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El delincuente Glas héroe y santo

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Los correístas no son cicateros consigo mismos. Primero dijeron que eran seres de “manos limpias, mentes lúcidas y corazones ardientes”. Ahora han mutado y el más publicitado de sus representantes, Jorge Glas, ha sido elevado al rango de héroe.

Se entiende que así procedan Rafael Correa, Ricardo Patiño, Marcela Aguiñaga, Gabriela Ribadeneira y tantos otros presos y huidos. Glas realizó acciones de héroe que les calza, según dos acepciones que da el diccionario de la lengua española: “una acción abnegada en beneficio de una causa noble” y hacerse famoso por sus hazañas. Preso, él era un motivo de insomnio para todos ellos y para Correa en particular. Pero no habló y la ley del silencio es parte del código de honor de las organizaciones delincuenciales. ¿Cómo no va a ser aquello -a sus ojos- una nobleza digna de ser subrayada?

Y la hazaña: ¿No es epopéyico salir a los cuatro años y medio de la cárcel tras haber sido el alfil principal de la Revolución Ciudadana en los sectores estratégicos donde más contratos y robos hubo? Salir burlando a todo el Estado, restregando ante la opinión la bancarrota vergonzosa del sistema de Justicia y sin devolver un dólar de los 14,1 millones que debía pagar con su tío Ricardo Rivera, fallecido el 15 de enero pasado.

Héroe, dicen los correístas y le crearon un hashtag, #JorgeEsUnHeroe. Y ahí retrataron la quiebra truculenta que sufrió la sociedad ecuatoriana con ellos, y de la cual no vuelve. Quiebra de valores y referentes en la cual se alteró hasta el significado de las palabras. Un delito no es un delito. Glas estuvo preso de gana por asociación ilícita y cohecho agravado. En realidad, estuvo preso por puro odio político porque lo que hizo fue sacrificarse por la patria. Y lo dijo apenas salió en medio de una nube de irregularidades: “Pasé cuatro años y medio en la cárcel y con toda la potencia de mi espíritu les digo que no tengo un átomo de arrepentimiento por lo que hicimos por nuestra patria. Soy un soldado de la revolución ciudadana. No se puede vencer a alguien que no se rinde nunca”.

No tiene un átomo de arrepentimiento: no sabe por qué su tío recibió 14,1 millones de dólares de Odebrecht. Y podrá seguir diciendo que todo lo que afirmó José Conceiçao Filho, ex director de esa empresa brasileña en Ecuador, que fue el que pagó las coimas, fue producto de un montaje político para involucrarlo. Lo que hizo por la patria fue cobrar y recibir el 1% sobre cada contrato público que él atribuía, primero como ministro, luego como vicepresidente. Glas no solo pedía para él; también para campañas políticas de la Revolución Ciudadana. Un camarada solidario.

La Hidroeléctrica Manduriacu, el poliducto Pascuales-Cuenca, la Refinería del Pacífico, el acueducto La Esperanza, el trasvase Daule-Vinces…  se hicieron con sobreprecio y coimas para él, según lo relató Conceiçao a la justicia de su país. Glas vio una refinería, El Aromo, donde solo había un terreno aplanado y donde desaparecieron 1200 millones de dólares. No vio, por obvias razones, la corrupción en las demás contrataciones públicas en las cuales se impusieron comisiones para el partido y sus funcionarios: la repotenciación de la refinería de Esmeraldas, aeropuertos (Tena, Santa Rosa…), carreteras, Escuelas del Milenio, Yachay… Obras y elefantes blancos de la Revolución Ciudadana. Nada escapó de sus manos.

El correísmo no solo robó: instaló modelos narrativos que le sirvieron para solapar conductas y actitudes abiertamente delincuenciales. Un delito es una obra revolucionaria. Ir preso es una miserable persecución política. No confesar los delitos ni devolver lo robado son hazañas dignas de un héroe. “Nunca debiste estar en prisión. Mereces la libertad -escribió Patiño en un trino- porque diste todo de ti por un Ecuador más próspero y justo. Porque eres honrado y lleno de bondad”. Homenajes entre gentes con expedientes judiciales similares. No solo héroe: santo.

En ese relato no hay pierde. Decir que Glas es un delincuente es hacer parte del complot político y de la persecución judicial (lawfare) que emprendió la oligarquía y el imperialismo contra revolucionarios, así sean de pacotilla. Como Glas. Decir que es un ladrón es un acto temerario que “jamás podrá ser probado”. Decir que debe volver a la cárcel es desear mantenerlo como “rehén político”. Decir que es un corrupto es ser parte de sus victimarios, porque “los verdaderos delincuentes” son los que lo acusan. Decir que debe estar preso es exhibir “la agenda de odio, mentira y rencor” contra él que encarna “la esperanza”. Pedir que sea vigilado para que no escape es distraer al Estado que tiene que utilizar el dinero, las fuerzas del orden y los servicios de inteligencia “para combatir la inseguridad y la delincuencia” porque Glas no es un corrupto: es un héroe. Que además estudió en la cárcel.

Todos los corruptos hicieron esta semana odas a Glas. Hasta el lameculos de Jorge Gestoso: ex periodista de CNN, pagado por el correísmo para venir a ser el Suso de su líder, él dijo que Glas había pasado cuatro años y medio en prisión “tras un juicio amañado y sin pruebas según expertos…”. Es decir, según sus proveedores de billetes. Correa se dedicó a arponear a muchos de los que hablaron del escándalo producido por el juez corrupto de Manglaralto. “Nunca podrás superar -respondió a Otto Sonnenholzner- que no eres ni la sombra de Jorge Glas”. Y tiene razón: pocos delincuentes como él.

El daño del correísmo a la sociedad está ahí: se instalaron en el poder como arcángeles (manos limpias, corazones ardientes), robaron de lo lindo (se sacrificaron por la patria), se dijeron próceres siendo delincuentes y ahora llaman héroes a los sentenciados. Ya mismo canonizan a Glas.

Foto: El Universo.

Este análisis se publicó ayer, 17 de abril, en el boletín dominical de 4P. Si desea recibirlo, suscríbase por favor gratuitamente aquí: GPS4P.

48 Comments

  1. Desde mi punto de vista opino que Jorge Glas ex presidente del Ecuador tienen tres sentancias por varios delitos cometidos y se ha encontrado de es culpable de ellos por lo cual estivo privado de libertad y por ende no se puede decir que es un héroe

  2. Personalmente no puedo creer como la mayoría de personas que son Correístas puedan seguir hasta el final con personas que se les ha encontrado demasiadas pruebas, entendería que apoyen a Correa por sus buenos mandatos que tuvo, en especial el primero, pero a los demás se les ha encontrado tantas cosas y la gente cegada apoya a una persona, no a una ideología ni pensamiento político, ya nos dejo un presidente ( Moreno ) que fue de los peores sino el peor de los últimos tiempos, debería haber un poco de autocrítica y no seguir fanatismos en una cuestión tan importante como es los mandatarios y autoridades del Estado

  3. Qué pena ver que este hombre tenga apoyo, Glass ha tenido una carrera terrible y que salga de prisión por movimientos poco convincentes si dan mucho que pensar. Hoy prefiero no hacer juicios al respecto pero espero que se haga justicia y que el país no tenga que aguantar crímenes como los que han cometido con el Ecuador.

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