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El mural de la revolución trasnochada

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Paola Pabón se hace nudos dando explicaciones sobre el mural que contrató a Pavel Egüez. Que el régimen especial le permite hacer contrataciones a dedo. Que solo es el 0,4% del presupuesto de la Prefectura. Que era la mejor opción. Que es un legado para Quito. Que es parte del bicentenario de la Batalla de Pichincha. Que no hay muchos muralistas . Que Egüez es el mejor…

Egüez ayuda como puede. –En un tuit manda a la gente a que se informe sobre él y dice él que no se beneficia, como si 480 mil dólares fueran pelo de cochino. Rafael Correa, experto en pegarse tiros en la nuca, pregunta en un tuit ¿por dónde un mural bicentenario a cargo del mejor muralista puede parecerse a “atraco millonario”? El casi medio millón de dólares no les luce exorbitante porque lo que está de por medio, a sus ojos, es “un legado” histórico producido por “el mejor muralista”. En definitiva, el debate no es con ellos.

Pero, claro, si se examina de qué legado se habla y quién lo hace, quizá se pueda entender de qué hablan los correístas. Ellos dicen que el mural de Egüez es una obra de arte. Como si el arte y sus formas fueran estáticas. Y por supuesto Paola Pabón tiene razón de equiparar lo que hace Egüez con el muralismo mexicano. Lo que no dice, porque lo que le importa no es el arte sino su uso épico, es que esa tendencia se impuso en México en los años veinte del siglo pasado, en un ambiente nacionalista y como expresión plástica de un compromiso político. Por eso ese movimiento no pesó en el arte mundial, a pesar de haber tenido grandes figuras como Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros.

El arte, en efecto, estuvo marcado en Europa hasta la década de los 50 -que el muralismo estuvo vigente- por otras tendencias: el dadaísmo, el expresionismo abstracto, el surrealismo… Y a comienzos de los cincuenta se comenzó a hablar en Estados Unidos de la “Pintura de Acción”, con  Pollock como uno de sus grandes representantes.

Se dirá que en América Latina el influjo del muralismo mexicano se volvió predominante. No es verdad. Una argentina, Marta Traba, mostró, desde 1954, en la academia y en la Tv de Colombia, que el arte latinoamericano fue víctima del muralismo mexicano. Y que, por exaltar en forma pintoresca al indígena y los rasgos primitivistas de estas sociedades, puso en la congeladora la reflexión crítica y, sobre todo, la reflexión estética.

Marta Traba partió la historia del arte en Colombia y logró poner en órbita una enorme camada de jóvenes artistas que propusieron nuevas formas de expresión: experimentación, informalismo, pop, abstracción geométrica… La ruptura fue tan radical que muchos de los primitivistas colombianos cerraron sus talleres. Traba desparroquializó a Colombia en el campo de las artes plásticas e hizo entender a los artistas, hasta 1969 que dejó ese país, que su tarea radica en elaborar el arte como lenguaje independiente; no como instrumento del poder político, cualquiera que este sea.

Pabón y Egüez viven en ese mundo petrificado donde el muralismo es lo que fue hace muchas décadas y Egüez juega a ser la copia, muy desmejorada por cierto, de los artistas mexicanos. Cuando Pabón habla de “legado” piensa en mensajes políticos a la vieja usanza. Y cuando Correa habla del “mejor muralista” solo piensa en un seguidor hábil para fijar imágenes, supuestamente disruptivas, en un muro.

Correa y Pabón no sólo desconocen lo que pasó en un siglo en el arte mundial: desconocen lo que ha pasado en generaciones de artistas ecuatorianos desde hace décadas. Contratan a Egüez porque ya no está Guayasamín. Y lo hacen sin sospechar siquiera que los artistas ecuatorianos enterraron hace décadas a Guayasamín, su actitud e imágenes que también él copió a los mexicanos.

