta y corrupta? Si en una empresa que trata de hacer bien las cosas, hacen todo un proceso de selección de personal para asegurarse que quien ocupe el cargo tenga la formación, la experiencia y las habilidades necesarias para que se desempeñe bien, ¿no debería hacerse algo similar con un cargo de mucha mayor complejidad y responsabilidad como es el cargo de presidente de la república? No sugiero que se seleccione al presidente, pero sí resalto un defecto más de un sistema imperfecto y cada vez más insatisfactorio como es la democracia.
Siendo la corrupción el principal protagonista de estos 14 años de
saqueo al país, incluido el periodo que deja Lenín Moreno; es obvio, que el balance del gobierno al morir su gestión, sea pobre; más aún, cuando su característica, luego del rompimiento con “ElMejorLadrondelaHistoria”, fue caminar siempre al filo del abismo, al no contar con el apoyo del padrino, la banda cleptomana y sus borregos. Demás está mencionar las limitaciones en el manejo gubernamental.
El haberse librado de protervas intenciones por parte de muchos protagonistas para tumbarlo, y facilitar el retorno de los maleantes fue clave. Y, justamente esta singular característica de haberse mantenido contra viento y marea, hasta hoy en el poder, hace que sea un logro que posibilitó -amen de tantos lios y vergüenzas propias de nuestro folclore político, durante el proceso electoral – la transición política democratica, elemento importante en la historia, lo cual nos invita a ser testigos de una sucesion presidencial que renova la Fe en el mañana, con Guillermo Lasso, Presidente. Saludos
Muy acertado artículo! La libertad de expresión, un derecho universal, si fue respetado, al parecer fue también un acierto, de los poquísimos que tuvo Moreno. Se va sin pena ni gloria,un presidente, que quizá nunca fue legítimamente elegido!
Y bajo esa libertad de expresión, tenemos ya varios mese de un bombardeo de autopropaganda de Moreno, llegando al ridículo de grabar testimonios de extranjeros que no conocen el medio, de la buena suerte de Ecuador de tener un presidente como Lenin.
Debería haber alguna manera de castigo como a los futbolistas de suspenderlos por unos días para que se vaya antes del 24.
El Inútil Mayor por fin aborda su ‘tren playero’ y nos evita soportar más tiempo tamaño mentiroso-demagogo. Q bueno q su desgobierno no fué ‘toda una vida’, q encuentre la paz viendo máster chef y soñando con los átomos de Correa. Inútil Mayor para los intereses del Pueblo, pero muy funcional para la clase socioeconómica q toma la posta en el gobierno y q ahora no podrá acultarse tras este títere!.