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El informe de la putrefacción correísta

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Que no hay nada en el informe de la Comisión de Garantías Constitucionales sobre los Pandora Papers: lo dicen, en redes sociales, muchos de aquellos que lo han leído. Y, en efecto, no hay nada que incrimine, en forma clara y concluyente, a Guillermo Lasso y que justifique el pedido de destitución que está en el informe.
Pero, en cambio, hay muchas cosas en ese informe que describen, de cuerpo entero, a aquellos que lo firman. Y por supuesto que causa desazón, e incluso asco, ver la forma perversa en que seis asambleístas (tres del correísmo y tres de Pachakutik) manejaron el caso: retuercen y descontextualizan los hechos, infieren, suponen, extrapolan…
No hace falta ser abogado de Lasso: este informe de 241 páginas es un culto a la ignorancia, a la ideología disfrazada de derecho, al deseo de destituir al presidente amparándose en un montaje que delata el estado de putrefacción al cual el correísmo ha llevado la política. En este aspecto, sí hay pruebas. He aquí algunas:

1.  Hechos y verborrea son lo mismo: la Comisión de Garantías no exhibe un solo documento relevante; una sola prueba que incrimine a Guillermo Lasso. Su “ruta metodológica” es una confesión de su impotencia y de su decisión de equiparar hechos con teorías y prejuicios ideológicos. Revisaron: doctrina, leyes y normas vinculadas a la investigación (una obviedad). La información publicada por El Universo y fuentes internacionales sobre el caso Pandora (nada nuevo). Investigaciones sobre los paraísos fiscales de antes de 1999 y estudios estadísticos sobre el impacto de paraísos fiscales (teoría y verborrea). Convocaron autoridades y también personas involucradas (que no podían citar y no asistieron).

2.  Más deseos que realidad: la Comisión, en vez de admitir la realidad de los hechos, y ante la carencia de pruebas, endosa parte del pésimo resultado a las instituciones citadas: SRI, Superintendencia de Bancos, Banco Central, Unidad de Análisis Financiero y Económico, Superintendencia de Compañías, Fiscalía, Contraloría, CNE… Instituciones que, según anota, no entregaron información. La realidad es otra y hay que leerla entre líneas en el informe: la Contraloría dijo que no ha iniciado la investigación sobre los paraísos fiscales y que no puede entregar información sobre declaraciones patrimoniales de Lasso hasta que el informe esté terminado. El CNE defraudó a la Comisión porque esta concluyó, por arte de birlibirloque, que no debió dejar que Lasso inscriba su candidatura presidencial en septiembre de 2017. El CNE hizo saber que, en el proceso electoral, no hace verificaciones “más allá de las pruebas que las partes del proceso de impugnación electoral puedan poner en su conocimiento”. El TCE, cuestionado por lo mismo, les recordó que solo se activa por petición de los interesados y que se limita a observar las pruebas de las partes. La Superintendencia de Compañías les dijo que la Corporación MultiBG S.A. no ha sido sujeto de supervisión por no encontrarse irregularidades en su gestión. Entonces, las instituciones sí respondieron, pero no dijeron lo que la Comisión quería oír.

3.  Autobombo en vez de pruebas: la Comisión se congratula de haber hecho “hallazgos fundamentales respecto a la pregunta central de la existencia o no de la responsabilidad de Guillermo Lasso en el origen, propiedad y movimiento de bienes tanto en referencia a las disposiciones legales vigentes en el país como a las exigencias de las normas éticas de los servidores públicos”. El autobombo acaricia egos pero no suple pruebas. Y ninguno de esos supuestos hallazgos figura en el informe.

4.  Una colección de medias verdades: ejemplo icónico es la forma como la Comisión refiere la actitud del presidente. Es verdad que fue invitado el 20 de octubre y el 22 de octubre. Es verdad que Lasso les hizo saber, como figura en el informe, que “ni la Asamblea ni la Comisión son los órganos competentes para investigar las causas relativas con incumplimientos a la referida ley”. Pero Lasso los invitó a Carondelet con una condición: que él respondería cuando le presenten cargos y pruebas. Los comisionados sencillamente no registran aquello porque lo que buscaron, desde inicio de la investigación, es que Lasso les suministrara informaciones que no tenían. Y que no consiguieron.

