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‘Cuba nunca más será lo mismo’

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Anamely Ramos es curadora de arte, profesora universitaria y miembro del movimiento artístico cubano San Isidro que fue clave en la gestación de las recientes protestas en Cuba. Es de los pocos integrantes de ese colectivo que está libre, ya que pudo salir de su país para estudiar un doctorado en Antropología en México, donde reside. 4P. evaluó con ella sobre lo que está ocurriendo en Cuba.

¿Por qué el movimiento San Isidro -movimiento de artistas, intelectuales y académicos- ha sido tan relevante en la ola de protestas en Cuba?
El movimiento surge en el 2018, a raíz de la lucha contra el decreto 3349 que restringe la vida de los artistas porque intenta regular la creación artística, el acceso a determinados espacios de exposición e incluso establecía un registro de creadores. A partir de ahí el grupo San Isidro se centró en todo lo que tiene que ver con la libertad de expresión, con la lucha por los derechos culturales en Cuba. Empezamos a montar proyectos sobre todo en el humilde barrio de San Isidro, donde vive el artista Luis Manuel Otero que está preso. El reclutamiento fue una forma de protesta por el apresamiento del rapero Luis Solís, miembro del movimiento que había sido condenado a ocho meses de prisión luego de un juicio sumario. Empieza luchando por derechos culturales, por la libertad de expresión, por el derecho a reunirse, a hacer proyectos independientes, a trabajar con la comunidad y terminó siendo un referente incluso de la oposición cubana que lleva muchos más años que nosotros.

¿Por qué un movimiento cultural logró empatar más con la sociedad que la oposición?
No quiero ser injusta con la oposición que es muy diversa y que tiene algunos movimientos como la Unión Patriótica de Cuba, Unpacu, que tiene mucho arraigo en la población, sobre todo en los pueblos. Lo de San Isidro nació como un fenómeno habanero y luego se hizo nacional e internacional. Creo que al movimiento San Isidro, por ser de artistas y venir de los barrios, no fue reprimido porque nadie decía “yo soy oposición”: simplemente hacíamos performance en sectores comunitarios, leíamos poesía, etc. Entonces eso nos dio tiempo y cuando el Estado empezó a arremeter le fue difícil porque cada uno de los miembros tenían su propio público. El Estado, cada que surge un grupo de oposición, logra aislarlo y estigmatizar con el discurso de la polarización que, en realidad, no existe en Cuba.

¿Es decir, tú eres de los pocos miembros del movimiento que está libre?
Hay otros miembros del movimiento que salieron de Cuba antes que yo. Y que son los que coordinan al movimiento en Europa y EEUU. Dentro de Cuba hay algunos coordinadores que no están presos aunque están confinados en sus casas y cada vez que salen son detenidos. La situación es muy grave. Los que estamos fuera tenemos, al menos, el privilegio de que la represión no llega hasta acá y no nos pueden meter presos. Por eso hemos asumido la responsabilidad de hablar, de explicar y de hacer enlaces con tantos grupos de cubanos que han ido surgiendo en el mundo para visibilizar el drama de los derechos humanos en Cuba.

En estos procesos, el miedo es la herramienta más potente de las dictaduras y ustedes lograron quebrar esa barrera. ¿Crees que eso fue determinante para la decisión de la gente de salir a las calles?
Estoy convencida de eso, pero no solo nosotros. Hay un largo camino de resistencia que tiene que ver con las organizaciones de oposición, muchas de las cuales fueron, como te decía, aisladas por el gobierno. Otras sí lograron articular cosas como el Movimiento Cristiano de Liberación y el Proyecto Varela, pero que tuvieron en su contra que en ese momento no había redes sociales y los reprimían de tal forma que la población ni siquiera se enteraba. Ahí está el caso paradigmático de Osvaldo Payá, a quien lo mataron. No hay que perder de vista que esta no es una dictadura al estilo de latinoamérica que fueron terribles y a las que no quiero minimizar por la inmensa cantidad de crímenes que cometieron. El caso cubano es curioso: además de la represión directa, lo que caracteriza a este estado totalitario es que ejerce un tipo de represión, lenta o blanda, que filtra a todas las instituciones del Estado y de la vida. Eso, durante más de 60 años, termina llevando la represión hasta tu casa por intermedio del famoso CDR; el Comité de Defensa de la Revolución que hay en cada cuadra. Esa represión se mete en tu casa e invalida o destruye el tejido social de manera tal, que la gente ya no sale a ningún sitio porque tiene miedo por la represión y porque están prohibidas las reuniones. En la práctica tienes todo el tiempo un policía al lado tuyo. Ese es el gran problema de los estados totalitarios como éste: desde que eres niño te están vigilando y adoctrinando. Nada más sales un poquito de la norma, aunque no sea en lo político, te vigilan porque saben que tan pronto estás generando autonomía te estás convirtiendo en una amenaza para el sistema. Eso es lo que ha cambiado ahora: la gente ha salido a la calle.

