Los hechos políticos en el Ecuador demuestran, sin lugar a dudas, que quienes dicen representar al pueblo en la Asamblea, hace rato que no están actuando por los intereses colectivos. Haciendo un recuento de todo lo que sucede en el Legislativo, el saldo negativo de su proceder es tan evidente que cualquier justificación resulta insuficiente en este punto.
Desprovistos de un cable a tierra, van dando palos de ciego y golpeando a todo lo que anda, ignorando así salvajemente lo que está, en realidad, en juego. Es tiempo entonces de poner sobre la mesa un par de temas que pueden ilustrar para comprender qué es lo que este permanente bloqueo causa al país y cómo ellos van destruyendo la esperanza de cambiar al Ecuador.
Las consecuencias de la Amnistía: la decisión de la Asamblea respecto a los autores y colaboradores de la destrucción de Quito, en el 2019, deja sembrado un precedente nefasto de impunidad. Consolida el mensaje de que los delitos comunes pueden ser perdonados si políticamente tienes votos. Se puede, entonces, hacer tabla rasa de los principios éticos, la ley y el sentido común. La sana crítica que todo legislador debería tener ha sido facultativa nomás.
Es un error creer que esta decisión solo beneficia o afecta a los políticos. La realidad es que esta amnistía traerá efectos en el corto plazo en los ámbitos nacional e internacional. Eso hay que tenerlo claro. Que el pueblo no se sorprenda de que algunos de los amnistiados se postularán como candidatos en el 2023 y, si resultan elegidos, que no se queje cuando gobiernen localmente con la vara de la violencia. Al fin y al cabo, perdonados están.
Por otro lado, dejar por fuera de la amnistía a los miembros de la Policía que también fueron vejados y objeto de abusos, incluyendo abusos sexuales, envía una pésima señal porque demuestra que la clase política que amnistió a los unos, suscribe los abusos perpetrados a los otros. ¿Si de reconciliación se habla, se entendería que debían estar todos. ¿O no?
Ese despiste, que parece intencional, traerá consecuencias complicadas para el país entero. ¿Con qué cara se va a pedir a los miembros del orden que defiendan ciudades y habitantes de actos delictivos si ya se sabe dónde terminarán? Esta amnistía produce un relato negativo hacia el sector del orden y peligroso en el futuro.
En el marco internacional, la percepción también es negativa porque estas decisiones del legislativo causan inseguridad jurídica. Quienes están interesados en invertir en el país y generar plazas de empleo, preferirán no hacerlo porque nadie quiere arriesgar capital si sus políticos suscriben destrucción e impunidad: es peligroso para cualquiera. El país, sin duda, perderá oportunidades.
Manifestaciones con líderes dudosos: la calle es el espacio válido de protesta y legítima manifestación y visibilización de peticiones. Pero resulta increíble que su abanderamiento sean las privatizaciones cuando constitucionalmente están prohibidas; al igual que la vulneración del recurso del Agua cuando, el día anterior, el Ejecutivo había ratificado el compromiso de respetar ese recurso.Esa bipolaridad quizás se pueda entender cuando el líder de la protesta es uno de los amnistiados que incendió la capital y para colmo parece que no leyó la Constitución.
Marchas así deslegitiman el derecho a protestar y debilitan, además, un sector muy respetable que va perdiendo su vigencia por los desaciertos de sus dirigencias. Esto pone en juego la importancia de la protesta como acción válida cuando esté sostenida por la solidez de sus conceptos. A futuro el pueblo, que no es tonto, dudará de los verdaderos intereses tras una manifestación de ese grupo. Eso afecta su legitimidad y tampoco conviene a la democracia.
A esos ejemplos, pudieran sumarse otros y abonan a pensar sobre lo que está perdiendo el Ecuador con la actuación de la Asamblea. En resumen, lo que está en juego es muy importante y valioso: la estabilidad jurídica, el estado de derecho, la transparencia, el imperio de la ley, el derecho a la protesta basada en conceptos vigentes.
Se corre, igualmente, el enorme peligro de que, en las próximas elecciones, vuelvan los mismos a querer gobernar y, de esa forma, se siga institucionalizando la impunidad, se aleje la inversión y las oportunidades de mejorar económicamente. El Ecuador necesita crear las condiciones para generar trabajo y, con lo que está pasando, parece que los legisladores no entendieron nada … o se hacen. ¡Urgente: que alguien les preste un cable a tierra!
Ruth Hidalgo es directora de Participación Ciudadana y decana de la Escuela de Ciencias Internacionales de la UDLA.
En resumen, lo que está en juego es muy importante y valioso: la estabilidad jurídica, el estado de derecho, la transparencia, el imperio de la ley, el derecho a la protesta basada en conceptos vigentes.
Se corre, igualmente, el enorme peligro de que, en las próximas elecciones, vuelvan los mismos a querer gobernar y, de esa forma, se siga institucionalizando la impunidad, se aleje la inversión y las oportunidades de mejorar económicamente.
El Ecuador necesita crear las condiciones para generar trabajo y, con lo que está pasando, parece que los legisladores no entendieron nada … o se hacen.
No. El cable a tierra nunca funcionó con estos asambleístas. Estamos cansados, HARTOS de contemplar tanta miseria humana. FUERA TODOS CARAJO!!!
A estos asambleístas no se les debe conectar un cable a tierra, sino uno de alta tensión.
Cuándo ha habido estabilidad jurídica, estado de derecho, transparencia, imperio de la ley en el Ecuador?
En el siglo anterior, Velasco Ibarra se cayó 4 de las 5 veces que llegó a la presidencia. Hubo montones de presidentes que duraron unos pocos meses. Los militares gobernaron bastante tiempo… y se daban golpes de estado entre ellos.
Desde el regreso a la democracia en 1979 hemos tenido 3 presidentes derrocados, 5 vicepresidentes reemplazados, un presidente ‘constitucional interino” !!!!!
Las Fuerzas Armadas siempre han sido protagonistas en los derrocamientos.
Desde 1979 hemos tenido 3 constituciones !!! E incontables reformas.
Hemos visto a los políticos meter mano en la justicia innumerables veces. Febres Cordero rodeó la Corte suprema con tanques. Hubo una Pichicorte. Y un Chucky Seven.
El congreso siempre ha sido un circo. Los diputados se hacían famosos insultandose los unos a los otros, lanzando ceniceros, o destituyendo a los ministros.
Las leyes más famosas de nuestro Ecuador “democrático” han sido nefastas: la ley del 1% a la circulación de capitales permitió el atraco bancario; la ley de la AGD permitió que los banqueros entreguen bancos quebrados al Estado; la Ley de Contratación Pública facilita la corrupción a gran escala; el COIP es la razón por la cual las cárceles están desbordadas con personas que no tienen sentencia.
El congreso siempre tuvo bajísima aprobación, a tal punto que Correa se dio el lujo asaltarlo en 2008 y llenarlo con los diputados de los manteles… sin que nadie mueva un dedo para impedirlo.
Ahora nos sorprendemos de que la legislatura no funciona?????