Hace pocos días ocho universidades privadas denominadas “cofinanciadas” emitieron un comunicado en el que lamentaban la reducción en más de 12 millones de dólares de los recursos que el Estado proveía a estas universidades para que sean destinados al financiamiento de becas para estudiantes de escasos recursos.
Existe un amplio consenso respecto de que la educación es pilar fundamental de una sociedad para salir del subdesarrollo y para que todas las personas, independientemente de su origen y condición económica, tengan las mismas oportunidades. Es por ello que resulta en extremo preocupante la reducción por parte del Estado del presupuesto destinado a conceder becas a los estudiantes de escasos recursos en las universidades cofinanciadas. Sin embargo, a efectos de conocer el real alcance de esta medida, es necesario hacer un análisis serio del impacto que esta reducción tiene en las universidades cofinanciadas, así como cuestionarnos cuál es el rol de las universidades públicas en el Ecuador.
La Ley Orgánica de Educación Superior vigente establece que las universidades y escuelas politécnicas son entidades sin fines de lucro, por lo que todos los ingresos que reciben – públicos o privados – deben ser reinvertidos en las propias universidades y parte de aquellos deben ser destinados a la concesión de becas. Adicionalmente, a ciertas universidades privadas denominadas “cofinanciadas”, el Estado les asigna una parte de la recaudación del IVA para que puedan cumplir con dicho objetivo. Esto quiere decir, por tanto, que las universidades “cofinanciadas” reciben fondos públicos de todos los contribuyentes con la finalidad de conceder becas y dar cumplimiento a lo establecido en la ley. La pregunta que surge en este contexto es a qué se destinan el resto de los ingresos que perciben las universidades cofinanciadas por concepto de matrículas, pensiones, cursos, seminarios etc. para poder establecer si existe o no la necesidad de que las universidades cofinanciadas reciban fondos públicos para cumplir con los fines a los que legalmente están obligadas. Se podrá argumentar que, al tratarse de universidades privadas, no están obligadas a rendir cuentas de lo que hacen con los ingresos que no provienen del presupuesto estatal. No obstante, este acto de transparencia es la única forma en la que se puede asegurar que las universidades cofinanciadas destinan sus ingresos al cumplimiento de los fines establecidos en la ley y no a otras cuestiones ajenas a su objeto o que no resultan prioritarias.
En esa misma línea, el gobierno debe plantearse cuál es el rol de las universidades públicas en el sistema de educación superior y cómo mejorar la calidad académica de las mismas. El presupuesto estatal, en materia de educación superior, debería direccionarse principalmente a fortalecer el rol de las universidades públicas y elevar su nivel, de tal manera que el hecho de estudiar en una universidad pública no suponga una desventaja para los estudiantes en comparación con quienes lo hacen en una privada. Es ahí donde el gobierno debe enfocar sus esfuerzos a fin de que la educación pública en el Ecuador tenga un nivel académico óptimo que permita a sus estudiantes enfrentarse al mundo laboral en igualdad de condiciones a las de cualquier otro estudiante que tenga los recursos suficientes para estudiar en una institución privada.
La mejora en la calidad y nivel académico de las universidades públicas no es impedimento para que el Estado pueda dirigir determinados recursos al financiamiento de becas en universidades privadas locales o del exterior a estudiantes que no se pueden permitir asistir a una universidad privada, pero no es razonable que ocho universidades cofinanciadas reciban dinero de todos los contribuyentes sin transparentar ni explicar a qué destinan todos los ingresos que reciben. El dinero del presupuesto general no crece en los árboles, aunque algunos rectores de estas universidades puedan pensar lo contrario.
Ricardo Flores es abogado.
Siguiendo la argumentación de Martín Pallares, las universidades privadas NO deberían recibir fondos para becas, así que aplicando el principio de equidad, el estado debería cortar de forma definitiva este financiamiento y dirigirlo exclusivamente a las públicas.
