El último informe de pobreza del INEC, con datos hasta junio, se publicó hace algunos meses, pero parece necesario citarlo nuevamente. Según ese informe, a mediados de este año el 32,2% de la población del Ecuador tenía ingresos por debajo de $84,7 mensuales, que es el nivel en el que se ubicó la línea de pobreza a nivel nacional. Al respecto, el INEC señala: “Una persona es pobre por ingresos cuando su ingreso per cápita familiar está por debajo de la línea de pobreza”. ¿Qué es el ingreso per cápita familiar? Es el ingreso total de un hogar dividido para el número de sus miembros. En el Ecuador un hogar tipo está conformado por cuatro personas, lo que significa que en los hogares pobres el ingreso mensual está por debajo de los $338,8. Para que quede más claro: en junio, según las cifras oficiales, casi un millón y medio de hogares en el país tenía ingresos inferiores a los $338,8 mensuales. O, lo que es lo mismo, un poco menos de seis millones de personas tenían ingresos per cápita familiares menores a $84,7 mensuales.
Otro dato oficial: en septiembre, según la última Encuesta de Empleo, Desempleo y Subempleo, el ingreso promedio de los trabajadores en el Ecuador (incluyendo formales e informales, con empleos adecuados e inadecuados) fue de $445 mensuales. Se trata, vale insistir, del ingreso PROMEDIO, es decir, hay muchos trabajadores que ganan menos que eso y también algunos que ganan mucho más y llevan el promedio hacia arriba.
¿Por qué es importante mencionar esos datos? Porque uno de los argumentos que varias personas utilizan para oponerse al proyecto de reforma tributaria que ha enviado el Ejecutivo (incluyendo analistas económicos que deberían conocer esas cifras al detalle) es que los cambios propuestos en el Impuesto a la Renta a las personas “golpearán a la clase media”. Ayer, por ejemplo, el ex ministro correísta Diego Borja, durante su intervención en la comisión de la Asamblea que está analizando el proyecto de ley, dijo que quienes ganan entre $2.000 y $8.000 mensuales pertenecen a la clase media. ¡Sí, incluso quienes ganan ocho mil dólares mensuales!
Dos datos adicionales que deberían ser tomados en cuenta en la discusión. Primero, según el INEC, en los hogares ecuatorianos hay, en promedio, 1,6 perceptores de ingreso. Es decir, lo habitual es que en un hogar no trabaje únicamente una persona. Segundo: el Impuesto a la Renta grava al ingreso personal, no al familiar. En otras palabras, si el ingreso conjunto de un hogar es de $2.000 al mes (o incluso de más, suponiendo, por ejemplo, que uno de sus miembros gana $1.800 y otro $1.000), ese hogar no sufrirá ningún impacto en caso de que se apruebe la reforma. A la vez, si uno de los miembros de un hogar tipo de cuatro personas tiene un ingreso individual de, digamos, $2.500 al mes (y deberá pagar algo más de Impuesto a la Renta), el ingreso conjunto de ese hogar estará por encima de esos $2.500, que ya de por sí es un nivel de ingresos al menos siete veces mayor que el de los hogares pobres. ¡Ni qué hablar de los hogares donde uno de sus miembros gana $8.000 mensuales!
Al defender el proyecto de reforma, el Gobierno ha mencionado varias veces que quienes ganan al menos $2.000 al mes pertenecen al 3,4% de mayores ingresos de la Población Económicamente Activa. Entre quienes aseguran que el proyecto afecta a la clase media, nadie ha desmentido ese dato (tampoco han desmentido los datos de pobreza ni los del ingreso promedio de los trabajadores; simplemente prefieren ignorarlos). ¿Cómo se puede estar en el 3,4% de mayores ingresos y ser, a la vez, clase media? ¿No hay ahí una contradicción evidente? Pero si no les parece que la hay, los defensores de la supuesta “clase media” tal vez puedan responder esta otra pregunta: si una parte de quienes están en el 3,4% de mayores ingresos son “clase media”, ¿cómo se define a ese enorme grupo de personas que no forman parte de ese 3,4% y tampoco están en situación de pobreza?
Muy buen análisis de la situación económica de las familias del Ecuador y de la verdadera situación de muchas familias de clase «media» que ganan abultados sueldos, muchos de ellos sin hacer nada en absoluto y que siguen aun enquistados en puestos públicos. Estos son los que protestan para no perder un centavo de sus mal habidos sueldos sin importarles el resto de la ciudadanía ecuatoriana que a duras penas logran sobrevivir de ventas ambulantes.
