En 1989, con motivo del bicentenario de la Revolución, François Mitterrand inauguró la Pirámide diseñada por el arquitecto Ieoh Ming Pei. El presidente de Francia no escogió una réplica, tipo Eugène Delacroix (“La libertad guiando al pueblo”), para celebrar los 200 años del hito de la historia francesa. Escogió, a pesar de la oposición impresionante que encontró, la solución que aportó el arquitecto chino-estadounidense para modernizar el Museo del Louvre. Plantar en la clásica Cour Napoleón una pirámide de acero, aluminio y vidrio para facilitar el ingreso y bañar de luz ese museo, inaugurado en 1793, fue un gesto revolucionario: Mitterrand decidió ubicar una arquitectura pura y rigurosa en el corazón de la historia francesa.
Socialista contemporáneo, él no miró para atrás: abrazó el nuevo lenguaje propuesto por Pei. No solo eso: cuando llegó a L´Elysée se rodeó de pinturas y esculturas de algunos de los artistas más significativos del momento. Incluso les compró obras de formato pequeño que ofreció a los dignatarios que lo visitaban.
Paola Pabón también quiere celebrar el bicentenario de la batalla de Pichincha. Pero ella, para hacerlo, mira resueltamente hacia atrás. Ella ni siquiera sabe qué contrató con Pavel Egüez, pues no ha mostrado ni un boceto. Pero lo más seguro es que ese muralista volverá a sus clichés pseudo-épicos que, además, costarán a la provincia de Pichincha 480 000 dólares.
Pabón no sabe de arte. Ni de su función en una sociedad. Ignora que un artista -uno de verdad- trae consigo una nueva manera de ver. Todo artista es un perturbador del orden establecido. Todo artista, escribió Kandinsky, “como hijo de su época ha de expresar lo que es propio a esa época”. Egüez no es contemporáneo: es un estereotipo anacrónico y costumbrista. Él es un muralista que cree que su función es ilustrar. No hay huella en sus obras que hagan pensar que él entiende que el arte es una forma de pensar; la más alta expresión de conocimiento intuitivo.
El arte es la suma de la vida del artista y del mundo en que se mueve. Sus obras son, entonces, siempre contemporáneas. El mundo de Egüez, el mejor muralista según Correa, es un estereotipo. Y nada es más ajeno al verdadero arte que un estereotipo que, también en su caso, carece de creatividad, originalidad y valores estéticos. Los murales de Egüez son funcionales -por su estructura, su temática narrativa y su carácter ideológico- a un proyecto político que, como no puede ser de otra manera, licúa el supuesto carácter artístico y estético de sus obras: las convierte en panfletos soporíferos y pastiches sin gracia.
Si fueran obras que vendiera en El Ejido no habría problema. Él las cuelga en los muros de Quito. Y así mientras Chile recuperó hace años y con mucho esfuerzo un mural de Matta, Haring dejó los suyos en Nueva York y Barcelona y Banksy esparce sus pinturas por los muros del mundo, Quito vuelve, como si estuviera congelada en el tiempo, a los murales de Egüez. Se extienden por universidades, ministerios, dependencias públicas… Están en la Fiscalía, en el Consejo de la Judicatura, en la Senescyt… El correísmo le dio trabajo, lo paseó por Otavalo, Tena, Cayambe, Puyo, Guayaquil y, por los montos que recibe, lo enriqueció.
Cualquiera que llegue a Ecuador pensará que el país está congelado en el tiempo, prisionero de supuestos hitos revolucionarios y anacronismos costumbristas, incapaz de construir nuevos símbolos artísticos y de elaborar arte como lenguaje… En fin, rehén de ese modelo de ilustración como si no tuviese verdaderos artistas capaces de nuevas opciones de pensamiento y conocimiento intuitivo.
Es grave que los ecuatorianos solo tengan esas imágenes en la retina. Es grave que los asambleístas trabajen en medio de las imágenes horrendas de Guayasamín. Pero es más grave que nada diga la academia. Nada dicen los profesores de arte, los curadores, los críticos… los estudiantes. Como si el espacio público fuera propiedad de las mentes más jurásicos del país. Como si no importara que Paola Pabón estuviera promocionando, con dinero público, otro panfleto político, otro pastiche trasnochado.
El arte debe perturbar, suscitar reflexión, contribuir a que las representaciones subjetivas sintonicen con el mundo tal y como es. No tal y como fue. Hasta en eso el correísmo jodió al país. Algunos dirán, claro, que comparar a Mitterrand con Correa o Pabón, es insensato. Y sí. Mucho.
Foto: El Telégrafo.
