//

Cpccs: el atraco político del año

lectura de 5 minutos

Todo está en esa fotografía: diez asambleístas de pie alrededor de Mireya Pazmiño. Rostros enlutados. Miradas evasivas. Manos cruzadas. Siete las cruzan. Dan la cara, pero sin convicción.

Esa foto, publicada por El Comercio, dice todo. Once asambleístas se pusieron ante las cámaras periodísticas de la Asamblea Nacional para comunicar un hecho insólito. Se han unido para cometer lo que podría ser uno de los grandes atracos políticos del año: se unen para alzarse con el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs), mediante un juicio político sacado de la chistera.

Insólito podría ser sinónimo de surrealista. Allí hay cuatro correístas: Pabel Muñoz, Johanna Ortiz, Paola Cabezas, Marcela Holguin. Tres Pachakutik, del ala que se fue con Leonidas Iza: Mireya Pazmiño, Mario Ruiz, Darwin Pereira. Y tres socialcristianos: Esteban Torres, Pedro Zapata, Luis Almeida. La proporción no fue dejada al azar: es proporcional a la representación. Y quizá también al reparto.

Los Pachakutik son los últimos que llegan a la coalición que gobernaba el Cpccs y que reposaba en Sofía Almeida, socialcristiana, Juan Javier Dávalos, correísta, y David Rosero, ex MPD. Los tres perdieron la mayoría que hacían con Ibeth Estupiñán. Y tras ensayar sin éxito, en un juzgado de Samborondón, una acción de protección en contra de la nueva mayoría (Francisco Bravo, Hernán Ulloa, María Fernanda Rivadeneira e Ibeth Estupiñán) decidieron pedir a sus padrinos que saquen a sus adversarios mediante un juicio político.

La foto los delata: ¿Quién iba imaginar a representantes de Pachakutik haciendo equipo con los correístas para defender el bodrio creado por ellos para gobernar a oscuras y en total impunidad? ¿Acaso no fue gracias a ese bodrio que el correísmo pudo perseguir a sus adversarios y críticos, incluyendo a los indígenas, sin tener que rendir cuentas? ¿Quién iba a imaginar la desfachatez del socialcristiano Luis Almeida metido en esa foto, cuando el país sabe que su clan ha querido controlar el Cpccs presidido por su sobrina Sofía Almeida? ¿Quién iba a imaginar la estulticia política del socialcristianismo solapando los juegos miserables de Almeida y sus socios para ocultar información a la antigua minoría, hacer reglamentos amañados, retirarle la palabra o apagarle el micrófono?

Esa foto dice que el correísmo lejos de ser juzgado por lo que hizo, usando al Cpccs, tiene hoy competidores feroces que quieren asumir el control de su mecanismo de poder. Dice que el país político está peor y que Pachakutik, lejos de enjuiciar a sus perseguidores, le sirve la mesa y presta a dos de sus asambleístas para que impulsen un juicio político. Así, ahora se sabe que sí hay políticos dispuestos a acariciar la mano de aquellos que maltrataron a sus comunidades. Mireya Pazmiño y Ángel Salvador Maita, por ejemplo. Ellos son los encargados de llevar a cabo un juicio político de la nueva mayoría del Cpccs que hoy destituyó a Almeida y Rosero de sus cargos y puso a Hernán Ulloa en el puesto que Sofía Almeida sigue creyendo suyo.

Por supuesto que Mireya Pazmiño hace gala de grandes principios para justificar la operación de las tres fuerzas políticas para conservar la sobrina de Almeida a la cabeza del Cpccs: ella habla de la falta de transparencia en la designación de autoridades (cuando esa nueva mayoría no ha elegido a ninguna) y de arrogación de funciones, por pretender mejorar un reglamento para la designación de Contralor.

La realidad es más límpida: el Cpccs es el ente encargado de designar a todas las autoridades de control: Contralor, Consejo Nacional Electoral, Tribunal Contencioso Electoral, Fiscal General del Estado, Defensor del Pueblo, Defensor Público… Y escoge, tras procesos de impugnación, uno de los miembros de ternas enviadas por el Ejecutivo, para superintendentes, vocales del Consejo de la Judicatura… Adueñarse de ese poder es un ideal para esos políticos que sueñan con no tener al contralor fisgoneando en su gestión ni fiscales o jueces investigando su patrimonio. O las persecuciones contra sus contradictores. Algunos andan desesperados por recuperar, además, el control de las cortes en su provincia: en Pichincha, en Tungurahua, en Guayas…

La foto no dice que hay 11 asambleístas corriendo tras la transparencia: dice que corren, en una alianza que se creía imposible, tras un botín llamado Cpccs.

Foto: El Universo.

26 Comments

  1. Los Once apostoles de Satanas, asi deberia titularce esa fotografia. bonachona y sonriente la pobre tonta util, presurosa, como un peon de hacienda de algun gamonal terrateniente, feliz como prioste de pueblo, mensajera de los emplumados, se apresta a dejar la notificacion de un juicio politico para salvar el botin se aferran con los dientes, unias y patas. Consulta Popular para eliminar la Costucion y entidades com este Cpccs, lastima que Lasso ya no goza del favor de la mayoria de los ecuatorianos pero es la unica opcion constitucional o seguir con esto.

  2. Sabiduría y conocimiento para todos para salirnos de esta podredumbre mal llamado participación ciudadana y de estos mal llamados asambleistas y de aquella constitución legalista de la corrupción, adelante con fe que al final lograremos instaurar un Ecuador mejor.

Comments are closed.