//

5 coartadas de los fanáticos del No

lectura de 5 minutos

En la guerra, aquel que quiera cargarse a alguien, no solo lo persigue: Lo desprestigia. Evita que gane terreno o iniciativa. Busca acallar su voz y neutralizar su relato. La oposición quiere cargarse a Guillermo Lasso, luego era imposible que apoyara la consulta popular. En esa iniciativa política hay bombas contra el statu quo que administran el correísmo, el nebotismo, los independientes que representa Virgilio Saquicela y -mientras destruye el sistema- Leonidas Iza y sus amigos.
Tres son esenciales: la disminución del número de asambleístas. El control de un mínimo de militantes en los partidos. Y, sobre todo, la designación de las autoridades de control, que pasaría del Cpccs a la Asamblea. La extradición que parecía destinada a suscitar la unidad nacional, terminó siendo la piedra de toque de la consulta. La vieja izquierda (correísmo, Unidad Popular, Conaie y Pachakutik, Partido Socialista…) se compró ese sambenito que le pesará como cruz en los próximos años. Nadie olvidará su complicidad con los narcos.

Para ellos, Lasso agravó su caso con esta consulta. Es lógico: alborota aguas amaestradas de un sistema político obsoleto y capturado por partidos que convirtieron la política en el negocio más rentable para señores de guerra y advenedizos sin formación y sin sentido del servicio público. Personajes cínicos, ávidos de poder y sentido mafioso para ganar impunidad e inmunidad.
En ese marco no cabe la iniciativa política de Lasso sea exitosa. Y como en la guerra se camuflan las intenciones de fondo, los partidarios del No tuvieron que migrar al territorio de las coartadas. Aquí sólo se evocan las principales:

  1. La consulta no soluciona los problemas de los ecuatorianos: es la tautología perfecta; lo contrario sería algo parecido a la resurrección de Lázaro. Como no soluciona todos los problemas, según esta tesis, los partidarios del No se oponen a que la consulta aporte herramientas o mecanismos indispensables en el proceso de solución de algunos. Eso es estulticia política y miseria argumental.

  2. La consulta favorece al presidente: los partidarios del No esgrimen esta tesis sin avanzar hechos que la demuestren. Temas institucionales, ecológicos y de seguridad no son de uso político exclusivo ni sus repercusiones son inmediatas. En sentido estricto, ninguna de estas reformas, de ser aprobadas este domingo, beneficia al Ejecutivo. No mejora su nivel de popularidad ni amplía su margen de maniobra frente a una Asamblea tapiada. En los hechos, puede ocurrir lo contrario: que la oposición use, por ejemplo, la extradición -si es aprobada- para exigir resultados al Ejecutivo desde la semana siguiente. Las reformas contenidas en las preguntas de la Consulta requieren leyes y tienen plazos estipulados (de al menos un año largo) para que los cambios  entren en vigencia.   

  3. La trampa está en los anexos: este juego perverso consiste en decir que lo que ves, no es lo que ves. Los partidarios del No se han dedicado a sembrar la duda y a tratar de convertir una cita electoral en un fraude. La ceguera llega al punto de decir que como hay anexos (que ellos suponen nadie lee o entiende), hay trampa. Olvidan decir que la Corte Constitucional también revisó los anexos (algunos modificó), y que, por principio, esa institución es rigurosa tanto en la coherencia jurídica como en la legalidad constitucional.

  4. La extradición no sirve: los partidarios del No se refugian en esta falacia que solo muestra su total ignorancia de un tema tan complejo como el narcotráfico, su mala fe o su complicidad militante. Cuando dicen “no sirve” aluden a que, a pesar de la extradición, el narcotráfico se mantiene en Colombia. O México. Y, colmo de la necedad, critican que solo los capos son extraditados. Obviamente no saben ni les importa comparar las realidades cruentas producidas por un grupo criminal antes de la extradición de su líder y lo que sucedió luego, tanto en ese país como en esa organización. No dan valor a la herramienta de la extradición, porque no se plantean cómo encarar ese fenómeno que muchos, sin idea alguna de su dinámica transnacional, vinculan solamente con la pobreza.

  5. Pasar las funciones del Cpccs a la Asamblea es peor: los partidarios del No evitan hablar del invento del correísmo para robar y ser impune: el Cpccs. No se hacen cargo del balance de ese bodrio que designa las autoridades de los organismos de control. Debería interesarles la pregunta 5, que traslada esas facultades a la Asamblea, porque el correísmo, el nebotismo, los independientes de Saquicela y los seguidores de Iza tienen allí mayoría. Pero la pregunta les llega con un ingrediente intragable: la designación la hará la Asamblea de una lista seleccionada por una comisión técnica que tendrán dificultad en controlar. No les gusta lo que podría volverlos vulnerables.

    Foto: Radio Pichincha.