Poco después de que Guillermo Lasso hablara, en la entrevista con Carlos Vera, de los planes que Rafael Correa, Jaime Nebot y Leonidas Iza tendrían para destituirlo, el movimiento Revolución Ciudadana publicó un comunicado en el que, entre párrafos de contenido político, describen lo que, según ellos, fue el manejo económico durante el gobierno de Correa. El comunicado dice: “Nos permitimos recordar que, según diversos indicadores, el Gobierno de la Revolución Ciudadana ha sido el mejor de la historia de nuestro país. La inversión pública alcanzó los USD 101.106 millones. Se duplicó la economía pasando de USD 46 mil millones en 2006 a USD 100 mil millones en 2015. Dos millones de personas salieron de la pobreza, la precarización y tercerización laboral se eliminó (sic), la salud pública tuvo una inversión histórica de USD 16 mil millones, se redujo el índice de homicidios y la vialidad del país fue referente mundial”. ¿Por dónde empezar en semejante acumulación de verdades a medias?
Tal vez por lo del tamaño de la economía, argumento pobre por donde se mire pero que los correístas no se cansan de repetir. En efecto, la economía ecuatoriana (en dólares corrientes) se duplicó entre 2006 y 2015; de hecho, un año antes, en 2014, el PIB nominal del Ecuador ya era dos veces mayor que en 2006. Pero resulta que durante la mayor parte de la gestión de Rafael Correa Ecuador y los demás países de América del Sur se beneficiaron de una bonanza histórica en los precios de sus principales productos de exportación. Esa bonanza, más allá del impulso que dio al nivel de actividad en toda la región, infló el tamaño de las economías en valores nominales. De hecho, si tomamos como punto de partida el año 2006, que se menciona en el comunicado, resulta que el Ecuador tardó más que otros países en duplicar el tamaño de su economía en dólares corrientes: Argentina lo hizo hasta 2011, al igual que Bolivia, Colombia, Perú y Venezuela (sí, Venezuela también duplicó el tamaño de su economía en esos años) y Brasil, Paraguay y Uruguay incluso antes, hasta 2010. Solo Chile no duplicó el valor corriente de su economía después de 2006, pero porque ya lo había más que duplicado en los años anteriores (de hecho, también entre 2001 y 2006 Ecuador prácticamente duplicó su PIB nominal). Siendo esos los datos, ¿de qué se jacta el correísmo?
En realidad, lo que se debería comparar es la tasa de crecimiento REAL que la economía ecuatoriana alcanzó durante el gobierno de Correa (2007-2017, incluyendo unos pocos meses de manejo económico correísta en el gobierno de Moreno) con la que mostraron otros países de la región. Y ahí el Ecuador, con su mediocre 3,3% promedio anual, queda en la parte baja del ranking regional, detrás de Bolivia, Colombia, Paraguay, Perú y Uruguay. Y también por debajo del crecimiento de nuestro país en los primeros años de dolarización (4,8% anual entre 2001 y 2006).
El segundo argumento es el del monto de la inversión. Ese hace aguas por al menos dos lados. El primero, y que se le viene enseguida a la cabeza a cualquier persona más o menos informada, es que dentro de esos $101.106 millones que supuestamente se “invirtieron”, están los $1.500 millones de la “Refinería del Pacífico”, los más de $2.300 millones en la “repotenciación” de la de Esmeraldas, otros tantos en Coca Codo Sinclair (llena de fisuras y con riesgo de colapsar), además de otras obras “emblemáticas” como Yachay, la Plataforma Financiera o la planta de gas que se hunde. Otro lado flaco de ese argumento es que, pese a haber contado con ingresos petroleros extraordinarios, gran parte de esa inversión se financió con deuda. De hecho, durante el gobierno de Correa la deuda pública total (medida con la antigua metodología, que no incluía preventas de petróleo ni atrasos de años anteriores) pasó de $13.500 millones a $43.500 millones. Es decir, esa inversión de la que el correísmo hace tanta gala (y de la que, al parecer, tanto lucró) corresponde en buena parte a obras inconclusas o mal hechas o absurdamente costosas y que, para colmo, se financiaron con deuda. Tremendo mérito.
