Así sablearon 7 millones de dólares al SRI

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La historia de la mítica hacienda La Clementina no deja de sumar capítulos, cada uno más sorprendente y desconcertante que el otro. En los últimos tres meses, ha producido al menos dos: uno desolador y otro que, en medio de tanta desgracia, tiene algo de alentador    

En el capítulo descorazonador, que es el más reciente, el Servicio de Rentas Internas, SRI, fue sentenciado a pagar a Koval 6 millones 822 mil dólares por un juicio que esa empresa puso y que perdió de forma extraña. Koval es la empresa que estafó a Cooproclem, la cooperativa de trabajadores que contrató para administrar la hacienda y que, en lugar de pagar la deuda adquirida con la Corporación Financiera Nacional, CFN, se embolsicó lo que producía. Es decir, los de Koval salieron con yapa.

Koval se hizo de todo ese dinero gracias a la complicidad que forjó con la directiva de Cooproclem, de cara al juicio al SRI. La directiva de la cooperativa puso un recurso de protección acusando al SRI de no haber respetado sus derechos constitucionales: alegó que no le había entregado mil hectáreas de la propiedad que, según un peritaje posterior, valían casi siete millones de dólares. Cooproclem, astuta y tramposamente, renunció a los derechos contenciosos en el juicio y los cedió al dueño de Koval, Miguel Macías Ulloa. Así, si ganaba, el dinero iba para Koval y no a los socios de la cooperativa que, se supone, eran los dueños de la hacienda. El reclamo lo hizo al SRI porque ese organismo había sido, por un corto tiempo, propietario de la tierra, mientras la hacienda fue transferida a sus trabajadores en 2014.

Aquí viene la parte más desconcertantes de este capítulo: el juez de primera instancia negó a Koval el recurso, pero ante una apelación subió hasta la Sala de lo Laboral de la Corte Provincial de Justicia del Guayas donde sus tres jueces, Francisco Morales, Ivonne Núñez y Carlos Pinto, le dieron la razón y ordenaron el pago. De ahí, el caso pasó al Tribunal Contencioso Administrativo que ordenó la liquidación y así el SRI entregó el dinero a Koval. Del total del monto, un millón y medio se endosó al abogado de la empresa, John Arias Izquierdo. Éste, con esos recursos, compró la casa a Miguel Macías Ulloa, el dueño de Koval. Lo llamativo es que Macías había comprado esa casa en 2019, a nombre de una de sus empresas en 800 mil dólares, cuando ese año su empresa no había pagado un centavo de impuestos.  El Tribunal Penal resolvió, curiosamente, que “ante la imposibilidad del SRI de restituir las 990 466 hectáreas faltantes”, sea el Tribunal Contencioso Administrativo el que determine el valor de esa tierra. Ese tribunal, a su vez, pidió un peritaje que estableció el valor en 6 millones 822 mil dólares.

Fuentes consultadas dijeron a 4P que el Consejo de la Judicatura no podía hacer nada ante el fallo del Tribunal Penal a favor de Koval sin al menos una queja de oficio. Si la hubiera habido se podía haber hecho algo para evitar el pago, como un sorteo para que algún otro juez conozca el caso o una consulta a la Corte Nacional de Justicia. Pero no, ningún organismo del gobierno formuló una queja y ahora ya no hay nada qué hacer: el Estado perdió mucho dinero y se lo dio a personas que tienen cuentas pendientes con él.

El capítulo que aparentemente es alentador es este: el 3 de octubre se legalizó el traspaso de La Clementina a la CFN, con lo que el Estado, se supone, recuperó el valor del crédito que el gobierno de Correa hizo a la cooperativa de trabajadores y que nunca pagó porque éste había contratado a Koval que se quedó con el dinero. Se calcula que el valor de la tierra es de 100 millones de dólares, con lo que el Estado habría recuperado lo que perdió. En la CFN no se sabe aún cómo compensar a los trabajadores que nunca fueron propietarios de la hacienda, como demagógicamente ofreció Rafael Correa, pero sí deudores y perjudicados. Solo en pagos al IESS, Koval aún debe 4,5 millones de dólares, según funcionarios de la CFN que hablaron con 4P.  Pero eso, seguramente, nunca pagará a pesar de que al SRI le sacaron casi 7 millones de dólares.

Foto: Medios Públicos

4 Comments

  1. Que tragedia enorme trajo la ROBOLUCIÓN y sus secuaces a este atribulado país . No hay día en que no nos enteremos de atracos , desfalcos , corruptelas , decisiones perversas de Jueces venales ; y en todas estas infamias , presente la sombra del correato . Y lo de la hacienda La Clementina , otro cuento de terror , farsa , populismo y corrupción , iniciado por la enorme demagogia de los ROBOLUCIONARIOS .

  2. La obsesión por el dinero, de nuestros ROBOLUCIONARIOS impiden que pensamos en las cosas más valiosas : la libertad y no el libertinaje o el asalto a las arcas fiscales. Vemos con estupor y vergüenza cómo aquellos que asaltaron los dineros de los más necesitados , hoy salen sin devolver un centavo y pasean orondos y “chupan” johnnie walker whiskey añejado. Para qué necesitamos el dinero en el infierno? Si se pasa por alto la horrible implicación de que el capitalismo nos sigue en la otra vida, es una idea agradable.

  3. El correismo es realmente gente de a perro, solo vieron donde robar y asi empuñaron lo que mas pudieron, quieren volver al poder para convertir a Ecuador en ub país miserable como Venezuela, pero con nuestro voto no permitiremos que vuelvan.

  4. La Clementina, la otra gran estafa del correísmo.(4p).Los ROBOLUCIONARIOS afirman que ellos y sólo ellos representan al pueblo.!CINICOS Y PERVERSOS! Aseguran que todos sus adversarios políticos son esencialmente ilegítimos y que quien no los apoya no es propiamente parte del pueblo. Los populistas dicen que representan el bien común tal como lo desea el pueblo. Basados en este argumento suelen enfrentar a dicho pueblo contra los funcionarios democráticamente electos. Los populistas gobiernan bajo la idea de que sólo ellos representan al pueblo. Utilizan prácticas clientelistas y corruptas y suprimen a la sociedad civil crítica. También escriben constituciones diseñadas para mantenerse en el poder y perpetuar una supuesta y auténtica voluntad popular. Los populistas deben ser criticados por lo que son, un verdadero peligro para la democracia.Son expertos en regalar lo que no es de ellos y en asaltar las arcas fiscales.

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