Correa y Pabón no vieron en su gobierno las publicaciones de la revista Vanguardia que, de 2005 a 2010, se dedicó a mostrar el trabajo importante de decenas de artistas jóvenes. Nunca vieron la labor de la galería de la Flacso, dirigida entonces, por Marcelo Aguirre. Tampoco se enteraron de la actividad encomiable de la galería DPM en Guayaquil que, con esmero, mostró los nuevos nombres del arte en el país. Tampoco deben haber oído hablar de Rodolfo Kronfle que, al igual que otros críticos, han analizado la actual producción artística en el país. Un itinerario que Kronfle sintetizó en un libro “1998-2009, Historia(s) en el arte contemporáneo del Ecuador”.

Pabón y Correa usan al muralista -que dice no beneficiarse de 480 000 dólares- porque desconocen el significado de la palabra contemporáneo. Ella, su líder y su muralista preferido son decidida y ontológicamente retrógrados. Todavía creen que el arte debe servir a configurar la identidad nacional y que ellos son los forjadores de ese legado. Así quieren hacer otro mural, supuestamente artístico, con una visión que tiene, si se mira la historia del arte, más de un siglo. Porque antes de los muralistas mexicanos, Picasso y Braque ya habían propuesto el cubismo. Decirles trasnochados es tratarlos con guante de seda.

Foto: Presidencia de la República.  

Pabón y el arte que jodió al país

37 Comments

  1. Hace falta una crítica sobre el valor estético y los principios expresivos de un mural, como un modo de expresión. Primero, a quién se le ocurre proponer un mural en un paramento dividido en dos, por una endija que es parte de la arquitectura y del régimen de proporciones del edificio, y que se piense ene un mural, sin asumir ese factor como determinante. El ecuador no es exclusivamente indígena. Es multi-étnco. El mural es exclusivamente indigenista. Estéticamente, tiene el mismo efecto difuso y caótico, de un depósito de basura. Miles de formas amontonadas y amasijadas . La categoría estética correspondería al “feísmo”, parecido al de ese artista Iza, que dibujaba demonios y personajes agonizantes en un medio diabólico. Los dos murales de Pavel Eguez, tienen identico estilo y categoría. El supuesto artista no tiene concepto de lo que significa la composición en el arte. En el pinturreo de la fachada vertical del edificio, su elemento dominante parece ser una heroína (la prefecta) desnuda y enarbolando la bandera, clamando a los montes, tal cual fue la imagen de Pavón Caranqui, cuando allanaron su casa. Solo faltó el grillete. Todos los demás personajes, feos, folclóricos y azules, dan la espalda a la heroína, como esperando que les tomen la foto. Es un mural horroroso, en todo sentido, tanto, que mejor sería volver al edificio a su sobriedad original.

  2. Excelente artículo Sr. Hernández ,el muralismo trasnochado al desnudo…….pero,por favor ,que alguien me explique el significado. Yo veo montones de boŕregos ,algo que parece un pulpo a punto de tragarse la bandera ; en realidad , sé apreciar el arte ,pero creo que este esperpento es producto de mis cataratas .

  3. El corrupto, sentenciado de Correa y Pabon, son lo mismo ROBOlucionarios, llenos de odio y cinismo, hunden a los Pichinchanos y al país.
    Si Pavek Egüez tiene dignidad debería renunciar al contrato, aunque eso se ve difícil, sino no coge esto de que vive, pues la talla como artista deja mucho que desear.

  4. traer a este pobre pintorsito de brocha sin ideas ni profesionalismo , cuanto sera el negociado con la delincuente con grillete que debe ya estar en la cárcel por financiar y apoyar el terrorismo, Odio, venganza, racismo, destrucción contra Quito, contra pichincha … las zonas rurales, carrteras estan en el peor desastre..y ahora con la contribucion para el Hornado solidario seguir robando los recursos del pueblo..YA basta con esta corrupcion, delicuencia.

