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Mejores partidos, políticos distintos

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Históricamente el Ecuador, igual que muchos países latinoamericanos, no se ha destacado por tener un régimen de partidos y movimientos políticos sólido. Se puede decir que tenerlo ha sido un deseo colectivo, que ha estado siempre bajo una construcción permanente, pero ha estado lejos de convertirse en realidad.

Ha habido esfuerzos en esa línea y de aquello da cuenta la florida normativa que se ha generado en ocasiones, buscando la consolidación de las agrupaciones políticas. Se ha discutido durante décadas, formas para lograr que no solo sean máquinas electorales, sino que los partidos constituyan tanques de pensamiento alrededor de los cuales, sus afiliados se agrupen y construyan colectivamente planes y proyectos para consolidar la democracia del país.

La discusión sobre cómo lograr mejorar el ejercicio de la política no es nueva en la región; sin embargo, a la luz de la situación de crisis que viven la mayoría de los partidos políticos, este debate está tomando fuerza y en buena hora. Cabe mencionar que la pandemia también ha golpeado la forma de hacer política, y esto imprime más presión sobre las agrupaciones políticas y sus representantes, porque están con mayor intensidad bajo el escrutinio público, sobre todo,  a la luz de la vigencia de las redes sociales que todo lo ven en tiempo real.

Las nuevas causas como la lucha contra la violencia política de la mujer, la participación de las diversidades, la búsqueda de la transparencia como valor poderoso entre otras, están calando en el imaginario de los electores cada vez más y, por lo tanto, las exigencias y expectativas sobre los actores políticos crecen exponencialmente. Así como la presión sobre ellos. La colectividad se muestra menos tolerante ante las conductas de corrupción de los políticos.

Por lo tanto, lo que espera el ciudadano son políticos distintos que no solamente generen contenido mediático, sino que tengan destrezas profesionales a fin de que sean solventes para plantear soluciones a los problemas que presenta este mundo contemporáneo post pandémico.

Si bien la corrupción política ha provocado que se disparen los índices de rechazo al ejercicio de esa actividad -necesaria en un sistema democrático-, se empieza a sentir una demanda imperiosa de un cambio drástico en usos y prácticas que faciliten el tránsito hacia la construcción de una política más profesional, más responsable y honesta.

En ese sentido, está apareciendo un consenso generalizado, tanto de jóvenes, como personas de media edad y de adultos, que para mejorar el ejercicio político, lo que necesita el país es un nuevo sistema de partidos que proponga normas claras y ciertamente más estrictas tanto para las agrupaciones como para sus militantes.

Los hechos recientes ocurridos en una Asamblea que aún no cumple cien días, manda un mensaje claro respecto a que nuevas y más estrictas normas son necesarias que garanticen un proceso idóneo de selección de candidaturas.

Está claro que los procesos internos de democracia interna como de selección de postulantes debe cambiar drásticamente y quizás sea necesario que sea supervisada directamente por la autoridad: el instituto de la Democracia, por ejemplo.

La carrera política no puede seguirse mirando como una ruta corta hacia el enriquecimiento y es preciso, para ello, generar normativa que apunte a evitar la proliferación de partidos de papel que se compran o se alquilan; generar padrones de afiliados y umbrales para la supervivencia de las agrupaciones políticas entre otras cosas.

Se dice que un hecho habla más que mil palabras. Los hechos recientes han hablado y están diciendo que la única forma de cambiar radicalmente la manera de hacer política en el Ecuador, es reformar el sistema de partidos. La vía más idónea para conseguir políticos distintos es lograr depurar los partidos existentes. Solamente forzando, en el campo legal, la responsabilidad de las agrupaciones políticas, al momento de escoger candidatos, se podrá tener nuevos cuadros. De lo contrario, seguirá la misma puerta giratoria que lleva al mismo lugar.

Solamente cuando existan mejores partidos, habrá políticos distintos. No hay de otra.

Ruth Hidalgo es directora de Participación Ciudadana y decana de la Escuela de Ciencias Internacionales de la UDLA.

5 Comments

  1. Mientras no empecemos a educar a nuestro pueblo desde la niñez es imposible que tengamos mejores políticos. Buscamos profesionales en cantidad pero no en calidad y luego nos enteramos que la gran mayoría de las personas que tienes puestos politicos han comprado sus títulos o apenas son bachilleres. Es hora de cambiar para obtener mejores ciudadanos y políticos.

  2. Mientras no empecemos a educar a nuestro pueblo desde la niñez y bien nutridos es imposible que tengamos mejores politicos.Acabo de ver información que España adolece los mismos poblemas que nosotros : una educación deficitaria, obsoleta, fundamentada en la memorización y no en el análisis.Buscamos profesionales en cantidad pero no en calidad y luego vienen las decepciones.Es hora de cambiar para obtener mejores ciudadanos y politicos. Ejemplos hay: Dinamarca,Singapur ,Japon etc. etc.

  3. Ruth estás en lo cierto.
    El país ya tuvo su ley de partidos políticos. Creo que lo impulsaba dicha ley O. Hurtado y otros. pero todo, como muchas leyes buenas, se quedó en el papel. Los caciques pueblerinos, y los cuenteros y los milagrosos y los refundadores prometen convertir el país en cuatro años en una maravilla del sur del continente. Hubo uno, prestigioso médico, que solo tenia 180 días de mandato, por reemplazo de pinocho, y muy suelto de huesos gritó VOY A REFUNDAR LA PATRIA.
    En materia política, son los politiqueros, como las vacas locas, corretean sin sentido, destruyen lo que encuentran al paso, y luego abandonan Carondelet en medio de los robos, y la devastación moral y económica. Viene el nuevo cuentero y lo que hace es ECHARLE LA CULPA LA ANTERIOR CUENTERO.
    Menos mal que Lasso ha cambiado esa forma estúpida de justificar la impotencia y la ineptitud de tanto politiquero. Lasso no se ha lamentado de lo que dejó el correista Moreno.
    Se ha dedicado a organizar ese desbarajuste y ha trabajado y sigue haciéndolo con capacidad y ordenadamente. Y le ha dado confianza la pueblo para seguir adelante con trabajo, con honradez y capacidad.
    No es un aventurero de la política; decidió organizar este pueblo y guiarlo por la senda del trabajo y la honradez y fundó un verdadero partido político. Es el ejemplo a seguir.
    CREO, no es una colcha de retazos de politiqueros fracasados o de chiros metidos a políticos para robar el dinero de todos los ecuatorianos como ese maremágnum de Alianza para Robar. (PAIS)

  4. “Los hechos recientes han hablado y están diciendo que la única forma de cambiar radicalmente la manera de hacer política en el Ecuador, es reformar el sistema de partidos.”

    What ????

    Acaso está insinuando que… obligar a los partidos a confeccionar las listas …. alternando [email protected] según su género…. no ha servido para nada?

  5. En este país pedir lo que señalas es como pedir peras al olmo. Perdón por mi pesimismo pero lo que yo observo y escucho es , en una gran parte, irracionalidad al cubo.

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