La renuncia de Simón Cueva al ministerio de Finanzas, que se hará efectiva la próxima semana, podría llevar a dos interpretaciones. Una: es una consecuencia del paro de 18 días que se terminó este jueves 30 de junio. Dos: habrá un giro en la política económica.
La primera es errada. La segunda, igualmente, aunque la respuesta definitiva depende, como es obvio, del presidente y la hará explícita al anunciar el reemplazo de su ministro de Finanzas. 4P había hecho saber, hace tres meses, que Simón Cueva iba a salir del gobierno y del país, hacia Europa, por compromisos familiares. En su entorno se dijo entonces que quería dedicarse, posiblemente en Inglaterra, a la docencia y a la investigación. Ese plan, por lo que se sabe, no ha cambiado.
Sin embargo, nada de aquello traslució porque el presidente de la República le pidió quedarse un tiempo más para cerrar algunos temas que estaban a su cargo. Tres, en particular: la negociación con el Fondo Monetario Internacional, la renegociación de la deuda con la China y el arreglo de deuda con el IESS. La renuncia de Cueva debía producirse en junio, pero el paro y su repercusión en las cuentas fiscales retrasó de nuevo el anuncio.
¿Quién lo reemplazará? Como se sabe, el nombre que más ha sonado es el de Pablo Arosemena, gobernador del Guayas. Su perfil tiene poco que ver con la política que hasta ahora ha manejado Cueva, por decisión del presidente Lasso. No se sabe que el presidente quiera cambiar de línea. De hecho, con Cueva ya se había iniciado la tercera etapa fijada por el Ejecutivo: énfasis en atención social, tras la vacunación y la segunda etapa que el presidente denominó, en su discurso del 24 de mayo pasado, “poner la casa en orden”.
Lasso, en total sintonía con Cueva, quiso ejecutar una política de responsabilidad fiscal que incluyó ordenar las cuentas, transparentarlas, asumir deudas, como la del IESS, los GADs y Solca, por ejemplo, que el país arrastra sin pagar desde el correísmo y, en ciertos casos, desde antes de ese gobierno. Las sorpresas fueron mayúsculas porque se hallaron cuentas escondidas o indebidamente indexadas, al punto que algunos de los temas en carpeta con el FM, han sido tratadas una y otra vez precisamente porque sus montos han ido variando. A cada vez han empeorado.
El paro pilló al gobierno justo antes de que anunciara en qué consistiría la tercera etapa para la cual el Ejecutivo pensaba que Cueva seguía siendo el mejor timonel en Finanzas. Porque había bajado el déficit fiscal, generado reformas que apenas empezaron a surtir efecto en marzo y abril de este año y racionalizado el gasto puertas adentro en la administración. Él era, se dijo entonces en el entorno presidencial, el más indicado para abrir la llave e invertir en política social sin perjudicar la tarea de disciplina fiscal emprendida.
¿Pablo Arosemena, un político que hace carrera política y no es conocido en el plano internacional, es el mejor candidato para reemplazar a Cueva? El presidente lo dirá. Aquellos que han criticado a Cueva, creyendo que basta con etiquetarlo como fondomonetarista, creen que el país nada en piscina repleta de dólares. En el fondo son tan populistas como Correa que gastó todo lo que había, malgastó lo que ingresó por el boom petrolero y dejó el país empeñado a la China. No pueden criticar su visión rentista y la de muchos grupos que piden bajar impuestos, tener incluso diésel subsidiado para sus amigos y gozar de exenciones para sus obligaciones con el fisco, pero son campeones para exigir que el Estado se haga cargo de más y más gastos. El PSC calza perfectamente en este perfil pues, carente de un candidato con posibilidades de ir a la Presidencia de la República, cree que su labor política es exprimir al Estado y tener al ministro de Finanzas a su servicio. Ahora han pedido juicio político contra Cueva.
La lectura que hace el PSC del paro es que el Estado debe gastar más, sin decir de dónde provendrán los fondos. Y el paro muestra, precisamente, que hay agendas sociales nacionales, voluminosas y crónicamente represadas. Y para atenderlas se necesita dinero. Mucho dinero. Es verdad que no solo se requieren más ingresos sino eficiencia en el gasto y, sobre todo, capacidad de gestión. Y esos son déficits casi generalizados en la administración pública local y nacional. También se dan en ministerios del gobierno del presidente Lasso. Tres ejemplos: Salud, Inclusión Económica y Social y Transporte y Obras públicas.
Un ministro de Economía y de Finanzas no puede ser un aficionado al gasto: esa no es su tarea. Por eso, tras la salida de Cueva, el presidente Lasso tendrá que decidir si su sucesor mantiene la línea y se dedica, como estaba previsto, a cobrar los impuestos a los evasores, priorizar el gasto y orientarlo hacia el área social. Pero sin lastimar lo que el país ha hecho para recuperar las finanzas y ganar confianza en el campo internacional. O abre la llave a chorros como quieren los populistas.
Foto: Presidencia de la República.
Una pena que un técnico serio , honesto y que realizó un trabajo estupendo , recuperando en lo posible , el desastre económico luego del despilfarro y corrupción de los ROBOLUCIONARIOS , deje el Ministerio de Finanzas . Queda para ejemplo de los farsantes ECONOMISTAS HETERODOXOS , lo que un técnico serio puede hacer .
Será la Cartera de Economía y Finanzas el precio que puso el socialcristianismo para no apoyar la moción de destitución del presidente Lasso? Por el bien del país, espero que no sea el caso.
