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¿Al fin Ecuador tiene un camino?

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Guillermo Lasso dijo en su Mensaje a la Nación, este jueves 23, que como presidente no puede dejar que el país caiga en el inmovilismo. Permanezca debió ser su verbo. Porque si bien el país sabe que necesita reactivarse, atraer inversión, competir, producir, exportar; si bien sabe que necesita trabajo para los casi seis millones de ecuatorianos que no tienen uno estable, no se observa una reacción de repudio contundente ante los discursos y las actitudes irracionales. A menos que esa reacción sea la que registran los sondeos que dan a Guillermo Lasso cifras positivas de aceptación y credibilidad por encima del 70%. De ser el caso, no se sabe cómo el gobierno hará para que esas reacciones, usualmente superficiales y fugaces, sostengan el proceso de cambio propuesto por el presidente.

¿Tiene Ecuador un camino? Sí, se respondió el presidente: liberar todas las energías productivas. Su propuesta estriba, entonces, de mover estructuras contenidas en más de una docena de leyes -en 14 exactamente- para generar empleo. Eso explica esta megaley de 335 artículos, 11 disposiciones generales y 15 disposiciones transitorias. Una ley para destrabar el marco laboral, estabilizar en parte la economía, atraer inversión y cargar el costo de la pandemia, en forma progresiva, en el 3.5% de la población que tiene mejores condiciones económicas. Otra vez una ley excepcional, ante una situación excepcional.

En los hechos -y lo dijo-, el presidente declaró otra movilización nacional tras la etapa de la vacunación. No solo propone una ley; sitúa al país en el punto de ruptura que ni política ni culturalmente ha querido asumir: salir del inmovilismo; escoger una dirección y remar decidida y sostenidamente hacia ella.
Por vocación, por decisión o por necesidad -o todas juntas-, el presidente ha entendido que no puede administrar el statu quo. Ecuador, para salir de la pobreza, no puede multiplicar bonos y subsidios: tiene que crear empleo. Y no puede hacerlo con un código de trabajo que tiene 83 años y con recetarios ideológicos que han probado su inoperancia. Sacar al país del inmovilismo no es una opción: es una necesidad y el debate en la sociedad y en la Asamblea no debería centrarse sobre su pertinencia, sino en las etapas y los mecanismos para echar andar al Ecuador.

Lasso escogió una fórmula que lejos de atentar contra el tejido social, lo protege. En ese sentido, se pueden analizar dos de sus decisiones: hacer convivir dos códigos laborales. Uno, que habla de un mundo previsible, lento y lineal: 40 horas de trabajo, de lunes a viernes, de 8:00 a 17:00, estable y en la misma empresa hasta la jubilación. Ese mundo, que está en el código de 1938, ya no existe. Y otro, un mundo incierto, mutante, veloz, imprevisible, con horarios individuales y cambios constantes de oficio y de estatus: es el mundo tal y como existe y reclama un nuevo marco normativo. En el primer caso, los derechos serán enteramente respetados; en el segundo, los derechos serán respetados y pagados en forma proporcional al tiempo trabajado. Los viejos sindicatos, cuya representatividad es mínima y no hablan a nombre de los casi seis millones de personas sin empleo, se han quedado sin argumentos. Y sin coartadas.

La segunda decisión es poner parte del peso de la pandemia sobre los hombros de aquellos que más tienen. El presidente propone un cambio profundo en la sociedad y lo hace sin que nadie pueda acusarlo de castigar a los más pobres. Nadie ha hablado -y no hay cómo hacerlo- de paquetazo. Es un ejercicio de solidaridad impuesto a las elites y que él promociona como una inversión, repartida en dos años. Se trata de pagar en parte el bache de la pandemia que agravó la factura que dejó el correísmo y el morenismo. El primero por derroche y corrupción; el segundo por inacción.

Con esta ley el presidente hace una apuesta arriesgada. Pero el peso político recae en la Asamblea donde algunos partidos querrán -precisamente por el automatismo del statu quo que los gobierna- librarse a un mano a mano con el gobierno. Salvo que esta vez su interlocutor no es el presidente: es un ejército de 5,8 millones de personas sin posibilidades de trabajar y un país cansado de políticos improductivos. Lasso no está protegido, pero las condiciones objetivas justifican y guarecen su propuesta de salir del inmovilismo y echar a andar el país.

Foto: Presidencia de la República. 

