//

La Conaie de Iza activa su dictadura

lectura de 5 minutos

No hubo sorpresas en el Consejo ampliado de la Conaie. Salvo, quizá -y no es un matiz menor- que no haya fijado una fecha para la movilización implícita en sus amenazas. Aunque habló de ir a Quito el 8 de marzo por el Día de la Mujer.

Las 14 resoluciones, leídas en su espíritu, dan cuenta de la relación totalmente disfuncional que tiene la Conaie con el sistema democrático del país. Un movimiento social, cuya representatividad nacional es exigua, decide de por sí y ante sí exigir que el presidente de la República “presente su renuncia”. ¿Motivo constitucional? No evoca uno. Y la Conaie incluso anota que lo debe hacer frente a las acusaciones de supuesta corrupción contra su círculo cercano. Y supuesta vinculación con el narcotráfico.

Así, sin poder enfocarse en una causal, en un delito preciso y probado, la Conaie exhorta a la Comisión del Caso-Encuentro, a la Asamblea Nacional, la Corte Constitucional y la bancada de Pachakutik, que “apliquen con rigurosidad los mecanismos jurídicos para dar paso al juicio político contra el Mandatario”.

La Conaie, dirigida por Iza, cumple de esta manera con el libreto anunciado: esperar que los golpistas de la Asamblea creen un escenario político favorable para enancarse en él y volver a Quito para intentar destituir al presidente. Mientras tanto, corta todos los puentes políticos, pone fin al proceso de diálogo, se retira de las mesas de seguimiento y responsabiliza al gobierno. Es decir, anula el recurso político.

Hacerlo -y hacerlo en momentos tan álgidos- es poner a depender la dinámica social y política del uso de la fuerza. La Conaie no lo dice así, pero es lo que hace. Basta con leer algunas de sus resoluciones: Declararse en movilización y asamblea permanente y radicalizar la lucha en los territorios. Declararse en defensa territorial y llamar a las guardias comunitarias a la defensa de los territorios frente a la minería. Convocar a las organizaciones sociales a una asamblea del poder popular para analizar la situación del país e impulsar un pliego de demandas.

La Conaie de Iza no solo rompe el diálogo y desconoce la institucionalidad, pues ningún texto legal o mandato popular la facultan a cambiar los plazos constitucionales para que el primer mandatario deje el poder: niega al presidente la posibilidad de usar el artículo 148 para llamar a los electores a dirimir situaciones extremas. Así, una facultad constitucional que permite al presidente provocar nuevas elecciones, cerrar la Asamblea, quedarse unos cinco meses y gobernar por decreto, es calificada de dictadura. Y Leonidas Iza, que leyó las resoluciones, anunció que si esto ocurre, de manera inmediata se declararán en levantamiento y paro nacional.

Si se entiende bien, la Conaie puede decidir cuándo se va un presidente, cuándo la fuerza (empleada por sus miembros, pero no por el Estado) reemplaza la política, cuándo convulsiona el país, activa su ejército paramilitar o decreta qué facultades constitucionales no pueden ser usadas ni siquiera por el primer mandatario.

La paradoja no puede ser mayor. Si se entiende bien, la Conaie cree poder determinar cuándo pone fin a los mecanismos y protocolos legales y constitucionales que regulan la democracia en el país e imponer su voluntad sobre el poder legítimamente constituido y sobre la sociedad. Por supuesto que a aquello no llamará dictadura. ¿Qué es entonces?

El libreto, para aquellos que no han leído el libro Estallido, está escrito. Se sabía que los acuerdos (que el el ex ministro Francisco Jiménez torpemente extendió) eran solamente una mampara porque Iza y sus radicales nunca iban a reconocer concesión alguna al Estado. Se sabía que Iza los sabotearía. Se sabía que en su concepción la única forma de lograr reconocimiento y seguidores es azuzando el odio contra la institucionalidad y preconizando la violencia. Se sabía que buscaría cualquier pretexto para volver a atacar a Quito y tumbar a Guillermo Lasso; como antes lo intentaron con Lenin Moreno.  

Las resoluciones de ayer siguen esa lógica y hacen parte de esa estrategia. Iza, ante una Fiscal General que ha contemporizado con él, se siente libre de hacer y deshacer con el país sin someter su programa comunista al electorado. Sorpresas no hay para quienes ya han visto esa película.

Foto: DiarioExtra.

1 Comment

  1. Sabemos quien es Iza, sabemos que Lasso también nos ha fallado, pero no es posible que un personaje títere que representa a una minoría utilizada como borregos y carne de cañón quieran imponer su voluntad.
    Y ahora que hacer?
    Seguiremos cómodos viendo y comentando las noticias, …

Comments are closed.