Hay que subdividir a la clase media, en clase media baja, media media y media alta, los promedios distorsionan los análisis. Es justo decir que no debe tomar en cuenta solo los ingresos sino los gastos, efectivamente alguien que gane 2000 dólares puede tener más gastos que otro y peso lo mismo, esto no es justicia social además, efectivamente gran parte de la clase media a pesar de que aportan al IEES no utilizan los servicios médicos y educan a sus hijos en colegios privados por lo tanto, subsidian a los más necesitados.
No se trata solamente del nivel de ingresos, se trata también del nivel de gastos de cada hogar. Una familia con aparente nivel de ingresos menor puede lograr cubrir sus necesidades ya que el estado le provee salud y educación gratuita. Mientras que una familia con nivel de ingresos mayores puede no llegar a cubrir sus necesidades ya que debe cubrir gastos educativos y de salud privados. Así los que pagan impuestos poco reciben a cambio en servicios estatales y los que pagan pocos impuestos o nada de impuestos si están amparados por el estado. Además existe una amplia de comerciantes informales que ganan miles de dólares y no pagan un centavo de impuestos y encima se benefician de los servicios sociales del estado. El gobierno debe cobrar impuestos a TODOS.
La pandemia ha evidenciado la desconexión entre los gobiernos y sus ciudadanos. Los pobladores ahora exigen un mundo diferente, más justo. La confianza social puede llevar generaciones construirla, pero puede perderse en un instante. Por eso es probable que las manifestaciones continúen donde la confianza siga siendo baja, ya sea por una respuesta fallida a la pandemia de covid o por otras crisis como el cambio climático, las instituciones políticas sin norte y la codicia de las empresas. Volver al statu quo pre-COVID-19 no es una opción. La pandemia es, en esencia, un reto social. En muchos países, la confianza en el gobierno se ha visto afectada por los líderes que confían en las soluciones basadas en el mercado en detrimento de la mayoría de los ciudadanos.En las actuales circunstancias no caben las politicas de libre mercado sino aquellas politicas que se centran en el ser humano : la pobreza es abrumadora. Hacia donde se mire en el país, saltan exigencias y amenazas. La propuesta de un Ecuador del encuentro, que es el lema y la aspiración del presente Gobierno para darle dinamismo a la economía, se choca con esa triste realidad. Ante la crisis, se clama por soluciones; pero casi nadie o muy pocos están dispuestos a aportar, a ceder. La crisis acentuada por el COVID no es privativa de un sector llámese: pelucón , cholo o indio.
Muy buen análisis de la situación económica de las familias del Ecuador y de la verdadera situación de muchas familias de clase “media” que ganan abultados sueldos, muchos de ellos sin hacer nada en absoluto pero que pertenecen a la manada privilegiada de borregos de Correa y que siguen aun enquistados en puestos públicos. Estos son los que protestan y aúllan para no perder un centavo de sus mal habidos sueldos sin importarles un pepino el resto de los pobladores que a duras penas logran sobrevivir de ventas ambulantes. Esta es la inequidad inaceptable a la que nos llevó el delincuente Correa.
Escuchamos que los legisladores pregonan que son clase media cuando ellos deberían estar en primera línea pagando los tributos, primero por que es un grupo de beneficiados sin tener la capacidad y la dignidad para ejercer el cargo, segundo porque después de ser los beneficiarios de los gobiernos correistas, morenistas, psc, Pk, deben dar ejemplo de contribuir con la PATRIA en momentos en que la contribución es necesaria para salir del hueco, sin embargo ya les observamos haciéndose los pobres del Ecuador.
Si ponemos el limite en 100000 al mes técnicamente podríamos decir que Ecuador tiene la clase media más rica del mundo y que es ejemplo de desarrollo. Bueno, fuera de broma, antes de hacer una reforma fiscal para recaudar más impuestos, no había forma de recortar primero el gasto público? No hablo del gasto social, hablo del gasto político. Aunque sea el 1%, no me parece correcto que el 1% de la población tenga que encargarse del 99% siendo que muchas veces ese dinero ni siquiera llega a la población, más bien a las empanadas de la Llori.
Lo mismo dicen los economistas no-correístas, por ejemplo Pablo Lucio Paredes….
Desde cuando algún correista habla con sensatez, sentido común o con la verdad.?