Aquellos que todavía creen que Leonidas Iza no iba a ser un problema para la democracia nacional, están invitados a leer la carta que el 17 de diciembre envió a la presidenta de la Asamblea Nacional. Rectificación: no es una carta es una notificación que se puede leer aquí.
Notificación enviada por Leonidas Iza a la presidenta Guadalupe Llori
En cuatro páginas, el presidente de la Conaie convoca a Guadalupe Llori, así como a otros asambleístas de Pachakutik -con carácter obligatorio- a que vayan a defenderse pues han causado un conflicto; un Llaki que, según la traducción, es una pena, una profunda tribulación que paraliza a aquellos que la sufren. Iza empujó el corcho un poco lejos e invocó una figura extrema, un Llaki, convirtiéndolo, en este caso, en una deshonra sin retorno. Que tiene que desembocar en una resolución contra los convocados; en una reparación de su parte por lo que hicieron para que la situación vuelva a la normalidad.
Los Asambleístas ya están acusados. Y él los otros miembros del Consejo de la Conaie piensan ejercer “sus funciones jurisdiccionales”. Lo harán este martes 21 de diciembre en San Pablo del Lago, provincia de Imbabura, a las nueve de la mañana. Esto será, dicho por él, un diálogo, un careo y una confrontación. Todavía no habla de castigo, pero recuerda que “el Estado Constitucional, Plurinacional e Intercultural del Ecuador” prevé procedimientos y sanciones propias que le permiten solucionar y sancionar en caso de un Llaki. En caso de no comparecer -dice Iza en su notificación- él y los que asistan a esa asamblea quedan facultados “para resolver el Llaki con los efectos jurídicos y constitucionales que correspondan”.
Y ahí arrancan los problemas. Porque Iza cree que la Conaie administra un Estado aparte y que él, como presidente de la organización social que lo representa, está facultado por la Constitución para tener, como autoridad legítima en ejercicio, funciones jurisdiccionales contra asambleístas de la República. Iza, en su notificación a la presidenta de la Asamblea, dice expresamente que sólo la Corte Constitucional podrá ejercer “el control de Constitucionalidad y todos los poderes del Estado están y estarán obligados a respetar dicha resolución, sin perjuicio de las acciones que tenga derecho los pueblos y nacionalidades, por el desacato”. Dicho de otra manera, él y los otros dirigentes de la Conaie son jueces que pueden aplicar el derecho consuetudinario y definir y decidir lo que deben hacer los asambleístas que fueron elegidos. En virtud de que “se sometieron a los mandatos colectivos de la Conaie y de su jurisdicción”.
La jerigonza de Iza, con la cual pretende demostrar que él es el dueño de la voluntad política de los asambleístas de Pachakutik, es de un simplismo absurdo: los asambleístas fueron escogidos por las bases, se comprometieron a actuar con base en los lineamientos políticos y en las resoluciones de los pueblos y nacionalidades. Ahora no obedecieron lo que él y los suyos decidieron. Ergo: desobedecieron, desacataron y traicionaron “afectando y atentando gravemente la integridad de los pueblos y nacionalidades, las formas organizativas y políticas propias, el desconocimiento a las autoridades legítimas y competentes, inobservancia del derecho indígena (…)”. Deben ser juzgados y castigados. Y el Estado, en general, salvo la Corte Constitucional, deben cerrar los ojos…
Algunos, incluso en el movimiento indígena, no creen que Iza es un problema para la endeble democracia del país. Pues quizá ahora puedan medir el nivel de intolerancia y el ansia de poder total que habita al dirigente de la Conaie. Él quiere ser obedecido sin reservas. Él quiere que en su propio movimiento no haya disidencia alguna. Allí no hay espacio -como le dijo al político Jairala, en un programa de radio- para librepensadores. Él provocó la división en Pachakutik, porque desde que se instaló la Asamblea pretendió poner al bloque bajo su férula pretextando, por supuesto, disciplina y sumisión a la Conaie. En esos esquemas suma, igualmente, las amenazas que sufren asambleístas del bloque que no votan conforme él determina en los comunicados que firma la Conaie. La defensa a ultranza, por ejemplo, del informe de la Comisión de Garantías Constitucionales que fue manipulado por el presidente, José Fernando Cabascango; un radical que lo sigue. Él inspira a aquellos que acosan y amenazan a asambleístas como Jessica Castillo y Gissella Molina. En la Asamblea se sabe que los radicales de PK amenazan en masa e intimidan con ortigar a los disidentes en El Arbolito.
Ahora es público: los asambleístas de Pachakutik que, a sus ojos, no están en su línea, deben ser juzgados y sometidos a la justicia indígena que él determine. Ahora quiere producir un golpe autoritario contra ellos invocando una figura extrema en la tradición indígena; el Llaki. Los acusados se reunieron este domingo en la noche y, por lo que se sabe, ninguno irá el martes al show de fuerza montado por Iza contra ellos, porque decidieron pararle el carro.
Foto: diario El Universo.
Iza, sí ¡es un problema! Y, como caja de resonancia, es porta voz de malos consejos de “amigotes” de la turba correista, del triunvirato de la conspiración y otras malas yerbas con sesgo robolucionario de izquierda que torpemente amenazan a la democracia y al Sr. presidente de la Republica. Ese individuo que no representa nada ni a nadie, pretende cumplir lo que aconsejan sus “amigotes” desde la llamada “asamblea” y más picaros, es como una pulga en la oreja del gobierno. Lamentablemente, esa especie de anarquistas, son el resultado del tortuguismo de la justicia y de los “narco jueces” cooptados en el narco gobierno del prófugo”. Ecuatorianos honestos: En octubre del 2019, el Ecuador vivió once días, en los que el terror, la violencia se tomaron no solamente las calles de Quito, sino de todo el país, hubo, saqueos, robo, heridos, muertos, daños a la propiedad privada y pública ¿Quiénes eran los principales actores de esas movilizaciones? Eran nada más ni nada menos que, miembros de la Conaie, PK y demás, pero el terror estuvo liderado por Vargas, Iza, Yunda, la Pavón, Virgilio Hernández y otras malas yerbas que odian la democracia, pero que, con dinero mal habido, encuentran tribuna en algunos medios para oponerse a todo lo bueno. Y ¿la justicia? ¡Bien gracias! He aquí la razón para que estas lacras de la sociedad, piensen que tienen derecho a causar todos los males al pueblo digno del Ecuador, en pos de un narco gobierno. Por todo esto, el dialogo no ha tenido ni tendrá resultados. De ahí que, ya es hora que el Sr. presidente Lasso, conjuntamente con la sociedad civil que votamos por él, exhorte y exija a la justicia y a la Fiscalía, sanciones, para todos aquellos que participaron en la ola de terror y violencia, con intento de golpe de Estado, en octubre /2019.
Este señor Iza me recuerda al enigmático y siniestro personaje en la novela Jardín Capelo, del escritor Javier Vásconez: Saturnino Collahuazo.
Pero bien dice el adgio… va tanto el cantaro al rio que al fin se rompe…. dale poder a un bruto y y se vuelve un loco …. es nefasto ver a estos indigenas dueños del pais ya no son los que gritaban en las calles ahora son los que van a queman al pais… por que son discrimi ados 400años han vivido discriminados …. en el azuay hay muchos imigrantes y en 20 años trabajando duro dejaron dejaron dejaron de ser pobres …pero trabajando..y no esperando que la gente les tengan pena….