Los caminos conducen otra vez a la Corte Constitucional. Ella tendrá que zanjar el enredo creado alrededor del Superintendente de Bancos. Y que agravó la Asamblea al incumplir la decisión de la jueza Larissa Ibarra que dejó sin efecto la designación de Raúl González como nuevo superintendente de Bancos: lo posesionó con 70 votos.
Entretanto, el Cpccs tendrá que seguir adelante con el proceso -basado en el fallo de la misma jueza- para designar a otro Superintendente. El presidente Guillermo Lasso ya envió la terna. Si no lo hace, el Cpccs estaría en la misma situación que la Asamblea y se expondría a que cualquier ciudadano interponga una “Acción por incumplimiento” ante la Corte Constitucional. Se puede recurrir a esta norma a pesar de que el fallo de la jueza fue apelado en la Corte Provincial del Guayas y, si ocurre, la Corte Constitucional tendría que dar prelación por ser un caso evidente de conmoción social. Lo tramitaría inmediatamente sin tener en cuenta el orden de llegada.
Pensar en lo que podría hacer la Corte Constitucional es otro par de mangas. Se trata de dirimir un asunto político (entre el Ejecutivo y la Asamblea) en el que hay un incumplimiento flagrante de una decisión legítima de autoridad competente. ¿Es polémico el fallo de la jueza Ibarra? Sin duda. En la Asamblea, el correísmo, el PSC y los independientes y renegados de PK y de la ID procedieron en forma consciente para desconocerlo. Mientras tanto, la Ley indica que ningún órgano ajeno al sistema judicial puede tener injerencia en las atribuciones de los jueces. El choque de trenes no puede ser más evidente y las dos decisiones que se han dado, en este caso, se neutralizan al punto de dejar en el limbo jurídico la entidad que supervisa el sistema financiero.
La Corte Constitucional podría tener la tentación de sacarle el cuerpo a este problema. Ojalá no vuelva a lavarse las manos como hizo con la Ley Orgánica de Educación Intercultural. Una Ley parida sin recursos permanentes (es decir inconstitucional) y que una mayoría de magistrados, convertidos en activistas, dieron existencia mediante interpretaciones pintorescas.
Esta vez no se trata de tomar partido por el Ejecutivo o por la nueva mayoría de la Asamblea: se trata de volver a marcar la cancha en un país que ha perdido el sentido de los límites. Todo al parecer está permitido. Un juez, vendido o con dueño político, se cree autorizado a poner el país patas arriba. Eso pasó en Manglaralto. Políticos y delincuentes y políticos-delincuentes usan las acciones de protección para birlar procesos o burlar la Justicia. Jorge Yunda, Jorge Glas, Daniel Salcedo, Leandro Norero… recurren a esos mecanismos. No son los únicos. Lo han hecho autoridades como Fausto Murillo, presidente de la Judicatura. Y, luego, ¿puede la nueva mayoría de la Asamblea Nacional afirmar que nunca más tendrá en cuenta un fallo judicial si interfiere con sus decisiones? ¿Los asambleístas puede decidir motu proprio cuándo acatan y cuándo no la decisión de un juez?
Todas estas zonas oscuras, que retratan de cuerpo entero la inoperancia sobre todo del Consejo de la Judicatura, tienen que ser zanjadas porque, de lo contrario, el costo que paga el país se llama anomia. O anarquía. La primera en lo social. La segunda en lo político.
Marcar la cancha -en realidad recordar dónde jurídica y constitucionalmente están los límites de cada actor- es un ejercicio que se antoja urgente. No se trata, por supuesto, de invocar aquí la dictadura de los jueces. Sólo deben hacer su trabajo en forma oportuna y apegados al espíritu y al texto constitucional.
Resulta obvio que en un país donde los políticos (Yunda, Glas… la nueva mayoría de la Asamblea, el mismo gobierno) sucumben ante la tentación de interpretar los límites legales, la Corte Constitucional debe cumplir su deber resumido en su misión: “Garantizar la vigencia y supremacía de la Constitución, el pleno ejercicio de los derechos constitucionales y garantías jurisdiccionales, mediante la interpretación, el control y la administración de justicia constitucional”. Eso es contrario a la anomia. Y a la anarquía.
Foto: El Universo.