Pero, entonces, ¿cuáles son las razones por las cuales ahora sí la gente perdió el miedo y salió a la calle?
Por muchas razones. Primero, la resistencia de la que te hablo: cada persona que ha sido reprimida es una fuente de inspiración, porque eso se va encadenando. Ha sido muy importante lo de las redes sociales, porque se ha convertido en el foro que no se puede articular de forma física. Además, está la presión internacional que está siendo más fuerte gracias a tantos cubanos que se han ido y han empezado a gritar en esos países donde no son reprimidos. Otra razón importante es la crisis humanitaria: el desabastecimiento de comida, de medicinas, el colapso de los hospitales, la pandemia… Eso fue el catalizador, pero no la razón fundamental de la protesta. La razón fundamental es la represión de más de 60 años, el ahogo y el no-futuro. Y dentro de eso, por supuesto, la mala gestión del Estado que se ha encargado de ir radicalizando a la gente porque no ha dejado ninguna otra vía posible que no sea salir a la calle.

El aparato de propaganda del gobierno cubano ha sido muy eficiente en posicionar en el extranjero, sobre todo en América Latina, la idea del embargo como principal causa de descontento en Cuba. ¿Qué sientes cuando observas eso?
Da mucha tristeza porque un cubano sabe que eso es falso. Eso demuestra una profunda ignorancia de la realidad de Cuba y del cubano humilde. Fíjate que, en las protestas de estos días, los protagonistas han sido personas humildes, aquellos que tienen muy poco que perder y no son escuchados. La gente no salió a decir que quiten el embargo. La gente sabe quiénes son los responsables principales de su situación. La gente salió a gritar que se vayan, patria y vida, libertad… Mira que la mayoría ni siquiera grita comida ni medicinas. La gente salió a exigir derechos y por la posibilidad de construir un país diferente, sin ese gobierno. Eso te da la medida de que el embargo no es la fuente del problema. No digo que el embargo no tenga incidencia: pero para nada es el causante de los graves problemas económicos y de todo tipo que tiene Cuba. Cuando fuera de Cuba se escucha a intelectuales y movimientos sociales hablando de eso, uno siente una pena profunda porque es como si hubiese una desconexión con la realidad del cubano.

¿Cuál es, entonces, el principal responsable de los problemas económicos de Cuba?
La nula gestión del gobierno para solucionar los problemas sociales. En Cuba no hay comida, no hay medicinas y el problema no es ni el bloqueo ni el embargo. El problema es la incapacidad del Estado para gestionar todas las deudas que tiene y en qué gasta el dinero porque la mayor parte la usa en represión o se va en corrupción. Hasta los mismos economistas cubanos han dicho que lo que el embargo afecta hasta un 30%. ¿Y el restante 70%? El embargo no justifica que el Estado viole los derechos de los cubanos ni ejerza un bloqueo interno a los cubanos para mantenerse en el poder. El bloqueo es lo que el gobierno hace con la sociedad.