15 Comments

  1. Quizas la Sra. Llori, no diga que le envidian, porque ahora ya no se sirve chontacuro.

    Si estos corruptos, no dan paso a aprobar esta nueva ley laboral, el gobierno debe sacar su As debajo de la manga y convocar una consulta popular, para que estos parásitos se larguen a sus casas y dejen de joder al país

  2. Me parece que el presidente ha escogido el único camino que se puede seguir para sacar a este país adelante, apuesta a la nueva generación que quiere trabajar en un horario flexible, que piensa en el día a día, que mira el futuro del hoy y no del mañana , que busca emprender negocios y trabajar horas extra o al contrario, en fin este país que debe cambiar de mentalidad y ubicarse en un país de oportunidades que no necesitemos ver al norte como una ventana de escape y prosperidad, sino también como una oportunidad de ir hacer negocios y volver …ojalá podamos ver cristalizado todo esos anhelos del pueblo…

  3. Que Dios ilumine a los asambleístas para que “piensen” y “razonen” alguna vez siquiera y se den cuenta que atrás están más de 5 millones de compatriotas sin trabajo, sufriendo y sin futuro. Esta megaley de Guillermo Lasso es la salvación de nuestro Ecuador del Alma.
    Excelente artículo Dr. Hernández muy objetivo su punto de vista.

  4. El inmovilismo de Moreno fue desesperante. Su temor reverencial por Correa, hizo que consiguiera resolver algunas taras por mano ajena. Primero consultando al pueblo, luego gracias a la inquebrantable voluntad de Julio César Trujillo y finalmente y ante una debacle que se aproximaba un cambio de timón ene la economía, a pesar de decirse parte de la verdadera izquierda. Pero en gran parte de su inacción, se notó la falta de voluntad política contra la corrupción y la ausencia de planes para equilibrar los desajustes. Con Guillermo Lasso todo parece ser diferente. Nadie le puede convencer cambiar sobre aspectos que considera correctos y lógicos; asume paso por paso la búsqueda de soluciones a los problemas que son críticos: Vacunación, seguridad, cárceles y ahora emprendimos, empleo e inversión. Se esperaría que su aceptación crezca gracias a la consistencia de su trabajo para liderar las acciones de gobierno y entonces se decida a emprender en acciones de largo plazo, en que el país consolide tendencias, incremente su producción, exporte más y ofrezca mayores oportunidades de empleo. Ha demostrado que la descomposición política en la Asamblea, puede ser superada y acudió a presentar la Ley en que cree personalmente, para poner a esa entidad contra la pared, frente al desprestigio que conlleva un tratamiento anodino e inicuo. Lo único que necesita, es consolidar su respaldo popular y político y lo que no necesita es la opinión desgastada de líderes como Nebot, con su inaceptable e inmoral acercamiento con el mayor delincuente del País, que por poco ocasiona el fracaso del gobierno y su valoración ética.

  5. …”Se trata de pagar en parte el bache de la pandemia que agravó la factura que dejó el correísmo y el morenismo. El primero por derroche y corrupción; el segundo por inacción.”… Solo quiero acotar en su certero artículo, señalando que Moreno fue tan corrupto y derrochador como Correa, con la salvedad de que no lo superó, solo porque su incompetencia no lo permitió.

  6. Después de 14 años de farra y robos, al fin llega una “propuesta de salir del inmovilismo y echar a andar el país”, el solo anuncio nos anima a [email protected] ecuatorianos a ser parte de “echar la red y aprender a pescar”, para lograr un cambio, especialmente para los 6 millones de ecuatorianos (jóvenes, adultos) en edad de trabajar y que hoy no encuentran la forma de vincularse a un “trabajo productivo”. Lo que hoy se requiere de esa Asamblea es que “piensen” y se inaugure la NEUTRALIDAD POLÍTICA para tratar la LEY DE OPORTUNIDADES, lo que significa que: 1) No es debatible desde una perspectiva ideológica, 2) no se requiere alineación política o de partidos que han demostrado que estos también están caducos como el “código de trabajo” (83 años) de no haber producido un cambio en el Ecuador y enquistar en sus filas propuestas retrógradas basadas en el inmovilismo. 3) Deben analizar y reflexionar la ley desde EL INTERÉS SOCIAL, para paliar una necesidad la “carencia de recursos” y RESALTAR EL IMPACTO que tendrá su ejecución, 2 millones de trabajadores conformarán una masa crítica para salir del hueco que durante 14 años el morenismo y correismo nos ha condenado a vivir sin trabajo digno, con una economía estancada. Si bien son 14 leyes las que se revisarían es necesario hacerlo, ahora los problemas no se resuelven sino se aplica un enfoque multisciplinar, en donde concurren factores multicriterio (productivo, tributario, otros) y pedir que se trate una sola materia es caduco igual que el código del trabajo ochentón…

  7. Gracias señor Hernández, yo si entiendo y sé que muchas personas también. Ahora, será que los asambleístas entienden? Ese es el problema, frente al cual si hay soluciones, pero YA…!

  8. Yo soy uno de los que debera pagar el impuesto a los que mas ganamos. Y lo hare con gusto. Estoy totalmente de acuerdo que los que mas ganamos, mas debemos pagar de impuestos. Sin embargo, hasta gente de los PSCs se opone. No entiendo. Nos falta mas cultura de impuestos y que los mismos nos sean “devueltos” en seguridad.

    Los jovenes estudiantes deberian ver la oportunidad enorme de trabajar unas horas por semana, como ocurre en Canada, por ejemplo, para financiar parte del costo de vivir como estudiante. Si esa propuesta no apoyamos y no pasa, que mas queremos?