El argumento de la reducción de la pobreza es similar al del tamaño de la economía. Primero: Ecuador ya venía reduciendo la pobreza antes de la llegada de Correa al poder (de hecho, lo venía haciendo de manera más acelerada) y, por otro lado, ese también fue un fenómeno regional en el contexto de la bonanza de las materias primas. Incluso Venezuela redujo durante algunos años la pobreza, antes de caer al despeñadero.
Lo de la eliminación de la precarización y la tercerización laboral parece un chiste de mal gusto: al cierre de 2017, pese a todos los años de bonanza petrolera y despilfarro público, la tasa de empleo adecuado a nivel nacional era MENOR que la de 2007 (primer dato comparable). En otras palabras: la receta del correísmo para no tener empleados “precarizados” (según sus arcaicos criterios) fue hacer que las personas directamente no consiguieran trabajo. Deje nomás –podrían decir todos quienes buscaban (o buscan) desesperadamente uno–, muchas gracias.
Otro chiste es ese de que el Ecuador se convirtió en un referente mundial –ya no solo regional, ¡mundial!– en cuanto a vialidad. Seguramente en Estados Unidos o Europa nunca han visto una carretera de cuatro carriles ni un paso lateral. O se deben estar preguntando qué novedosos criterios de retorno son los que se usaron para construir, a un costo exorbitante, vías tan poco transitadas como la Collas.
Finalmente, dejando de lado la maliciosa sospecha de que la disminución en el número de homicidios haya tenido que ver con algún acuerdo non sancto con el narco, y suponiendo que ese logro, a diferencia de los otros que se mencionan en el comunicado, es genuino, entonces sería bueno que los correístas traten de convencer a los socialcristianos de que no es una buena idea esa de que todo el mundo ande armado. Podrían reunirse cualquier momento a conversar sobre ese y otros temas en un ambiente de confianza. Al fin y al cabo, andan de ñañones.
José Hidalgo Pallares es economista.
Muy buen artículo Alto y Claro
Excelente artículo! Una vez más, queda al descubierto que los correistas no han, no tienen y nunca tendrán ni puñetera idea de economía, estadísticas o números. La fantasía es su verdad!
Más allá de los números hay que preguntarnos qué clases de estado consolidó el economista correa, cual fue su legado de institucionalidad, de sostenibilidad, de moralidad en donde cada persona puede tener en su bolsillo una cantidad de droga que a la larga hizo muchos vendedores al menudeo. De donde creen que salen tanto sicariato, tanto comercio de droga. El hombre acabó con la familia con esa estupidez de tabla.
“Referente mundial en cuanto a vialidad”. Debe de ser por el más alto costo a nivel mundial de kilómetro construido. O porque vías de primerísima importancia, como la Alóag-Santo Domingo, no se las hizo. O porque las recién reparadas como ese puente de Manabí que recién se fue al suelo, solo tienen de extraordinario el costo. O porque dan pena gastar vías tan caras como la de Collas. O porque han sido construidas hacia ningún sitio, como la de Esmeraldas dirigida a Colombia, asfaltada y con puente y ahí quedó porque en Colombia no ha habido ni un chaquiñán. Bueno, ya estamos acostumbrados a festejar hasta refinerías invisibles. ¡Somos lo máximo a nivel mundial para los chistes! ¡Somos el hazmerreír!
Qué importantes son sus artículos sobre economía del país Ec. José Hidalgo P. para aquellos que no estamos dispuestos a tragar ruedas de molino y necesitamos información. Felicitaciones y gracias.
Si uno es un poco observador se puede dar cuenta que en el gráfico del PIB de Ecuador hay una caída que justo coincide con el año 2014 donde termina de caer el precio del petróleo. Qué tan dependiente era o más bien es el Ecuador en cuanto a matetias primas para su crecimiento? Parece que ese crecimiento no representa realmente desarrollo si es dependiente de la extracción de materias primas. Que hizo el gobierno de Correa para apartarnos de la senda del subdesarrollo? No creo que las refinerías invisibles, los Harvard de mercadillo con participación de transnacionales falsas, las carreteras vacías o los nuevos ministerios hayan ayudado en nada. Cuando se les acabó el “exitoso modelo”, se dedicaron a endeudarse para tratar de seguir mostrando buenos números en crecimiento e inversión como todo buen keynesiano, sin embargo, no fueron más que cifras mediocres tomando en cuenta a otros países como lo dijo el señor Hidalgo. Para el pesar de los correistas no había máquina de imprimir billetes por lo que su solución mágica estuvo incompleta, por suerte. Queda en claro que hay mejores formas de hacer las cosas. El problema es que ahora esa idea también nos está pasando factura y cada vez requiere de más endeudamiento. Lo que más me preocupa es que haya gente que quiera volver con el correismo, realmente todo lo que dicen no son más que el equivalente a las mentiras que las parejas abusivas les dicen a sus víctimas para tenerlos de nuevo en sus garras.
