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¿Montalvo, canciller de Lasso o del castrismo?

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¿Mauricio Montalvo, Canciller del Ecuador, consultó al presidente Lasso la posición que iba a tomar, a nombre del gobierno, sobre la situación en Cuba? No debe ser el caso porque, en los hechos, el presidente enmendó, en sus redes, la posición vergonzosa que tomó su Canciller en un comunicado pésimamente escrito. Montalvo y sus colaboradores cercanos olvidaron que la sintaxis existe.

La disonancia entre Guillermo Lasso y su canciller es de tal tamaño que una conclusión se impone: el presidente lo desmintió y, se quiera o no, lo dejó sin piso. La metida de pata de la Cancillería empieza con el trino publicado el viernes para presentar ese comunicado. “El Gobierno ecuatoriano hace votos por el restablecimiento de la paz social en Cuba y queda abierto a cooperar en lo que sea factible para ayudar a paliar la situación que vive el país caribeño”.

Un texto digno del correísmo y que seguramente aplaudieron todos los mamertos del país. ¿Qué entenderá el canciller por “el restablecimiento de la paz social en Cuba”? ¿Acaso esa “paz social” no se ha mantenido, en forma ininterrumpida, durante 60 años como producto de la dictadura sangrienta de los Castro? ¿Se puede desear que esa supuesta paz, impuesta por aparatos de represión, se restablezca? ¿Acaso los demócratas no tenían que celebrar, por el contrario, que ese pueblo oprimido y condenado a no poder tener ni hambre, vuelva a osar, y esta vez masivamente, desafiar la dictadura? ¿Ese pueblo, huérfano de casi todo, encarcelado en una isla, no merece total solidaridad?

¿Cómo se le ocurrió al Canciller pedir el restablecimiento de la “paz social” impuesta por la dictadura y no el restablecimiento de la democracia, las libertades y  las elecciones libres? ¿Dónde estaba Mauricio Montalvo cuando el actual presidente luchaba en las calles por las libertades y la democracia en el Ecuador? ¿Acaso no son esos valores, esos principios los que tienen que conducir hoy, como lo hicieron antaño, la política exterior? ¿Y qué buenos oficios propone el Canciller, a nombre del pueblo ecuatoriano, a la dictadura de Díaz-Canel? ¿Con quién debe componer un gobierno demócrata como el de Lasso, con el pueblo cubano que se moviliza por sus derechos básicos o con la dictadura?

Si el copy del trino es disparatado, el texto del comunicado causa perplejidad. He aquí un Canciller que se compra la narrativa del aparato comunista cubano. Si el gobierno ecuatoriano, en este caso la Cancillería de Montalvo, fuera “consciente de la situación que vive Cuba”,  no hablaría de “la persistencia del embargo comercial y financiero”. Porque si fuera consciente de lo que realmente ocurre en Cuba sabría que la miseria y el estancamiento de ese país -congelado en los años cincuenta del siglo pasado- proviene del fracaso de su modelo económico y de la dictadura política. Y no del embargo comercial; vieja retahíla de un régimen que hace creer a los ilusos que no puede comerciar; cuando lo cierto es que no tiene, por fuera de sus productos tradicionales (azúcar, tabaco, ron, pescados y mariscos) nada qué vender. Y se acostumbró a vivir de la ayuda condicionada soviética primero y venezolana después.

Realmente es inverosímil que la cancillería del gobierno del presidente Lasso, además de comprarse el discurso falaz de la dictadura, pretenda hacer creer que la situación de Cuba se debe a factores exógenos y coyunturales, como la pandemia, cuando se trata de efectos estructurales de un sistema fracasado. Con pandemia, además, naturalmente.

Con su actitud, el canciller Montalvo suscita preguntas de fondo que pocos imaginaban tener que plantearse en el gobierno del presidente Lasso: ¿en qué corriente piensa el Canciller inscribir al país con posiciones absurdas como la contenida en su comunicado sobre Cuba? ¿Cómo puede haber tal discordancia entre el Presidente de la República -que decide la política exterior- y su Canciller, que debe ejecutarla? ¿Qué hace Montalvo, a nombre del país, sosteniendo la dictadura que ha hecho tanto daño, como las de derecha en el continente, pero durante mucho más tiempo?

Mauricio Montalvo hizo un flaco favor al gobierno que lo llevó al Palacio de Najas.

Foto: El Universo

61 Comments

  1. Esto es lo mejor que he leído al respecto: “ José Hernández al omitir la Doctrina Roldós de su texto es quien peca de correísta. Dicha doctrina fue promovida por Ecuador durante el Gobierno de Jaime Roldós en 1980 y quedó plasmada en una Carta de Conducta que suscribieron los Estados del Pacto Andino reunidos en Riobamba en aquel año. La más conocida “Carta de Riobamba” o “Doctrina Roldós” contiene 11 principios de acción entre los que destaca el respeto a los derechos humanos, políticos, económicos y sociales; contribuir a la libertad, la justicia social y la democracia, entre otros.

    La doctrina Roldós es completamente opuesta a la política exterior del régimen cubano que se cimenta en que el principio de no intervención está por encima de los derechos humanos y de la democracia misma. El Ecuador durante el correísmo se unió a Cuba desconociendo la Carta
    de Riobamba y provocando escándalos como aquel de 2014 cuando votó en contra de una resolución de la ONU con la que se buscaba remitir los informes sobre los crímenes de lesa humanidad de Corea del Norte a la Corte Penal Internacional.

    Al retomar la política exterior con base en la doctrina Roldós, el Ecuador deja implícito su respeto
    a los derechos humanos, la paz, la democracia, entre otros. Marca, además una distancia importante al régimen cubano en las relaciones internacionales. Sucede que, el comunicado oficial con esas dos palabras: “Doctrina Roldós”, dice todo lo que el señor Hernández exige que sea mencionado. ¡Ya lo está!, pero sin el amarillismo, chabacanería y burdo estilo al que nos acostumbraron durante los años en los que la Cancillería estuvo a cargo de quienes destrozaron la diplomacia.

    Sobre el bloqueo hay que mencionar que el Ecuador lo rechaza desde hace varios años.
    Actualmente, los únicos países que no lo han condenado en la arena internacional son Israel y
    los mismos Estados Unidos. Ni siquiera cabe la discusión.

    Sobre el desconocimiento en política exterior y protección internacional de los derechos humanos no se le puede echar la culpa al pelagato; no tiene los 40 años de experiencia en la materia que tiene el Canciller, pero quizá una rápida búsqueda en Wikipedia hubiera evitado este artículo tan desatinado, que hace lo mismo que el correísmo: omitir la Carta de Riobamba.

    Replica, además viejas mañas verdeflex como seleccionar a conveniencia la información u omitir
    datos importantes para generar opiniones que tergiversan la realidad como cuando se dijo “son
    solo 4 pelagatos”. Con este proceder se convierten en lo que tanto han criticado, se pierde el espíritu mismo de este espacio periodístico y de opinión.

    DS.”

  2. …”La ventaja de ser inteligente es que siempre puedes actuar como un imbécil, mientras que lo contrario es imposible”…

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