600 delincuentes detenidos, 147 armas de fuego requisadas y 28 organizaciones desarticuladas en los dos meses de estado de excepción en Esmeraldas
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El coronel Calle se fue por hablar demasiado

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El coronel William Calle fue trasladado de Esmeraldas tras su entrevista en FM Mundo, que 4P comentó. Este traslado es un castigo evidente porque, como él mismo admitió, solo llevaba 20 días como comandante de la Policía de la Subzona 8 en Esmeraldas. Su diagnóstico no cayó bien a sus superiores: un oficial cierra la boca. O habla como lo hizo hoy en Teleamazonas, el general y comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta en Esmeraldas, Alexander Levoyer.

En claro, el problema que tuvo el coronel Calle con sus superiores pasa por la forma de nombrar los factores, los actores y las dificultades en el combate a las bandas delincuenciales en Esmeraldas. El general Levoyer sigue la línea ortodoxa de los militares en este tema: minimizar los datos del problema, endosar la responsabilidad a Colombia y reiterar que “los narcotraficantes, los delincuentes y los antipatria” no les van a vencer. Vieja línea de comunicación que pone en el centro del problema a un enemigo exterior y cree resolver un dilema aludiendo a la valentía (generación victoriosa dijo el general) de las Fuerzas Armadas.

Se entiende que a los militares no les gustó el discurso del coronel Calle que volvió complejo lo que para el general Levoyer es simple. De hecho, en la entrevista dijo, en forma contundente, no compartir su criterio. En ese punto, es obvio que el gobierno privilegia la línea de comunicación del general Levoyer a la del coronel Calle. Sin embargo, el general tuvo problemas en la entrevista para deconstruir el relato que plantó el coronel.

Según él no hay mil tiguerones en la cárcel sino 300. Y no hay tres o cuatro mil en las calles. ¿Cuántos hay? Él no sabe y esas estadísticas, dijo, las maneja la Policía. Calle habló del contexto de miseria que hay en Esmeraldas. Barrios sin agua, sin luz, sin cámaras, sin centros de rehabilitación. Son datos que ayudan a entender la complejidad del problema de la violencia en Esmeraldas y que muestran la inacción de las autoridades locales. Esa realidad también es elocuente en Guayaquil. El general Levoyer ignoró esos factores internos y volcó el problema enteramente sobre Colombia: “La delincuencia migra”. Desde hace décadas, ese es el discurso de las FFAA en la frontera norte del país.

¿Quién puede dudar de que policías y militares están trabajando, denodadamente, por blindar las fronteras y evitar el paso de droga? Pero es iluso pensar que basta la presencia militar para blindar el paso a los narcos mexicanos, colombianos y ecuatorianos, cuyo negocio millonario depende de llevar esa droga a las costas ecuatorianas. Sin duda se requieren equipos de altísima tecnología para vigilar la frontera y es dable pensar que el gobierno ya pensó en eso en el plan de seguridad que el presidente Lasso anunció en la entrevista en TC Tv. Decir que la frontera sigue siendo porosa no es faltar a la verdad; decir que ya está blindada es una mentira piadosa.

El coronel Calle y el general Levoyer han planteado, sin proponérselo, dos formas de informar sobre el problema de la inseguridad en el país. Una, es hablar de los actores, del contexto, de las dificultades logísticas, tecnológicas, presupuestarias… que tienen acumuladas Fuerzas Armadas y Policía que necesitan ponerse al día. Y, por supuesto, como lo dijo el coronel, la necesidad urgente de construir un frente de instituciones y autoridades. Las locales y las nacionales sin politizar el tema.

La otra, es construir discursos insustanciales, como hizo hoy el general Levoyer. ¿Fue tremendista el coronel Calle? Puede ser. Y el gobierno y sus superiores en la institución policial pueden considerar que ese no es su papel. ¿Fue anodino el general Levoyer? Lo fue. ¿Y ese es el papel que debe jugar un militar en ese cargo en un momento tan sensible y dramático para el país?

Que el coronel Calle haya sido sancionado por lo que dijo y que el general Levoyer no tenga problema alguno por lo que dijo, prueba una cosa: que el gobierno, lejos de asumir el dilema de comunicación que plantea la inseguridad, escogió -mientras trabaja en silencio- la política de la avestruz. Y esa no es la vía. La prueba es el general Levoyer que hoy no convenció ni a sus entrevistadores.

Foto: El Universo.

8 Comments

  1. La seguridad en el pais es algo deplorable, necesitamos cargos que sean responsables de la seguridad y si les interese la gente.

  2. La Ciudad costera ,es la muestra más perturbadora de lo que puede llegar a ser un conglomerado Social , donde los liderazgos bajan a la alcantarilla para desde allí mimetizarse , desnaturalizar y trastocar el quehacer político en una ópera bufa que no contempla en su libreto, la elevación de la masa a una visión más compleja pero fructífera de las implicaciones que acarrea ser un ciudadano y un líder.
    La comarca del relato, es la más dolorosa pieza del catálogo urbano del Ecuador, estremecedora, caótica,
    peligrosa, pobre y sin esperanza.
    Su transformación será difícil pero posible, sin esos personajes nefastos y manipuladores, cobardes e insulsos
    pero si embutidos de ambiciones malsanas.
    Allí está el reto para un nuevo liderazgo luminoso, inédito y casi sobrenatural, capaz de trastocar una agobiante mediocridad en un nuevo
    libreto que involucre gente iluminada y valerosa, capaz de hacer entender al ciudadano que es parte relevante de una Comunidad con acciones generosas, responsables , participativas y sin la pavorosa indolencia que destruye.

  3. A mis hijos,que formaron parte del ejército norteamericano,siempre les inculqué obediencia a los superiores pero jamás obediencia ciega, ni agachar la cabeza ante las injusticias. Hoy son prósperos profesionales. Me parece deleznable castigar a un oficial de la policía por decir la verdad.

  4. Desde hoy en adelante los funcionarios públicos que se presenten ante la prensa, lo harán en terno de camuflaje. La realidad surrealista la vivirá solo el ciudadano indefenso, que exagera. Estamos en Chistejstán.

  5. Buenos días sr Hernández, creo que el gobierno está tan ofuscado que en lugar de castigar / injustamente/ al Coronel Calle por decir la verdad sobre Esmeraldas le premiaron sacándole del infierno.

  6. Lo más grave es que el gobierno carece de voceros CIVILES sobre el tema de seguridad.

    El anterior ministro del interior, Patricio Carrillo, era un general de policía. El actual ministro del interior, Juan Zapata, es un capitán de policía. El diagnóstico de la situación en Esmeraldas lo hizo William Calle, coronel de policía. Y le desmintió Alexander Levoyer, general del ejército.

    En definitiva, la comunicación del gobierno con respecto a la seguridad está a cargo de policías y militares.

    Pero no es solo la comunicación. El gobierno ha RENUNCIADO por completo a entender a la seguridad como un asunto complejo, multidimensional, y se conforma con una visión militar y policial. Se habla de doctrina, estrategia, táctica, vigilancia, armamento, fuerzas de tarea conjunta, etc, mientras se ignora completamente la dinámica social y económica.

    El secretario de seguridad nacional, Diego Ordóñez, brilla por su ausencia.

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