La muerte del concejal Mario Granda hoy por Covid y el intolerable tufillo a conducta gansteril alrededor de la actuación de la jueza María Belén Dominguez son dos hechos que, se sabe, pesarán en la decisión que los jueces del Tribunal Contencioso Electoral tomarán mañana: el alcalde Jorge Yunda aspira a que ese organismo eche abajo la remoción de la que fue objeto por parte del Concejo Metropolitano de Quito.
Si bien nadie puede anticipar cómo será la votación en el Contencioso (se necesitan 3 de 5 votos), lo cierto es que hoy tendrá que haber una definición: o se acepta el recurso por considerar que el Concejo no cumplió con las formalidades procesales y así Yunda seguirá actuando como alcalde. O se desecha el recurso y habrá que esperar a que la Corte Provincial resuelva la apelación al fallo de la jueza María Belén Domínguez, quien resolvió el lunes que los derechos a la defensa de Yunda estaban siendo vulnerados por concejales parcializados en su contra.
¿Por qué la muerte de Granda y el escándalo de la jueza Domínguez cuentan en la sesión del Contencioso? En el primer caso, porque uno de los argumentos de la defensa de Yunda es que la concejal Paulina Izurieta, que votó por la remoción, había sido principalizada sin un pedido escrito de licencia por salud firmado por su principal, el concejal Granda. La trágica noticia sobre su muerte deja en claro que tenían razón quienes argumentaban que era tan crítica la situación de Mario Granda que no había sido posible hacerle firmar un documento notificando al Concejo que, por motivos de salud, tenía que encargar su concejalía. Granda ya se hallaba en estado crítico cuando se produjo la sesión del Concejo en la que se removió a Yunda.
El argumento de la defensa de Yunda sobre la supuesta principalización ilegal de Izurieta no solo que estaba en el expediente que se envió al Contencioso, sino que se había convertido en uno de los puntos estrellas de la defensa del alcalde que, en medios y redes, estaban haciendo dos funcionarios municipales: Estefy Grunauer y Carlos Alomoto. “El voto de un concejal suplente no estuvo autorizado”, había puesto en su cuenta de Twitter Grunauer. ¿Cómo exigirle a una persona en estado crítico, que finalmente falleció, un documento firmado autorizando a su suplente presentarse en su nombre?
Lo de la jueza Domínguez también tendrá un peso significativo. La forma en que el recurso de protección de Yunda recayó en ella, a más de su razonamiento jurídico según el cual los concejales que hicieron el informe en la Comisión de Mesa no tenían derecho de votar en el Concejo han configurado un caso de enorme desprestigio al que aparentemente los jueces no van a querer sumarse. Incluso el Consejo de la Judicatura ha anunciado que investigará cómo es que el recurso de Yunda fue calificado como un caso de violencia intrafamiliar para que haya ido a recaer precisamente en Domínguez, quien minutos luego de que Yunda fue removido por el Concejo había colocado un mensaje en sus redes sociales que, en los hechos, significaba que le parecía antidemocrático que aquello hubiera sucedido.
La jueza Domínguez luego fue pillada eliminando su cuenta de Twitter en lo que fue una evidente maniobra para borrar la evidencia de su posición sobre el tema. ¿Algo más turbio que eso? Sí: Domínguez fue nombrada jueza en el 2015 cuando nunca había sido incluida en la lista de aspirantes calificados para ser juez, y cuando fue escogida solo llevaba un año de graduado, cuando requería al menos tres años, conocimiento, especialización y probidad notoria. Incluso cumplir con la nota para el examen del curso de formación , en cuya lista nunca estuvo. La denuncia la hizo este martes la abogada Jéssica Jaramillo, ponente de la remoción de Yunda.
Todo el ruido generado alrededor de la actuación de Domínguez ha creado una atmósfera de la que muchos jueces, aparentemente, no quieren contaminarse por el costo político y de imagen que ese hecho puede producir. Hay tras la figura de Yunda demasiadas cosas turbias, una investigación en la Fiscalía, un grillete, un hijo haciendo negocios en la Alcaldía, un padre que dice nada saber de lo que hacía su hijo en sus oficinas… Y, ahora, una jueza con un fallo que desafía toda lógica jurídica. Son demasiadas cosas como para que los jueces del TCE se sumen a esa cadena de hechos inauditos para un alcalde de la Capital que pretende, para quedarse en el cargo a pesar de todo, haber sido removido en un juicio que no respetó las formalidades.
Yunda sin duda ha ganado mucho más tiempo aferrándose al cargo de lo que sus críticos en el Concejo se imaginaron. Quizá lo suficiente para que el Municipio haga los pagos a la constructora de sus amigos, Geinco, como ayer se decía en el Municipio y en el Concejo Metropolitano. Y si bien es cierto que hoy él espera que el Contencioso le dé gusto, también es verdad que ha sido precisamente su desesperada y mañosa defensa la que ha comprometido su caso.
Foto: Twitter del TCE
Increíble toda la corrupción y podredumbre que rodea el vergonzoso caso del alcade yunda , ( la omisión de mayúsculas es a propósito ) ; incluido el infame fallo de la juez Domínguez , que ojalá sea removida de su cargo por el Consejo de la judicatura . Realmente Quito no merece esta ignominia !!!!!!
Es muy claro lo que el Sr. Pallares expresa en su artículo. Así que Yunda debe salir de inmediato de la alcaldía y de patitas llevado directo a la cárcel que es el sito donde debe estar él y todos sus compinches privados, y claro está a su acérrima defensora Domínguez se la debe bajar de inmediato de su trono e incluso retirarle su título de abogada por tramposa, mentirosa y corrupta porque seguro recibió de Yunda una cuantiosa suma de dinero sucio mal habido.