5.  Más allá de lo publicado: la Comisión buscó que El Universo revelara más datos de los que publicó el 4 de octubre. Por supuesto que Carlos Pérez su director no compareció ni agregó dato alguno a lo publicado en alianza con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación. Torpemente, la Comisión convocó a la plataforma Periodistas para las Américas (Connectas). Su director, Carlos Eduardo Huertas respondió, desde Bogotá, que “cada aliado por país es quien tiene capacidad de suministrar el detalle de la información a partir de lo publicado”. El drama de la Comisión es ese: no logró ir más allá de lo publicado. Y lo publicado por El Universo es claro: “Lasso se deshizo de sus offshores antes de inscribir su candidatura”.

6. Set de convocados que nada saben: este es un capítulo trágico para la Comisión. Sus invitados son ilustres expertos o profesores: Carlos Pontón, Alfonso Zambrano, Wilma Andrade, Eric Toussaint (profesor francés), Andrés Knobel (consultor europeo), Ramiro Chimourris (profesor uruguayo)… Ellos saben mucho acerca de los paraísos fiscales, conocen su dinámica y su funcionamiento. Pero nada saben en concreto del caso investigado. Por supuesto la Comisión los usó para hacer un ejercicio total de deshonestidad intelectual: inferir a partir del cuadro que ellos pintaron. Y manchar al investigado no por la forma en que usó realmente los paraísos fiscales sino por las imágenes dibujadas por sus invitados en las cuales la Comisión trató de que Lasso quedara atrapado.

7.  Que de la inferencia algo quede: el correísmo metió en la Ley de Comunicación que los banqueros no puedan invertir en ningún otro negocio. Y la pregunta sobre los paraísos fiscales se hizo, en la Consulta de 2017, pensando en la candidatura de Lasso. Lo obvio, entonces, era que la Comisión, que no logró demostrar que el líder de CREO tenía offshores en el momento de inscribir su candidatura, dijera si cometió algún delito al sacar el dinero del país y si ha cumplido con sus deberes tributarios. En vez de eso, se encargó de demonizar los paraísos fiscales, como si hiciera falta: instrumentos de elusión y evasión fiscal, de lavado y fuga de capitales de personas y corporaciones; mecanismos que perjudican a los países, recortan sus ingresos fiscales, disminuyen la obra social y agravan el endeudamiento público. El ejercicio propuesto luce evidente: cualquiera que use los paraísos fiscales es un evasor y/o un delincuente. Ergo, Lasso lo es. Ergo, Lasso es culpable y debe ser destituido.

8.  Que de la suspicacia algo quede: la Comisión en vez de investigar quiso destruir a los comparecientes del gobierno. Ejemplos sobran: el Secretario de la Administración Pública es uno. Iván Correa repitió muchas veces que solo debía responder por las obligaciones que, como funcionario, contrajo el 24 de mayo pasado. Victoria Desintonio, la asambleísta que hizo trampa para hacerse elegir, se regodeó haciéndole notar que no respondía sus preguntas. Pero en vez de indagar sobre el caso, ella pretendió meterse en la vida privada de Iván Correa y de su esposa. Así, esos comisionados convirtieron la negativa a colaborar con su libreto en suspicacia y sospecha. El informe está plagado de esa actitud. Por eso no hay cómo sorprenderse de leer afirmaciones como esta: “De otra parte, y en términos metodológicos, se analizará el comportamiento económico de Guillermo Lasso como líder del grupo económico Banco de Guayaquil (…)”. Eso muestra que no investigaron hechos concretos. Se dedicaron a indagar en cualquier dirección (eso llaman “términos metodológicos”), con el ánimo de pescar a río revuelto. Por eso rehicieron la historia del banco de Lasso.