El desempeño de Guillermo Lasso como presidente, es realmente decepcionante. Al parecer lo único que le interesa, además de pasar a la historia como ex presidente, es mejorar la economía del país, lo cual está bien, pero descuidando totalmente otros aspectos importantísimos que inciden en la mala calidad de vida de todos los ecuatorianos, como el desabastecimiento de medicinas en los servicios de salud públicos y del IESS; la ninguna acción para desratizar la administración pública; el incumplimiento de promover la consulta popular para rectificar las perversidades del bodrio de Montecristi; rectificar las atroces medidas populistas que tienen al IESS al borde de la quiebra, creadas por el prófugo; la ausencia de un auténtico equipo de trabajo que le ayude a poner en marcha al país que está como paralizado. Si esto pensamos quienes le dimos el voto, qué se puede esperar de la clase política corrupta, que acecha como buitres, para lanzarse a los despojos que quedan.
Ojalá la CC resuelva fundamentada en lo que manda y determina la Constitución vigente y ningún otro argumento . Y ojalá esta decisión sea el camino para destituir a los Asambleístas , que haciendo caso omiso de la ley , posesionaron como Super de Bancos , a un individuo que resulta un peligro para el sistema Financiero nacional . Y aunque parece mentira , el causante directo de este despelote tiene un responsable : quien envió la torpe terna al CPCCS , Guillermo Lasso M , Presidente Constitucional del Ecuador !!!!!!!! .
Algo anda mal Sr. Hernández, un presidente que manda una terna parecida a las famosas tres ofertas de los concursos de ofertas públicos, dos ofertas malas y una menos mala para que gane, solo que aquí Lasso no sabía quien era el menos malo.
El presidente diga lo que diga es banquero y se ve muy feo que ande muy preocupado por ese puesto que en definitiva se hizo para controlar a los banqueros, no para que los banqueros controlen al controlador de los banqueros.
José Hernández, siendo periodista, conoce más de derecho que la mayoría de los miembros de la Corte Constitucional. Poderoso artículo de lectura obligada.
José Hernández y sus compañeros de Pelagatos, representan hoy por hoy, con otras poquísimas voces, la antorcha que alumbra la ruta moral, ética y legal del país y esa misma antorcha prende fuego a todas las depravaciones éticas y morales de políticos y jueces corruptos.
Lástima que hombres del carácter recio, inteligentes, honestos, muy informados y seriamente preocupados por el destino de la patria ecuatoriana, como José Hernández, sean pocos.
Comparto el criterio de César Augusto : José Hernández es un erudito. Yo,personalmente, he aprendido bastante, leyendo 4pelagatos.
Que penoso es comprobar que ustedes Pelagatos solo publican los comentarios que coinciden con sus criterios lo cual quita valor totalmente a los comentarios que uds publican. Cuáles son los argumentos de este señor Carrera…. Los insultos, quien usa el insulto como herramienta para argumentar, demuestra la POBREZA EXTREMA de su argumentación….
Argumentos? Acaso el pais entero no acaba de ver como la “asamblea” acaba de posecionar al super intendente de bancos, a pesar de que este individuo no estaba calificado para ocupar ese cargo? Acaso eso no es quebrantar la ley y burlarse del pais entero? Llamarlos delincuentes a esos asambleistas no es insultar, es decirles lo que son y se lo han ganado por todas sus pesimas acciones y sus actos de corrupcion. Los unicos que no ven nada de esto son los correistas ciegos. Me imagino tu eres parte de ellos, por eso tu comentario en defensa de una asamblea que causa lastima y repugnancia.
Es deber de la Asamblea Nacional actuar de manera recta y velando por los intereses del pueblo Ecuatoriano. Sin embargo, tenemos una asamblea llena de delicuentes, porque no se los puede llamar asambleistas a esa manada de corruptos y siverguenzas, a los cuales no les importa posecionar a un tipo que claramente quebranto las normas y reglamentos y es por lo tanto un tipo no apto para ocupar un puesto tan importante para el futuro del pais. A los delincuentes de la asamblea lo unico que les importa es obedecer las ordenes del ex narco presidente Rafael Correa, para poder tapar todos los robos cometidos durante la decada correista. El pueblo no les importa en lo absoluto. Delincuentes protejen a sus compinches, eso es lo unico que les importa.
Nada de esto estaría ocurriendo si Lasso hubiera llamado a consulta popular para eliminar el CPCCS, o para botar el Mamotreto de Montecristi a la basura. Pero no lo hizo. Lasso y su entorno se han pasado más de un año tratando de controlar el CPCCS, usando métodos tan bajos como los que criticaban al correísmo.
En el proceso, Lasso y sus amigos se han vuelto los más fervientes defensores de las barbaridades consagradas en el Mamotreto de Montecristi: el CPCCS, la judicialización de la política.
Correa debe estar retorciéndose de la risa, sabiendo que su legado está a salvo en manos de Lasso.