    La decision de contar con dos Codigos de Trabajo para beneficiar a los dinosaurios/oportunistas sindicalistas y a los que de verdad necesitan un empleo es muy ingeniosa por parte del gobierno. No afecta negativamente a nadie. Si una propuesta asi tampoco avanza, que mas queremos?

  9. La supuesta izquierda ecuatoriana no ha sido democrática sino autoritaria. La amplia mayoría como Pachacutec, UNES y otros, jamás se prepararon para gobernar, apenas para llegar al poder. No han generado propuestas de crecimiento, solo de redistribución de la pobreza. Viven pertrechados en un pasado rancio, encerrados en dogmas desde los que pontifican su supuesta superioridad moral. Correa gobernó Ecuador, probó que gusta de los gobiernos abusivos, no cree en los acuerdos y no tiene imaginación cuando se queda sin dinero. Ecuador se benefició de los buenos precios del petroleo, pero el “sabio Correa”, que gobernó a su libre albedrío, jamás previó cómo administrar las expectativas sociales cuando el ciclo se terminó. El resultado: un pais más pobre y con culturas políticas menos democráticas. Pero ahora, tras al menos 14 años de gobierno despilfarrador, Ecuador enfrenta nuevos pasivos y una pobreza inmoral. El gobierno de Lasso parece que nos imprime nueva esperanza. Esperemos no equivocarnos.

  10. Excelente decisión del Sr. Laso, ahora toca revisar ese cueva en la que se refugian 135 principies y princesas del gasto inútil, mal llamada asamblea; buena salvo excepciones como siempre.

    • Bueno voy hacer muy honesto realmente en la primera vuelta vote por un candidato que ahora ni me acuerdo, y en la segunda vuelta vote por Guillermo Lasso porque no habia mas el otro candidato ni en broma votaba por el, pero tengo que admitirlo que Guillermo Lasso me ha dejado sorprendido, todas las decisiones que ha tomado hasta hoy han sido muy buenas el haber roto el acuerdo con el PSC por no dejar que ganaran la presidencia por la Asamblea me parecio acertado (aunque lamentablemente no habia algun otro candidato mejor que la Llori para nuestra desgracia), la vacunacion de 9 millones en 100 dias me parecio una jugada arriesgada pero para nuestra suerte lo logro, y ahora este Plan para crear empleo me parece que esta a la medida de los empresarios pero mejor esto que seguir en el desempleo, creo sinceramente que el Presidente Lasso esta tomando buenas decisiones por lo que deberiamos apoyarlos todos sociedad civil, grupos de poder, autoridades, para que este barco llamado Ecuador vaya a buen destino.

  11. El Presidente Lasso pasará a la historia como quien realmente sacudió el obsoleto tablero político ecuatoriano inmóvil en el fondo desde hace décadas.
    Los asambleístas y políticos tradicionales como Nebot, Correa e Iza buscarán desestabilización y mantener el viejo estatus quo, depende del apoyo de nosotros los ciudadanos el presionar para romper el ancho dique del inmovilismo y corrupción de la política representado en la actual Asamblea Nacional.

  12. “No podemos seguir haciendo las mismas cosas y esperar resultados diferentes”

    El Ecuador tiene que cambiar sus viejas maneras, en el mundo encontramos muchos pueblos en la miseria por aferrarse al pasado, consecuencia del egoísmo megalómano de pseudo líderes que se aprendieron de memoria el fracasado y caduco discurso comunista para encantar y someter a sus pueblos.

    Lejos muy lejos de lograr la cacareada “igualdad” cada vez empeora la condición de los más jodidos y cada vez aparecen más y más NUEVOS RICOS que se dedican a mirar por encima del hombro a los mismos cojudos que los elevaron a los altares y para colmo cuando están a punto de ser “descubiertos” cagados de la risa se largan a Miami a gozar de nuestra plata.

    No debemos dejarnos meter el dedo de nuevo, sabemos y sentimos que necesitamos “RESULTADOS DIFERENTES” por eso tenemos que apoyar con firmeza una NUEVA FORMA DE GOBERNAR.

    BASTA DE IMPUNIDAD!!!… CASTIGO A TODOS LOS CORRUgTOS!!!

  13. Subir los impuestos a los ricos es una medida populista. Poca gente se va a oponer. Buena movida política!

    Pero… para qué quiere Lasso subir los impuestos a los ricos? Pues… para lo mismo de siempre: tapar, en algo, el hueco fiscal. En otras palabras: para que el Estado obeso, burocrático, ineficiente y corrupto siga igual.

    No hay ni una sola propuesta para eliminar las trabas burocráticas. Ni para descentralizar funciones que deberían estar a cargo de gobiernos locales.

    Mucho menos para eliminar el Mamotreto de Montecristi. El Estado que construyó Correa a su imagen y semejanza… seguirá vivito y coleando.

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