Muy buen artículo que desnuda la realidad del Correísmo. Es evidente que los capos robolucionarios del siglo 21 encabezados por Correa, Glas, Patino, los hermanos Alvarado, etc. de alguna manera tratan de seguir lavando el cerebro al casi 30% de los borregos del país para convencerles de que su gobierno fue el mejor de la historia, y que durante estos 14 años de evidente desfalco que el Ecuador sufrió a manos de estos delincuentes de alto vuelo, muchos de estos borregos tambien recibieron coimas de alguna u otra manera y muchos otros se acomodaron en puestos de trabajo en el sector público donde hasta hoy reciben un buen sueldo si hacer nada en absoluto. La corrupción, el narcotráfico, la delincuencia y el crimen tuvieron cancha abierta durante este nefasto periodo pasado de 14 años de desgobierno.
“Los correistas” toleran la división de poderes, pero los pisotean cada vez que pueden. “Dios está con nosotros” y “nosotros seguimos su plan”, predicaba Hugo Chávez por cadena nacional mientras se apoderaba del Estado pieza a pieza, desde el poder judicial hasta las Fuerzas Armadas. Si el dinero socava la pureza del pueblo y si el mercado lo corrompe, se entiende que los populismos combatan la prosperidad más que la escasez, perpetúan así la miseria que dicen combatir.
¿Tiene remedio el populismo? Pasar de “pueblo” a “ciudadano” es un camino complejo. Mucho depende de la sociedad civil, de su capacidad para oponer la legalidad a la arbitrariedad, de desmontar las redes clientelares, de liberarse del ogro filantrópico: el Estado paternalista. La educación y el trabajo son las claves, pero también apertura al mundo: palabras que el populismo odia. ¡ hay que terminar con el culto a la pobreza!
El cinismo de los correistas es bárbaro, tratan de toda costa de vender la idea de que fueron un buen gobierno, pero si nosotros hemos vivido aquí y sufrimos hasta ahora las consecuencias de su nefasto y corrupto gobierno. ¡Miserables correistas!
¡Clarito está!!! Aun para una persona como yo, que no es economista. A parte de las “verdades a medias”. estoy totalmente de acuerdo con que ese expresidente, el innombrable “fue un mafioso resentido social, que jodió y quebró vidas humanas dignas, sólo por el hecho de no estar de acuerdo con su juméntica manera, de manejar un Estado”. Esta si…qué GRAN VERDAD!!!!
Excelente análisis…
Tremendo análisis de José Hidalgo Pallares, siempre ceñido a la verdad y con pruebas. Decir, según criterio de los correístas, que Rafico es el mejor presidente del Ecuador es ofender a la inteligencia de un pueblo que fue saquedo por los de “manos limpias y corazones ardientes” y llevarse el santo y las limosnas”. No voy a profundizar en más detalles porque el Ec. Hidalgo lo hace con lujo de detalles. Además, estoy totalmente de acuerdo con el comentario de MARCO.
Excelente resumen
Cruel verdad de la infamia correista.
dicen que somos el tercer país en América con la mayor cantidad de población de baja estatura.
La verdad es que somos con la mayor baja estatura intelectual.
No se puede concebir, sin pensar en aquello, que existan 280 movimientos politiqueros con candidatos ya en “precoz” campaña.
No de otra manera se puede entender que todavía los capos correístas quieran meternos el cuento de que mameluco fue el mejor presidente de la historia del Ecuador.
Fue un mafioso resentido social, que jodió y quebró vidas humanas dignas, solo por el hecho de no estar de acuerdo son su juméntica manera, de manejar un Estado.
Rodeado de lambe nalgas ineptos y rateros.
Ahora al final del camino, para que no se les acabe la treta de volver al poder, se juntan los que siempre fueron hermanos: los socialcretinos y los mafiosos politiqueros de Alianza País.