Una variable mayoría legislativa está decidida a tomarse por asalto las instituciones del Estado. El primer paso es la Superintendencia de Bancos. A pesar de que la Comisión de Fiscalización elaboró un extenso informe en el que recomendó el archivo del juicio político en contra de Ruth Arregui, el pleno de la Asamblea Nacional, con los votos del correísmo, Pachakutik y la Izquierda Democrática, decidió continuar con el juicio a la actual Superintendente de Bancos. El problema no está en que el pleno decida continuar con el juicio –está dentro de sus atribuciones– sino que no se haya tomado la molestia de leer el informe de la Comisión de Fiscalización ni los descargos presentados por la funcionaria.
El proponente del juicio político, Darwin Pereira de Pachakutik, se limitó a repetir los mismos argumentos de acusación, sin hacer mención al informe de la Comisión ni a las pruebas de descargo presentadas por la Superintendente. Ruth Arregui acudirá al pleno a presentar su defensa; sin embargo la suerte parece estar echada y únicamente irá a cumplir una formalidad. Arregui puede haber incurrido en las faltas que señala el legislador Pereira, pero lo mínimo que se pide al pleno de la Asamblea Nacional es que, antes de tomar una decisión, lea el informe de la Comisión respectiva y refute las pruebas de descargo presentadas por la acusada. Nada de eso ha sucedido por el momento.
La Superintendencia de Bancos es el trofeo menor y no es la principal autoridad a la que quiere interpelar esta mayoría legislativa, ya que conoce que es el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social –hoy fuera de su control– el encargado de escoger a su reemplazo. Para su mala suerte, la Comisión de Fiscalización tiene la intención de seguir el orden de prelación de las solicitudes de juicios políticos que han sido presentadas, y como han decidido tomarse por asalto todas las instituciones, existen unos cuantos juicios políticos pendientes antes de que puedan enjuiciar a los consejeros que conforman la nueva mayoría del Cpccs que, sin duda, es la joya de la corona.
Continuarán con el juicio político al Contralor General del Estado, los vocales del Consejo Nacional Electoral, Procurador General del Estado y recién entonces podrán enjuiciar a los vocales que conforman la nueva mayoría del Cpccs. Demasiado tiempo en el que esa nueva mayoría puede hacer algunas designaciones en la que tienen interés los partidos políticos que se encuentran impulsando estos juicios políticos. Tal es el afán de tomarse las instituciones que han pedido a la Comisión que no siga el orden de prelación y que de prioridad al juicio político a los consejeros de mayoría del Cpccs, sin embargo, parece que ese pedido caerá en saco roto. Para la Asamblea Nacional los problemas del Ecuador se resumen en sus funcionarios, nada más parece importar.
El Cpccs, invento exitoso del correísmo para tomarse las instituciones por asalto, está condenado a desaparecer. En cualquier democracia civilizada es el legislativo la entidad encargada de designar a las autoridades de control y, si bien no es un mecanismo perfecto, puede evitar que todos los poderes del Estado se concentren en un mismo partido o movimiento político. Lamentablemente, la Constitución de Montecristi convirtió el Cpccs en el quinto poder del Estado lo que dificulta su extinción; sin embargo, mediante una reforma constitucional se pueden eliminar ciertas atribuciones de dicho Consejo, particularmente, las encaminadas a designar a las autoridades de control del Estado.
La nueva mayoría legislativa está al acecho de las instituciones y el gobierno nacional tiene la intención de evitarlo mediante el control del Cpccs, por lo que la única salida para evitar ese conflicto es que el presidente Lasso someta a referéndum la eliminación de las atribuciones de designación de funcionarios que hoy posee el Cpccs. De lo contrario asistiremos, de forma continua, a una pugna de poderes para captar todas las instituciones del Estado y continuar con este fallido intento de democracia que es el Ecuador.
Ricardo Flores es abogado.
Guacharnacos, narco asambleístas dirigidos como marionetas desde la ratonera belga junto con los descarriados Id, lo único que pretenden es, asaltar las instituciones democráticas, para chantajear a la presidencia.
De todas las instituciones, la única que verdaderamente les interesa captar, por cualquier medio, es esa pocilga de perros y gatos que se llama CPCCS.
Para nombrar a un contralor 100 x 100 estilo el prófugo Pólit y anular todas las glosas de los contratos amañados y de los robos millonarios de los narcodlincuentes del correismo y de varios inversionistas que alcahuetearon, por una buena tajada, a los” exportadores” de basura a la chavista Venezuela con el sistema Sucres llevarse los dólares del BCE, tal como lo ha declarado el “embajador venezolano” Saab. Y de paso, dejar en la impunidad el vulgar atraco a los fondos del ISSPOL, de Seguros Sucre, delitos que forman parte de la hoja de vida de la bolsa de valores de GYQ y sus poderosos jefes como el hermano del hoy principal asambleísta del PSC, quien deseaba, con toda el alma, ser presidente de la Asamblea. Y para terminar protegiendo a los ya famosientos, la banda de los “Miami Boys”.
Asambleístas reducidos a ser defensores de delincuentes avezados, que jodieron al país.
Como dijiste Lasso, vamos a una consulta popular, para salir de esa pocilga del CPCCS
El CPCCS es una abominación política; tienen que extinguirlo de una vez por todas lo más pronto posible.
Los autoritarios no tienen una ideología que los defina, solo buscan el poder y ejercer el control político y económico. Qué buscan los de manos limpias y arrechos por asaltar las instituciones del Estado?: el control de los medios de comunicación, la promoción del terror, manipulación de las leyes, embobar al pueblo con ofrecimientos demagógicos. Mientras tengamos un pueblo en pobreza y con poca preparación, seguiremos siendo presa fácil de los demagogos. Tenemos experiencia de la década robada, pero no aprendemos. El presidente Lasso tiene que jugarse llamando al pueblo a consulta, no le queda otra alternativa, aunque de pronóstico reservado.
Infames , todos los de esta mayoría son unos GUACHARNACOS miserables !!!!!!!!!