Excelente análisis señor Ricardo Flores, el dinero de nuestros impuestos debería ser destinado para promover becas en la educación, pública, de esta manera se puede equiparar con la educación privada y mantener igualdad de oportunidades en el ámbito profesional. Las universidades privadas tienen muchísimo dinero que recaudan de los estudiante por matrículas y otros rubros, que financien las becas de sus estudiantes y no pretendan seguir desangrando al pueblo exigiendo que les financiemos becas teniendo autogestión.
Lo primero que se necesita es información. Para ello;
1. Todas las universidades, tanto públicas como privadas, deben publicar cada año sus estados financieros, auditados de manera independiente. Ahí se podrá ver los ingresos que reciben, los gastos que realizan, el patrimonio, las deudas, y constatar la viabilidad financiera. No es posible que sigan existiendo universidades ahogadas en deudas, llenas de juicios por falta de pagos, carreras sin estudiantes, y que sigan estando acreditadas y sigan recibiendo fondos públicos.
2. Además deben publicar:
– Nómina completa, incluyendo sueldos y beneficios
– Todos los contratos efectuados
– Lista completa de proveedores
– Lista completa de becarios, con los montos concedidos.
Sin información, estamos a ciegas. (Aunque esa es la forma habitual en que la gente emite opiniones: u así es como se toman las decisiones)
Doctor Flores comparto su criterio, pero, me gustaría agregar lo siguiente:
NO SOMOS ALEMANIA, POR LO TANTO NO PODEMOS DAR EDUCACIÓN UNIVERSITARIA GRATUITA: Lo que no significa que deba ser cara. Además, es bastante probable que muchos de los padres de los estudiantes actuales, tengan negocios o ingresos de tipo informal y no paguen impuestos, o, sus declaraciones no se correspondan a la realidad de sus ingresos. Entonces, es Justo que el Estado de gratis estudios a hijos de padres que no aportan? Además, se podría implementar un sistema de pensión diferenciada como en la PUCE. Es muy probable, que la mayor parte de estudiantes, pueda pagar un salario básico por semestre.
LAS UNIVERSIDADES DEBEN GENERAR MÁS INGRESOS, COMO LO HACEN LAS UNIVERSIDADES ESTADOUNIDENSES: Las universidades estadounidenses, no viven del Estado, venden proyectos, consiguen donaciones. Las de aquí, solo quieren que el estado les mantengan, para que el 26% de sus alumnos deserten, y, buena parte de sus graduados no consigan trabajo. Hay un sinfín de proyectos que el mismo estado les podría comprar, pero las universidades no lo intentan, por ejemplo: estudios reales De frecuencias de transporte público en ciudades y carreteras; estudios sobre comportamiento sexual, para ver entender la realidad de la comunidad LGBT; sistemas administrativos para municipios pequeños; sistemas para servicios de pago en la obtención de data y registros de carácter comercial; etc.
LA UNIVERSIDAD DEBE ENFOCARSE EN CARRERAS STEM: Las carreras STEM cubren cuatro áreas de conocimiento: ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Estas comprenden el futuro de las profesiones. Lamentablemente, la mayor parte de carreras de las ciencias sociales, no tienen un buen futuro en el ámbito laboral.
ACEPTÉMOSLO, NO TODO EL MUNDO NECESITA SER PROFESIONAL: La realidad nos demuestra que no se requiere de un título para labrarse un buen porvenir económico. El claro ejemplo es el presidente Lasso. El modelo que más podría acercarse a la realidad ecuatoriana es el modelo alemán: los estudiantes con habilidades técnicas, siguen un bachillerato técnico, lo que les permite trabajar inmediatamente; el resto, se enfoca en una carrera profesional, y, sigue la universidad.
Las universidades estadounidenses son demasiado caras y generan una tremenda deuda de la cual muchísimos de sus ciudadanos están ahorcados por años. Es decir, ni los ingresos que supuestamente generan les permiten fijar costos más “amigables” con sus propios ciudadanos. Respecto a las STEM ¿qué estudios sustentan dicho supuesto? (son el futuro y que las carreras de ciencias sociales no tienen buen futuro).