¿Cuándo arrancará el metro de Quito? ¿Qué empresa lo operará y cómo será escogida? ¿Las tarifas anunciadas serán mantenidas? ¿Las cifras de pasajeros que podrían utilizarlo son correctas o hay que revisarlas a la baja? Efraín Bastidas, gerente general del Metro de Quito, responde a 4P.
Se prevé que a más tardar en marzo la empresa Acciona concluya con el 1% de la obra del metro que aún falta, y la entregue. ¿Quién la va a recibir?
La empresa Metro de Quito. Ya ha recibido los trenes y otras cosas. Todavía no hemos recibido nada en instalaciones y equipamientos, para eso se están haciendo pruebas y revisiones y, en meses posteriores, se hará la recepción. Como Metro de Quito conjuntamente con Fiscalización y Gerencia del proyecto, debemos recibir todo para que, cuando tengamos el operador ferroviario, hagamos la entrega de la obra.
¿No es obvio que se la entreguen al operador que sabe de gestión de un metro y no a la empresa del Metro que nunca ha manejado uno?
No, porque el metro, equipamiento y trenes, son propiedad de la ciudad. El operador ferroviario no puede dar fe de algo que no va a ser de su propiedad. Le vamos a entregar como encargo al operador ferroviario mientras haga su trabajo durante cinco o seis años. Pero el propietario tiene que registrar en libros, hacer la contabilidad de la recepción de esos bienes y verificar que todo está en orden, incluso sacar pólizas de seguros para todos esos bienes.
Entonces ¿cómo va el proceso para encontrar a la empresa que será la operadora?
Vamos bien. Quiero dar una idea completa del panorama. Lo primero es que los operadores ferroviarios internacionales, casi todos, son del sector público, tanto en metros como en trenes. Por eso hemos optado por una contratación directa que se ampara en la ley orgánica de contratación pública. Hemos hablado, y han mostrado un interés muy serio, con la empresa Deutsche Bahn, que es el operador ferroviario estatal alemán, y, de Francia, la Transdev Group. Estamos hablando con Renfe de España y, de América Latina, se han interesado el Metro de Medellín, el de Santiago y otros. Tenemos una lista de ocho o nueve operadores internacionales interesados y casi todos han visitado nuestras instalaciones en los últimos dos meses.
¿Pero el proceso contractual cómo va?
Unos meses atrás hicimos una licitación abierta para contratar, bajo protocolos internacionales y del Banco Mundial, un asistente técnico especializado al que le hemos puesto el nombre de estructurador técnico. Es un consorcio liderado por la empresa Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña. El 14 de enero nos estregó los parámetros de explotación que concierne la operación y mantenimiento: eso incluye los horarios, las frecuencias, el flujo de trenes en el día, cómo se van a dirigir, el mantenimiento preventivo… Estamos a punto de recibir el segundo hito que son los términos de referencia para la contratación del operador ferroviario internacional. En marzo invitaremos a que haga una oferta. A esos participantes les daremos 90 días de plazo. Nos presentarán cuatro o cinco ofertas que evaluaremos con la ayuda de Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña. Con el ganador haremos la contratación directa.
¿Bajo qué esquema legal de contratación?
Una contratación por servicios. El operador no va a ser dueño, no va a invertir ni arriesgar sus activos financieros. Únicamente nos prestará su servicio de operar los trenes y, además, hacer transferencia de tecnología. Queremos que al cabo de cinco o seis años tengamos el know how para operar nosotros. Con ese proceso de contratación, en agosto ya tendremos seleccionado al operador.
¿Solo se invitará a empresas públicas o también a privadas o mixtas?
Básicamente empresas públicas. Como le decía, casi todos los operadores ferroviarios del mundo son públicos. Es más, es difícil encontrar empresas privadas porque el tema ferroviario requiere unos capitales muy grandes.
¿Pero si hay empresas privadas interesadas podrán participar?
No. Estamos privilegiando una contratación directa porque es más rápido. Cualquier demora cuesta demasiado a la ciudad.
