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Los golpistas son patéticamente sinceros

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Los golpistas, con credencial de asambleístas, hace tiempo mostraron al país que ellos y el sentido común y de mesura -que normalmente singulariza a todo elegido en una República- hacen dos. La bancada del correísmo y los tránsfugas de Pachakutik y de la Izquierda Democrática no solo protegen delincuentes y salvan diezmeros: ahora vuelven a complotar de la manera más ramplona.

Este lunes 20 piensan tumbar el decreto Ejecutivo que declaró el Estado de Excepción el viernes pasado. En ello han trabajado el correísmo y Mario Ruiz, un asambleísta pana de Leonidas Iza y amigo y defensor de los mineros ilegales que, como se sabe, tienen vínculos con el narcotráfico. Hay denuncias contra Ruiz en ese aspecto.

Que asambleístas de oposición tengan diferencias con el Ejecutivo es la regla en cualquier democracia. Nadie ignora que el control cruzado es importante para el equilibrio de poderes. No hay, sin embargo, consideraciones democráticas en la movida a la cual dio paso Virgilio Saquicela para este lunes a las 17:15. La intención del correísmo y sus aliados es dejar inerme al Ejecutivo en un momento en que los líderes políticos de la mayoría de esos asambleístas, han fabricado la conmoción interna tan anhelada por ellos -en forma expresa desde los Pandora Papers- para tumbar al presidente Lasso. Eso quieren.

Borrador de la RESOLUCIÓN REVOCATORIA DE ESTADO DE EXCEPCIÓN

El borrador de la resolución, que los mismos interesados echaron a rodar, es una pieza de la miseria política a la cual han llegado el correísmo y sus fichas en la Asamblea tipo Ruiz, tipo Eckenner Recalde, tipo Johanna Moreira. La primera intención es usar la doctrina, interpretada en forma sesgada, para aislar al Ejecutivo. Para atarlo de pies y manos. En el artículo 2, dicen a las Fuerzas Armadas que no pueden intervenir en actividades de control del orden público interno si no está vigente un estado de excepción. Es tanta el hambre de poder e impunidad que los domina que estos golpistas, atentando contra el razonamiento deductivo, juran que el país no concluirá que es por eso mismo que quieren tumbar el decreto emitido por el presidente Lasso.

El artículo 3 debe ser enmarcado y colgado en algún muro de la infamia política: dice que “por mandato constitucional” un estado de excepción debe respetar el principio de necesidad. ¿Y cómo entienden estos golpistas ese principio? Privilegiando por sobre todas las cosas el derecho a la resistencia que, en forma alguna desarrollan. Y como no lo hacen, se entiende que ese derecho incluye para ellos todos los desmanes y delitos que el país, atónito, vuelve a observar: bloqueos, ataques a la propiedad privada, intimidación a las personas, extorsión a empresas agrícolas, ataques inmisericordes a la fuerza pública, destrucción de bienes públicos… Y, por supuesto, caos en Quito hasta lograr que el presidente se vaya.

¿Qué es lo que debe hacer Guillermo Lasso, según se lee en ese tercer artículo de esta resolución prevista para tumbar el estado de excepción mañana lunes? En vez de ocuparse de la violencia causada para fabricar el estado de conmoción, debe “generar políticas públicas adecuadas que respondan al clamor del pueblo, que es el primer mandante del poder público”.

La tarea adjudicada al Ejecutivo está clara: bajar los brazos, no pedir a los militares que contribuyan con el mantenimiento del orden público y obedecer a Iza. Matiz de importancia: Iza no está identificado. Pero esta asimilado al derecho a la resistencia de los sectores populares. Al igual que su pliego de peticiones aparece aquí convertido en “políticas públicas adecuadas”. El pueblo, ya se sabe, es Correa. O en este caso Iza.

La resolución de los golpistas tiene la virtud de la transparencia: quieren dejar al Ejecutivo sin el mecanismo que otorga la Constitución para administrar situaciones extremas. Quieren paralizar las Fuerzas Armadas. Quieren limpiar el terreno para que los violentos puedan actuar sin cortapisas ni obstáculos. En definitiva, quieren usar la Asamblea para metamorfosear un estado de hecho en un derecho y convertir al presidente Lasso en una marioneta política de Iza y de esa mayoría conspiradora a la cual Saquicela no vacilará en dar gusto este lunes a las 17:15.

Un mérito tienen los golpistas del momento: son patéticamente cínicos y sinceros.

Foto: Asamblea Nacional. 

Este análisis se publicó ayer, 19 de Junio, en el boletín dominical de 4P. Si desea recibirlo, suscríbase por favor gratuitamente aquí: GPS4P.

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