Es buen negocio tener un estado desordenado y débil, sin capacidad ni articulación para hacer un cerco a los evasores de impuestos. La calidad moral no soporta a quienes por deporte evitan contribuciones en el país que hacen sus riquezas, no es negocio. Este gobierno sin ser soberano debe seguir con políticas económicas dictadas por el país del norte. El sector privado para nada significa un recipiente moral y ético cuando de aprovechar las falencias del estado no es su responsabilidad. Las necesidades de los pobres no tienen que seguir siendo una carga para el estado, ellos deben aprender a salir adelante por sus propios medios, además toda sociedad los necesita para posicionar soluciones en tiempos de campaña, eso debe estar claro. Estoy en mucho de acuerdo con los nombres sugeridos para el reemplazo de Simón Cueva, al fin de cuentas desfilan por distintos medios de comunicación todos los días, están posicionados con sus elocuentes disertaciones.
” O abre la llave a chorros como quieren los populistas.”
Ese es el problema, que nadie entiende porque nadie se lo explica, incluyendo 4P, que no existe tal chorro.
La gente entiende mensajes sencillos pero claros:
A los pobres, la tienda de la esquina le dice, no mas fiado, hasta que no me pagues lo anterior.
A los ricos, la tarjeta de $ 50,000 de cupo, ya no le amplia mas el cupo a menos que abone y pague los intereses acumulados. Así que la lista de invitados de la boda de la princesa de la casa se reduce de 500 a 100 invitados.
Lo hemos explicado hasta la saciedad. y durante años!!! Pero, claro, si usted toma un solo artículo, pues ahí no cabe todo.
DEBE SER IVAN ANDRADE UN BUEN MINISTRO DE FINANZAS CON SIXTO DURÁN
Un tema poco tratado respecto a los recursos fiscales y su capacidad de solucionar las necesidades de la población es el porcentaje que se cobra a los contratistas de los Gobiernos Seccionales y Empresas Públicas . En muchos casos se dice desde el 10 al 20 % sobre el contrato por ello no alcanzará nunca la plata para resolver los problemas del país
Uy amigo, Ud está pidiendo demasiado…
De perogrullo, la mejor política social es una buena política económica. Eso es lo que lamentablemente no se entiende o no se quiere entender.
Considero que un aporte del Eco. Alberto Acosta Burneo seria valioso en estos momentos una vez que Simón Cueva deja las finanzas mas ordenadas.
Hay solo dos políticas económicas posibles en este país. La primera es el populismo despilfarrador rentista y clientelista. La segunda es el populismo despilfarrador rentista y clientelista pero el “pueblo” sale a obligar al gobierno que sea así. En lo personal el ministro entendió que la responsabilidad es lo último que quiere el país porque los “luchadores sociales” entienden al Estado como una suerte de caja chica que les debe dinero. Cualquier persona que quisiera poner un negocio sabe que no tiene sentido, entiende que el Estado no está ahí para asegurar nada de estabilidad económica, política, social porque el “pueblo” manda. Además, sabe que si próspera le ridiculizan en la sabatina #2638191. Y digo eso más allá de las responsabilidades que el Estado se arrojó y no cumple como asegurar medicamentos en los hospitales, por si hay algún vivo que dice que “el pueblo” pide dinero del Estado para eso.
Excelente artículo.
Definitivamente la deuda social se paga con dinero.
Poner al Estado en “punto de equilibrio” es un tarea muy compleja.
Los “pobres” solo quieren solventar sus carencias, no importa, de donde se saque el dinero o se gaste en subsidios. Los “pobres” evasores de impuestos, tratan de obtener toda clase subterfugios leguleyescos para no pagar o retrasar los pagos, de los préstamos que obtuvieron de la “feria del dinero” de la CFN.
En fin todos quieren exprimir las ubres del Estado que apena se estaba recuperando; pero, nadie quiere cumplir sus obligaciones.
¿Lasso podría nombrar a Mauricio Pozo como ministro de economía, es una persona versada y con experiencia suficiente tanto en la banca privada como en el quehacer político?
Luego de 14 años de “cuentas alegres” el trabajo de un técnico de alto nivel como Simón Cueva era necesario.
Con mandos medios correistas, ningún ministerio podrá avanzar al ritmo que el país exige después de este abrupto freno y retroceso de nuestra economia. La prioritaria atención social que el país exige debe ser puesta en manos de técnicos coherentes con ese objetivo. Las políticas públicas de orden social deben constituirse en políticas de estado que a futuro garanticen igualdad de oportunidades para los más vulnerables, solo así estaremos construyendo un país que disminuya las extremas brechas sociales que hoy nos aquejan.
Una vez que el gobierno aceptó aumentar los subsidios a los combustibles, Cueva no tenía más remedio que renunciar. Es un asunto de elemental coherencia: él había expresado públicamente su desacuerdo con aumentar esos subsidios, no solo por el impacto en las cuentas fiscales, sino porque constituyen una pésima política social, pues benefician a quienes tienen vehículo, y restan recursos para atender a los estratos más pobres.
El nuevo ministro tendrá una tarea monumental: asegurar que el Estado tenga el dinero para pagar sueldos, bonos, subsidios, deudas, etc cada mes. Tendrá que hacerlo en un entorno de gran incertidumbre nacional y mundial.
Qué perfil se necesita?
Alguien que conozca las finanzas públicas del Ecuador al revés y al derecho, que sepa cómo movilizar a la pesada burocracia quiteña, que pueda negociar de manera efectiva tanto con financistas internacionales como con grupos de presión locales, que tenga la destreza política para entender y priorizar las demandas de los distintos sectores, y que goce de un cierto prestigio de ser persona íntegra, confiable, razonable, y no conflictiva. En otras palabras… un Mauricio Pozo.
Pero están pensando en un joven empresario guayaquileño, heredero de una familia millonaria, con fuerte ideología liberal, y con un historial de representar a las élites empresariales!!!
Eso indica que el gobierno sigue perdido en las nubes.