¿Cuáles serán los criterios que tomarán en cuenta para escoger al operador internacional?Lo primero es que se trate de una empresa con mucha y muy buena experiencia. No cinco o seis años, sino al menos un cuarto de siglo. Luego las capacidades internas porque si es muy pequeña no va a poder destinar recursos humanos a su operación en Quito. Lo tercero, sus cifras financieras: no podemos contratar a una empresa que esté a punto de quebrar. Lo cuarto, su capacidad empresarial ya que tiene que ser una empresa seria. Pero ciertamente tenemos que ver su oferta económica ya que no podemos escoger una posibilidad muy cara.
¿Para que se haga esta invitación no es necesario que esté listo el sistema de recaudación?
Ya arrancó la instalación del sistema integrado de recaudo. Tenemos 350 torniquetes para que las personas entren con sus tarjetas. Esta semana estamos contratando los validadores; son como un data fax para cobrar de las tarjetas. Cuando el operador decida iniciar su operación, que será en el último trimestre de este 2022, todos los elementos estarán listos y funcionando. Ya estamos haciendo las pruebas de los trenes y de la señalización.
¿Quién manejará el sistema de recaudo; el operador del metro u otra empresa?
El operador internacional. Lo peor que podríamos hacer es entregar esta parte de la operación a un tercero. Lo debe manejar el operador y con ciertos protocolos para que no haya dudas.
El esquema para el sistema integrado de transporte, en la alcaldía de Yunda fue objetado por la Contraloría. ¿Van a hacer uno nuevo?
Exactamente. Lo está haciendo una empresa extranjera muy grande. Tenemos una visión de transporte integrado del metro, los buses integrados como el trole o la Ecovía y los buses azules. Ya tenemos cinco estaciones intermodales. En la parte superior llegan el trole o la Ecovía y en el subterráneo la estación del metro. Los buses azules hay que ordenarlos: tienen unas rutas que ellos se inventaron y que no son técnicas. Hay buses que van del Iniap hasta Carolina y les toma dos horas y media. Además, no hay transporte de Este a Oeste. Esas rutas tienen que cambiarse. Estamos trabajando en eso con el Secretario de Movilidad para rediseñar las rutas.
Ese plan de movilidad del transporte de superficie seguramente requiere de un nivel de negociación con los buseros. ¿Cómo va eso?
Bien, eso necesita mucha negociación. Pero hay que recordar que la ciudad es la propietaria de las rutas. Para poner en marcha el trole, se cambiaron las rutas de los buses y se pudo llegar a un acuerdo. La idea es reorganizar las rutas, pero garantizarles sus ingresos.
Entonces se va a cumplir la oferta del alcalde Guarderas de que a fin de año el metro de Quito estará operando.
Sí se va a cumplir. El alcalde hizo ese anuncio porque se sentó conmigo y vio la línea de tiempo del proceso.
Estaba pendiente el tema de las comunicaciones, ya sea del propio metro así como de los celulares…
Me imagino que se refiere al C25 que es uno de los sistemas y que está conectado al 911. Pero tenemos fibra óptica y eso nos permite tener internet. También tenemos nuestro sistema de radio troncalizado y tendremos un sistema de telefonía. El tema de los celulares de los usuarios, como en cualquier otro lugar del mundo, se negocia con los operadores de telefonía móvil. Son esas empresas las que tienen que pagar al metro para funcionar. Estamos en esa fase y hemos nombrado a un gerente que se encargará de este tema, así como el de la publicidad dentro del metro y el de los centros comerciales.
¿El pasaje previsto sigue siendo de 45 centavos?
Sí, se sigue con esa tarifa que fijó el Concejo Metropolitano. Son 45 centavos para el metro y 60 para el sistema integral; es decir con los buses. El metro como tal no necesita subsidio. Tenemos un plan de acuerdo a los estudios hechos por el metro de Madrid según el cual podemos transportar 400 mil pasajeros diarios. Haga la cuenta: 400 mil pasajeros multiplicado por 45 centavos de dólar, por alrededor de 300 días equivalentes a un año (sin tomar en cuenta los fines de semana y los feriados) son 54 millones de dólares. Los expertos que han venido coinciden en que eso es lo que costaría operar el metro.