Solo para información en Fuenlabrada perteneciente a la comunidad de Madridcel mural que construyó Okuda San Miguel, discutido por algunos ensalzado por otros, pero reconocido como artista caro, en el Ayuntamiento costó 35.000€. incluidos los materiales. Su superficie es la mitad del Consejo Provincial
La Prefecta de Pichincha, Paola Pabón, ha demostrado con sus acciones que el puesto le queda demás, ya que cada acto ha sido innecesario para la provincia. En este caso, el de gastar 480 000 dólares para construir un mural, que ni ella aún sabe que contrató con Pavel Egüez, pero por la tendencia de este artista será algo relacionado con lo pseudo-épicos, que, si bien es cierto, estas obras quedaban bien en su época, ya en la actualidad se debe instar por la innovación de nuevos murales, los cuales transmitan un mensaje a la ciudadanía, por lo que la prefecta no tenía que haberse metido en este ámbito, como dice un sabio dicho: “Zapatero a su zapato”, ella debió haber visto a una persona que sepa de arte para que le recomiende contratar a un artista, que tenga la capacidad de reflejar un mensaje a través de su arte, no al mismo de siempre, el cual ha estado presente desde el gobierno de Correa, que si nos ponemos a analizar sus obras son de tipo anacrónico y costumbrista. Además, en mi opinión, no se tendría que haber gastado esa cantidad de dinero para un mural, sino más bien, está utilizarla en beneficio de la provincia.
En el horrendo esperpento de la Av. Patria sólo faltó hasta la victoria siempre, patria o muerte venceremos, chone killers , latín kings, para completar el cuadro delincuencial que asola Ecuador y América.
Desearia que en mi pobre pais exista un resquicio de dignidad, pero lo dudo, malgastan el poco dinero que nos exprimen sin ningun pudor, mediocridad en todo lado igual que el latrocinio y asalto. El mejor mural serian obras para la provincia, el arreglo de las carreteras por ejemplo. Horrible herencia nos ha dejado el lider de la mafia organizada.
El mural que esta en la fiscalia carece de buena composición, falta equilibrio, seguramente el pintor era tallerista de Guayasamin ,falta de creatividad.
Sinvergüenzas lo único que le faltó a la prefecta es pagar 480.000 por un mural en donde se estén abrazando Correa y Maduro para hacer gala de dos delincuentes que han unido a nuestros países
Si nos merecemos algo bueno y de bien gusto. Particularmente no es de mi agrado el mural y además en este caso tanto dinero , es una arrogancia e insensatez , cuando el país necesita ese recurso financiero para obras de beneficio público.
Al fin alguien escribe algo racional aunque alejado aún de la realidad, que es el mundo espiritual la esencia del ser humano; la imágenes calavéricas como las de Guayasamin y en esas cosas horrorosas de Eguez, el mundo los llama arte, yo lo llamo la confusión de la mente, al igual que los grafitis de los jóvenes en la actualidad, atraen muchos problemas en algunas personas que han estado a punto de morir por ejemplo, ellos me han contado que ven la muerte vestida de negro a veces otras veces sin color característico, pero las manos llenas de huesos, estoy segura que eso vieron estos “artistas”, y los plasmaron en sus lienzos. El mural del parlamento por ejemplo atrae muerte en diferentes áreas de la vida de los que conviven día a día allí, igual sucede en los hogares, también es un símbolo de pobreza. Si el mundo estuviera consciente de su naturaleza espiritual y obedecieran al SEÑOR DE LOS ESPÍRITUS como lo llama Enoc en su libro a DIOS, cuántos problemas se evitarían a todo nivel
4 plagatos haria lo.mismo, acerca de los murales, 2millones de dolares en plena pandemia sobre la señora Cinthya Viteri.. o hicieron lo que siempre hacen no veo nada.
A 4 pelagatos les digo q si quieren encontrar un robo descarado por decadas investiguen las famosas Fundaciones… lavado de dineor brutal
Sería muy agradable que el país en general, tenga un pensamiento futuristico.
Dejemos de ser necios y testarudos.
Todavía estamos pensando como recobrar lo que los españoles se llevaron en la conquista, tanto la Pabon como el Correa y toda su caterva de pillos de la revolución siglo xxi, creen que Lasso y sus colaboradores tienen que pagar ese latrocinio, el hecho que sean blancos, no quiere decir que sean de la madre patria.
Sin duda que esta Pabon, nunca trabajó en su vida, más está acostumbrada a vivir de lo ajeno, es increíble como los ladrones no se satisfacen, lo hizo tanto con Correa como Moreno, más creo que quiere cobrarse una indemnización por el uso del grillete.
Esta basura de políticos e ignorantes son los que manejan el porvenir del país.
Digo ignorantes porque por mayor seguridad, su platica bien ganada lo tienen en bancos de la USA.
Don José, esta clase de artículos son el motivo por el que me resulta tan interesante leer 4Pelagatos; ayudan a comprender la realidad política del país y, de paso, aprender cosas nuevas, en este caso sobre el arte.
Felicitaciones por realizar periodismo político de calidad, continué así.