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Bienvenida con cuentas públicas harapientas

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Las cuentas públicas a mayo de 2021 son una bienvenida de sobrevivencia al nuevo gobierno en funciones. Traducen una serie de debilidades como antesala de las imperativas reformas en la gestión de las finanzas públicas y en el conjunto de la economía.

Los ingresos presupuestarios entre enero-mayo de 2021, de $7.679 millones, reflejan un aparente crecimiento del 10 % en relación a igual período de 2020. Crecimiento irreal, pues, se incluye el ficticio ingreso de $604 millones por la tasa de accidentes de tránsito. Al excluir tal valor, el crecimiento de los ingresos sería de 1,4 %. Los ingresos tributarios crecen el 1 % al comparar los dos períodos. Consecuencia del aumento del precio del petróleo, los ingresos petroleros en estos cinco meses fueron de $440 millones, superiores a los $300 millones de igual período de 2020.

Entre enero-mayo de 2021, los gastos alcanzaron los $8.240 millones, una reducción de 7,2 % en relación al mismo período de 2020. Se evidencia el menor gasto en el pago de intereses de los bonos basura reestructurados en 2020, pues, este rubro se reduce en el 60 %. Los gastos operativos del Estado disminuyen el 25 %, no obstante, existen obligaciones que no están registradas.

Particular análisis merece el rubro de remuneraciones. En el gasto corriente aparece en los meses citados un gasto en sueldos de $3.201 millones, con una aparente reducción del 8,8 % en relación a enero-mayo de 2020. Sin embargo, como gastos de inversión se registran gastos en sueldos por $443 millones, principalmente en educación y salud, valor que debe registrarse como gasto corriente. Arbitrio utilizado para ocultar el real gasto corriente. Esto es, el verdadero gasto en sueldos es de $3.644 millones, que comparado con el correcto cálculo de enero-mayo de 2020 reflejaría un incremento del 1,4 %,muy distante de la reducción de 8,8 % que refleja la información de la página web del Ministerio de Finanzas.

Como consecuencia del inadecuado registro de sueldos como gastos de inversión, la información de las inversiones está deformada, más, cuando también se registra como inversión el pago de $115 millones del bono que se entrega a quienes se jubilan en educación, salud y en el resto del sector público. Al excluir tales rubros de las inversiones, entre enero-mayo de 2021, las mismas serían de apenas $500 millones. Este valor es aún menor al excluir otros gastos corrientes registrados en las inversiones, como el bono de emergencia sanitaria, becas y otros rubros.

Como los gastos de $8.240 millones superan a los ingresos por $7.679 millones, el déficit entre enero-mayo de 2021 sería de $561 millones. No obstante, al restar de los ingresos los $604 millones del ingreso ficticio en abril, ya mencionado, el déficit real es de $1.165 millones. El cual es aún mayor, por cuanto en mayo no se registran las obligaciones de pago por este mes, del 40 % de las pensiones al IESS y otros rubros.

Las obligaciones por pagar del presupuesto o deuda flotante, entre enero-mayo de 2021, alcanzaron los $1.113 millones, valor que es superior al registrar el correcto gasto devengado con el IESS y otros rubros. A tal valor se agrega la deuda flotante de años anteriores, que al mes de abril de 2020 fue de $1.182 millones.

Las necesidades de financiamiento entre enero-mayo de 2021 alcanzaron unos $9.300 millones. Esto es, la suma del déficit real, las amortizaciones de la deuda pública interna y externa, los CETES (Certificados de Tesorería) y la deuda flotante. En el valor mencionado se incluye, como corresponde, la deuda a los GADS por $1.200 millones (IVA y asignaciones de 2020), devoluciones del IVA por pagar a universidades y otras entidades, deudas de convenios de liquidez (Petroecuador y otras), indemnizaciones a jubilados no pagadas de años anteriores, el pago a Perenco por el último fallo, y otras deudas no registradas en los presupuestos.

Para cubrir las necesidades de financiamiento citadas, ingresaron créditos externos de multilaterales y gobiernos por $693 millones, los desembolsos internos fueron de $703 millones, se acumularon deudas del presupuesto por $1.113 millones, se redujo algo el valor de CETES y la deuda flotante de años anteriores. Se mantienen en los mismos niveles las deudas a GADS, a jubilados y demás citadas en el párrafo anterior. A fines de mayo de 2021 los saldos del Tesoro fueron de apenas $343 millones.

El día a día fiscal es de angustia permanente. Los ingresos mensuales no alcanzan ni para los gastos obligatorios como sueldos, mínimos gastos operativos del Estado, bonos para los pobres, intereses de la deuda, insuficientes pagos a las seguridades sociales y a los GADS, e inversiones casi nulas. Aún así, faltan cada mes cerca de $400 millones.

El camino hacia la sostenibilidad fiscal será de un extenso viacrucis, incierto y doloroso. El cual, además, está aderezado con el grave impacto, de al menos $2.500 millones, del aumento de sueldos al magisterio establecido en la nueva Ley de Educación Intercultural, cuya aplicación depende de la decisión de la Corte Constitucional.

Jaime Carrera es economista

5 Comments

  1. La burocracia sigue en sus andadas manipulando y ocultando cifras. Superávit donde hay déficit, gastos de inversión lo que son gastos corrientes. A quien pretenden engañar con cifras maquilladas de los dineros sagrados del pueblo ecuatoriano. Deberían responder civil y penalmente ante la justicia. Gracias Economista Carrera. Muchas gracias por abrirnos los ojos.

  2. Los artículos del Ec. Jaime Carrera, como los del Ec. J. Hidalgo, son excelentes lecciones de economía, que los del gobierno de turno debieran prestarles mucha atención. La economía del país requiere de una reorganización urgente. No va soportar tanto gasto inútil; una burocracia inflada y bien pagada. Es de ver cuántos miles de Juntas Parroquiales con un presupuesto que solo les alcanza para pagar sueldos. ¿Y las obras para la parroquia? ¿Y para qué están los concejos cantonales? Y de yapa, el Consejo Provincial. Así mismo, instituciones de más arriba como la Asamblea, alto número de asambleístas y cada uno con unos cuantos asesores (¿sí asesorarán? porque han quedado montones de proyectos de ley arrumados ¿o faltan asesores?), etc. ¿Qué bolsillo aguantará tanto despilfarro y tanta “generosidad”?

  3. Muy bien el análisis, pero me hubiese gustado que presente un cuadro con las cifras, lo del Gobierno y los ingresos y gastos reales y el déficit; así como, las decisiones que se deberían tomar para superar el déficit.

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