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Señoras y señores, aquí no hay Estado

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Cero y van dos: dos sentadas de los dirigentes indígenas con las cinco funciones del Estado para dictar sus condiciones. Es una rendición al revés. Porque ellos se sentaron ayer, como lo habían hecho en octubre-2019 como señores de guerra, con botín asegurado, parte del país bloqueado, ciudades desabastecidas o bajo el terror, como vivió Quito en días pasados, como vivió Cuenca ayer. Como ocurrió ayer noche en Shushufindi con ataque a un convoy militar, en el cual resultó muerto un sargento José Chimarro.

Leonidas Iza y los dirigentes de la Conaie se sientan con las cinco funciones del Estado, como si negociaran de Estado a Estado. Iván Correa y Francisco Jiménez a nombre del gobierno legítimamente elegido. Ellos como representantes del Estado paralelo, porque así se creen y actúan a cada vez que se les ocurre poner al Estado oficial de rodillas. Lo hicieron en Octubre-2019. 32 meses después lo están repitiendo sin que ese Estado haya rectificado o aprendido. Y permita, otra vez, que sus representantes sean humillados y basureados.

Iza y sus amigos no solo actúan como ejército invasor. Tratan al gobierno legítimo y a la sociedad con la animadversión que sienten los dictadores por sus dominados sin que esto preocupe a los mediadores del supuesto diálogo: son sus amigos. Y esos amigos les permiten llevar dirigentes por montones y barras que aúpen el maltrato a los interlocutores convertidos en punching-ball. Ellos les permiten transmitir la supuesta negociación no para llegar a un acuerdo sino para lo contrario: para incrementar los pedidos, mostrar hasta qué punto son inflexibles y obtener triunfos retóricos  tan ideológicos como predecibles.

El espectáculo grotesco de ayer es solo el retrato de un Estado que prueba, como ocurrió en octubre-2019, que, como institución política, es incapaz de imponer la ley en su territorio, proteger la seguridad de sus habitantes y de asegurar el orden público. Peor aún: no puede asumir su privilegio privativo que es, según la teoría clásica de Weber, “el monopolio legítimo de la fuerza física”. El uso legítimo de la coacción física para mantener el orden vigente.

No solo de eso es incapaz ese Estado cuyos representantes asistieron, como esculturas de cera, a la humillación propinada ayer hasta las diez de la noche. El Estado nacional no puede hacer que los ciudadanos asuman el orden jurídico. Una parte de la nación no ha interiorizado los fundamentos que debería llevarlos a obedecer la ley; a respetar las reglas de juego. Y el Estado no tiene medios para imponer ese respeto. Tampoco usa la fuerza que incluye capacidad de disuasión. Y eso ha sido evidente para el país en estos 15 días.

El Estado ecuatoriano es, entonces, una ficción. No logra cobijar y asegurar la convivencia de diferentes. Tampoco logra procesar los conflictos o asegurar el interés general por encima de las apetencias, por legítimas que sean, de un grupo específico. Este Estado rehúsa, cada vez que es requerido, cumplir las tareas que le impone la Constitución. Mantener el orden, por ejemplo, o proteger los derechos de sus ciudadanos. Iza y los suyos pueden reclamar y hacer uso de sus derechos. Pero en vez de hacer lo pacíficamente han cometido una letanía de delitos y hoy, en vez de estar ante los tribunales, se dan el lujo de citar a las cinco funciones del Estado para un show anunciado: obtener con creces lo que quieren y como lo quieren, humillar las cinco funciones y exigir, so pena de continuar el secuestro de la sociedad, total impunidad por la serie infinita de delitos cometidos. Y para quitar los ministros que no sean de su agrado.

El Estado ecuatoriano no es, entonces, ni el monopolio legítimo de la fuerza ni el garante de derechos para los ciudadanos. El Estado es lo más parecido a un tigre de papel o a un queso gruyer. Que parte del país esté paralizado, que Iza pueda fijar quién circula y qué circula, que dirigentes de la Conaie puedan decir, micrófono en mano, que no les importa si Quito muere de hambre; Todo eso habla de un Estado fallido. De un Estado de plastilina.

El país está ante una pesadilla cuyo género pertenece al surrealismo andino. El gobierno legítimamente elegido está convidado a firmar la capitulación. En esta parte del libreto, los secuestradores de la sociedad esperan que los gobiernos, en vez de hacer cumplir la ley, se aferren a los cargos. Como si no hubiera consecuencias inmediatas para el presente y el futuro en aceptar que el país sucumba ante aquellos que creen que la protesta social es sinónimo de barbarie y la política sinónimo de terrorismo.

Foto: Twitter 

27 Comments

  1. Este engendro Iza, si en vez de Ecuador estuviera en Cuba, Nicaragua o Venezuela, hace rato que lo hubieran encontrado comido de los gallinazos. Solo aquí se ve tanta indulgencia rayando en la estupidez. METANLO PRESO, hay leyes suficientes para encerrarlo de por vida.

  2. Con delincuentes no se dialoga peor negocia, éstos deben ser detenidos, juzgados y condenados. Las FFAA deben justificar lo que nos cuestan. El Gobierno del encuentro debe encontrar gente proba y capaz de amarrarse los pantalones y enfrentar este estado de guerra, y si no lo pueden, que escoja el pueblo mayoritariamente, mediante la muerte cruzada, así nos ahorraríamos más de 2 $ millones mensuales en mantener unos malos payasos llamados asambleístas

  3. Vuelvo y repito: Muerto el rey, que viva el rey! Demasiada libertad le han dado al Iza…..

  4. Totalmente de acuerdo , aquí no hay Estado , vivimos un remedo de Estado , en el cual ni siquiera las Fuerzas del Orden ´pueden hacer uso legítimo de la Fuerza y parar toda la barbarie y anarquía que se ha desatado en el país . Y lo más triste , un Gobierno desorientado , que no sabe como parar la irrupción de estos delincuentes y terroristas ; que dice y se desdice , hace y deshace , ordena y da marcha atrás , permite que sus representantes vayan a un diálogo sin regla pre señaladas , enviándoles así al matadero : es decir vivimos una tragedia , sin que los ciudadanos de bien , avizoremos una tabla de salvación en el horizonte . TRISTE Y LACERANTE REALIDAD ESTAMOS VIVIENDO .

  5. José es hora de que la sociedad visualicemos el nuevo país que se está construyendo, un Ecuador con narco-guerrilla, financiada desde el exterior. Al presidente Lasso le toca asumir un rol histórico que jamás se lo imaginó, que es el de batallar por la democracia, y uso el término batallar no ingenuamente, sino con el amplio sentido que tiene. Los diez puntos planteados por la CONAIE son el pretexto, el fondo es otro. Hay que exponer las opiniones sin anestesia, sin rodeos. Y tenemos que exigir al gobernante firmeza extrema en esta batalla por la democracia.

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