¿Ahora, qué va a pasar? ¿La represión logrará que vuelvan las cosas al estado en que estaban?
Eso no lo sabemos. Lo que sí sé es que Cuba nunca más será lo mismo. Esto fue un parteaguas total. Hay muchas cosas que se desmontan a la vista del mundo. El mito de que en Cuba no hay represión directa y violenta. Cualquiera que vea los videos podrá ver la violencia abierta no solo de la Policía sino de grupos paraestatales vestidos de civil. Han armado a grupos de la población con palos y el mismo presidente de Cuba mandó a hacer eso, tratando de crear la falsedad ideológica de que es el pueblo el que se enfrenta al pueblo. Acá el tema es que hay un pueblo que grita por sus derechos y un Estado que reprime. Ya han iniciado procesos judiciales a los manifestantes que son identificados por los videos. Hay una cacería contra la juventud: la lista de desaparecidos ya tiene más de 400 personas. Es necesario que América Latina se dé cuenta de lo que ocurre porque Cuba es un peligro, no solo para nosotros los cubanos sino para la región. En Chile fue evidente que estuvo la mano de la seguridad del Estado cubano para crear conflicto, mientras a nosotros nos hacen pasar como agentes del imperialismo. Recuerdo a todos los intelectuales de América Latina que dicen estar de lado de la población y los más vulnerables, que revisen bien los videos que hay en las redes porque lo que están haciendo es abandonar al pueblo cubano y poniéndose de lado de un gobierno que hace mucho dejó de ser revolución y que es una feroz dictadura.

¿Qué le dirías a esos latinoamericanos que apoyaron las manifestaciones en Chile, Colombia y Ecuador pero que defienden al gobierno cubano?
Que traten de pensar cómo sería vivir en un lugar donde no solo no tienes comida ni medicinas, sino donde cada vez que críticas al gobierno, aunque sea mínimamente, tienes represalias de todo tipo. Que traten de entender cómo sería vivir en un lugar donde si tú vas a salir a la calle porque eres un activista te dicen no, la calle es de los revolucionarios. Y si sales, la policía te lleva con orden de arresto. No te dejan ni siquiera hacer una llamada, te empiezan a difamar en la televisión diciendo que eres mercenario. Les pediría que miren las cifras de cuántas personas huyen de Cuba año tras año, unos lanzándose al mar, otros cruzando fronteras… Algo está pasando en Cuba para que eso suceda porque si fuéramos tan felices y este fuera un sistema tan progresista, la gente no se iría en masa. Entiendo el tema del paradigma cubano y que mucha gente que no quiera retirarlo. Pero lo que tienen que entender es que mantener ese paradigma es ser cómplice con un sistema que está matando y silenciando a la gran mayoría. Les diría que no hablen más por nosotros, porque nosotros tenemos voz.

Foto: Archivo personal de AR

Esta entrevista se publicó ayer, 18 de julio, en el boletín dominical de 4P. Si desea recibirlo, suscríbase por favor gratuitamente aquí: GPS4P.

6 Comments

  1. La constitución cubana prohíbe la oposición política al único partido autorizado para ejercer como tal; el partido comunista. Eso debería ser razón suficiente para generar el rechazo a ese gobierno por parte de todos los que en algo valoramos el derecho a la libertad.

  2. Y una entrevista a los que protestan en Colombia, pá cuando? Deberían tener un mínimo de imparcialidad para que tengan un máximo de credibilidad y no sean una cámara de eco de sus compadres que piensan en grupo, todos igualitos, todos lo mismo. Por si no lo sabían esto se llama TOTALITARISMO y no es exclusivo de la izquierda.

      • José, mis observaciones fácticas y mis conocimiento históricos me permiten colegir que son la misma vaina. Lo que no entiendo es la línea editorial de este medio que condena vehementemente una represión y calla -vergonzosamente- o hace la vista gorda a otra. El silencio intencional o implícito es, simplemente, otra forma de complicidad.

  3. Cuba en medio del Caribe es una joya desde la Colonia, por su riqueza paisajista y su gente muy amable y extrovertida. No tiene sentido que bajo el titulo de Revolucionarios, la dictadura miserable siga sometiendo a todo un pueblo a la vista de todos. Ya es hora de una intervención estratégica para acabar con sus líderes. Hace falta varios mártires que salgan de la sociedad?. O una intervención externa….

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