9.  Que de la suposición algo quede: este párrafo retrata cómo la suposición puede volverse certeza: “Por lo tanto, todas las decisiones del grupo, que incluyen sus inversiones en el exterior, incluso en paraísos fiscales, necesariamente pasan por la supervisión y aprobación de su mayor accionista; esto es, Guillermo Lasso Mendoza, en el supuesto que sea una parte pasiva de esas decisiones, pero es de suponer más bien que sea él la parte activa, es decir, quien haya tomado las decisiones de inversión y especulación de los ingresos del grupo económico, que incluye las inversiones en paraísos fiscales”.

10.  Que de la calumnia algo quede: divagar es inaudito en un informe hecho por asambleístas que debían entregar certezas al país. Hay algo peor: suponer, sin prueba alguna, que el investigado cometió delitos a granel: tributación, defraudación, testaferrismo, peculado bancario… Y los comisionados creen que pueden formular esas acusaciones escondiéndose tras una posibilidad o conjugando los verbos en condicional:
“ (…) que se determine si el señor Guillermo Lasso Mendoza en sus declaraciones juramentadas ante la Contraloría General del Estado y ante el notario con el cual celebró escritura pública de declaración juramentada sobre el cumplimiento de la Ley Orgánica para aplicar la Consulta Popular efectuada el 19 de febrero de 2019 faltó dolosamente a la verdad y declaró falsamente un hecho que no es cierto (…)”
“(…) Si se llegare a demostrar que lo que ha manifestado la periodista Cinthya García respecto de que el señor Guillermo Lasso Mendoza se habría autovendido el banco, será necesario entonces que Fiscalía realice las investigaciones del caso (…)”. Hay más.

11. Que del intento de golpe algo quede: el deseo de golpe luce claro y en el informe se recuerda el procedimiento para hacerlo: la Contraloría debe destituir a Lasso, la Corte Constitucional debe ratificar la decisión y notificar a la Asamblea. Pero los comisionados escriben: “En el caso que el Presidente de la República haya incumplido…”. “La posibilidad que el presidente Lasso esté incurso en la prohibición establecida en el artículo 4 de la Ley Orgánica para la aplicación de la Consulta Popular efectuada el 19 de febrero de 2019 (…)”. En claro, saben que nada han probado, que lo que proponen es un absurdo y lo confiesan desprevenidamente.

12. Que de la ficción algo quede: los comisionados arrancaron esta investigación diciendo que la filtración de los Pandora Papers produjo una “conmoción social”. Pues bien: ese espejismo se asemeja al que tuvo Jorge Glas cuando vio, en el peladero de El Aromo, una refinería. Instalados en una dimensión paralela, los comisionados ven llegar, en catarata, eventos que deben ser contrarrestados con la destitución de Lasso: crisis de gobernabilidad, falta de margen para ejecutar el Plan Nacional de Desarrollo, desplome de su credibilidad, frustración y vergüenza colectiva… En ese contexto, anuncian que la Asamblea deberá restaurar la paz y garantizar la continuidad de las instituciones… claro, sin Lasso.
El informe no dice qué droga ingirieron los seis asambleístas.

Foto: Asamblea Nacional.

23 Comments

  1. ACASO NADIE EN ESTE PAÍS PUEDE PONER FIN A TANTA HUEVADA!!!???

    Los ecuatorianos sí que somos únicos y diferentes; únicos para aguantar a cada malparido delincuente que roba, saquea, secuestra, mata y destruye cagado de la risa desde algún ático del mundo… y diferentes porque en cualquier otro lugar del mundo inteligente, disciplinado, honesto y trabajador ya se habría organizado la desorganización patética de nuestro abusado país eliminando de raíz la podredumbre (borregos burócratas públicos) que nos dejó la loca de ese ático.

    DESPUÉS NO NOS QUEJEMOS, OK???

  2. Es realmente una vergüenza. Que poca dignidad tienen estos asambleistas que se prestan al juego sucio de sus dirigentes. La historia los recordará con nombre y apellido. Y creo que ni esto les importa! Son solo títeres que bailan por dinero.

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