  5. Mirar a la prefecta engrilletada refunfuñar, tartamudear cuando sulforosa trata de explicar lo inexplicable (porque su grado de desconocimiento de todo, en este caso de arte, se hace evidente apenas abre esa graciosa boca que la naturaleza le ha dado) me causa indignación. Indignación porque van a llevarse sin empacho, sin chuchaqui, sin sentir misericordia por las víctimas de la pandemia, 480.000 dólares de los fondos públicos, porque nos van a robar a todos los que formamos parte de esta provincia y lo van a hacer de la forma más descarada amparados en un evento trascendente que se aproxima y con el visto bueno de la población, que lamentablemente no puede hacer nada por arrancar esta lacra llamada “igualdad” que nos repiten estos pseudo salvadores de la Patria.
    Ahora que se va a exponer el famoso mural, porque solo un milagro hará que esto no se dé, sería bueno que la prefecta engrilletada encabece un movimiento para limpiar toda la pestilencia, desorden, basura, calles agrietadas, falta de estética que adorna la plaza del edificio del Consejo Provincial de Pichincha, paredes que serán lastimadas con tremenda obra, porque si no se ha enterado la prefecta engrilletada en esa plaza y alrededores duermen, comen, hacen sus necesidades básicas muchos indigentes y delincuentes comunes. Si no se atienden estos problemas los que van a ser contempladores de esta “magnífica” obra serán los borrachos tambaleándose antes de caer dormidos, los ladrones que en su huida tal vez la regresen a ver, las personas que trabajan por el lugar si en su apuro reparan en que hay algo raro en el ambiente, los estudiantes de las instituciones educativas del lugar cuando no tengan qué hacer, porque el resto de la población ni siquiera sabe dónde está este edificio, al estilo UNASUR.
    Aquí los únicos culpables de estos despilfarros son los que dieron el voto por estas personas, los que ante tanta inmundicia siguen creyendo que estos perversos son la maravilla. Cuándo entenderemos que la educación hará que salgamos del hono pozo en el que estamos hundidos como cuidad, como provincia, como país.

  6. Al momento de realizar una inversión de tan alta magnitud la cual es de casi medio millón de dólares aún muralista extranjero nos toca pensar cuando necesario es este mural o esta obra de arte para nosotros ya que estos ingresos que se gastan aquí podrían bien ser utilizados en otras actividades, además a criterio de algunos críticos de arte estos murales no son contemporáneos a la realidad que estamos viviendo ya que demuestran técnicas un poco obsoletas entonces cabe la pregunta vale gastar tanto por algo que no se va a utilizar Mira para exhibir escenas que no son del agrado de la gente.

  7. El correismo es el arte de la falacia, la corrupcion, el despilfarro, la mentira, la prepotencia y el ocultismo disfrazado de ”LEGADO ARTISTICO”, que no es otra cosa que el robo descarado y el asalto a los fondos publicos, es el mejor arte que saben practicar esta banda de robolucionarios, pero al final es el propio pueblo que termina pagando sus propios errores que por ignoracia y corrupcion le rendirle culto al DIOS dinero, hoy lamentan sus nefastas consecuencias, ”CORREA Y SU BANDA DELICUENCIAL NUNCA MAS………….”

  8. QUE SE PUEDE ESPERAR DE UNA CORREISTA BORREGA QUE SIGUE LOS MISMOS METODOS DE SU FAN ROBA PERO ROBA BIEN.

  9. En mi opinion, antojadiza y caprichosa, son los murales del Salon Principal (del pleno) de la Asamblea Nacional los causantes del extraño, disonante y desequilibrado comportamiento
    y accionar de los “representante del pueblo” …

    • El mural de la Fiscalía, demuestra que Pavel es un pobre imitador y que la Pabón llevará en su conciencia, si es que la tiene, la muerte y el sufrimiento de millones de familias ecuatorianas atormentadas por el consumo de drogas, que estos nefastos seres permitieron, sacando a la Base de Manta.

  10. Cual fue el costo de los murales de la asamblea y de las frases henchidas o hinchadas de seudocivismo escritas en ellos ?
    Martha Traba descueró el indigenismo de su autor por trasnochado, carente de vigencia y originalidad.
    Será por eso que su pésimas energías irradian sobre los pésimos legisladores para que hagan y digan tantas barbaridades.

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