Esos estudios, que eran muy optimistas, se hicieron antes de la pandemia. Pero la pandemia ha cambiado por completo la realidad.
Eso es verdad. En una pandemia no hay operador ferroviario en el mundo operando con los volúmenes normales de gente. Eso es lógico. Mientras estemos en pandemia tendremos una cantidad menor de pasajeros. Y aún no sabemos cuándo acabará la pandemia.
Foto: Empresa del Metro de Quito
Esta entrevista se publicó ayer, 6 de febrero, en el boletín dominical de 4P. Si desea recibirlo, suscríbase por favor gratuitamente aquí: GPS4P.
Recuerdo cuando se hablaba tanto de este tema del metro de Quito y ahora se va quedando en el olvido, si no hubiese visto esto quiza ni lo habria llegado a recordar, pero en fin ya queda todo en manos de quienes están alfrente de cada operación para poder terminar ya esa obra que muchos quiteños anhelan
El Metro de Quito, una obra que parece no tener fin, ya que, desde hace un año atrás, se tenía establecido que se entregue la obra al 100% y que supuestamente en este año, 2022, ya iba a entrar en funcionamiento, pero hoy en día vemos, que es otra realidad. Según, en esta entrevista con el gerente general, se menciona que el Metro de Quito ya estaría funcionando a finales de este año, pero según mi opinión, dudo que esto suceda, por varios factores, uno de ellos es porque aún no cuentan con el personal que a va a operar las unidades, lo cual considero que tenía que ir a la par con el avance de la obra.
Pero esperemos que las promesas se cumplan y no solo se quedan en el aire, porque ya es hora de que Quito cuente con esta magnífica obra, que va a permitir que el tráfico de la ciudad sea más fluido, porque con el levantamiento de las medidas de la pandemia, en estos últimos días, andar por la capital del Ecuador, en horas pico, es para no salir nunca.
Me gustarìa que la empresa designada si invierta, para poder expandirse, es decir en 5 años crear una empresa mixta ecuatoriano-alemana o lo que fuere, que pueda extender el metro a calderòn, la mitad del mundo , al sur hasta tambillo, (donde si se pueden realizar corridas de toros completas), y que vayan forjando nuevas lìneas agunas paralelas, otras transversales a la primera lìnea, de a poco
Esperemos que pronto este disponible el Metro de Quito ya que este proyecto fue pensado para todos los quiteños, hoy en día el trafico en la ciudad de Quito es demasiado congestionado por la cantidad excesiva de automóviles. Por eso es necesario el metro para así llegar más rápido de sus casas al trabajo, pero nadie ha conseguido que la obra más grande de la ciudad, que ha costado 2.009 millones de dólares eche a andar, debido a muchas circunstancias que se han presentado, una de ellas es falta de conocimiento ferroviario para conducir los trenes, otro seria el plan de movilidad del transporte seguramente requiere de un nivel de negociación con los buseros llegar a un acuerdo y ahora con la pandemia ha cambiado por completo la realidad.
Ojalá al fin podamos usar el metro este año! También hay que ser justos y reconocer que Guarderas ha hecho en 5 meses lo que el bueno para nada de Yunda no pudo hacer en 2 años y medio. Espero que la operadora sea la alemana Deutsche Bahn o la española Renfe, creo que en esos 2 países tienen los mejores servicios de trenes, en Medellín tienen un buen sistema de metro, muy prolijo, pero es elevado y creo que es preferible una empresa grande y de un país desarrollado. Sería bueno que estos meses se empiece a educar y familiarizar a los futuros usuarios con el adecuado uso de las instalaciones. En otro tema, cuándo será que veremos en Quito buses eléctricos y de piso bajo? Ya en varias ciudades de Latinoamérica los tienen (Santiago, ciudad de México, Bogotá, Sao Paulo, Montevideo) mientras tanto aquí seguimos con esos humeantes e incómodos buses montados sobre chasis de camión. También creo que se debería blindar este proceso y su resultado para evitar, Dios no quiera, que otro inepto y corrupto Yunda style llegue a la alcaldía e intente nuevamente hacer del metro un negocio para sus panas o un botín político.